Un 5% de los votos en las urnas o un Titanic de color naranja
Las encuestas dicen que es el que peor lo tiene. Y esto es un problema, pero también una oportunidad. Es tal el consenso en los cuarteles generales de los partidos en torno a la certeza de que Ciudadanos pase a convertirse el 4 de mayo en una fuerza extraparlamentaria, que si Edmundo Bal consigue salvar los muebles y superar el umbral del 5% de los votos, se percibirá como un éxito incuestionable y nadie comparará este resultado con el de 2019, cuando Ignacio Aguado se quedó a menos de tres puntos del PP de Ayuso. Bal asegura que aspira a superar ese porcentaje. Que a él, abogado del Estado y todavía diputado en el Congreso, no le gusta eso de ir a por el aprobado raspado. Si no lo consigue, el «shock» en el partido de Arrimadas será similar al vivido tras la repetición electoral de 2019. No en vano, Madrid puede pasar de ser el feudo autonómico con la bancada naranja más numerosa a la primera en la que desparece del mapa. La fuga de parte de sus cuadros rumbo a Génova es sólo un síntoma de la herida que Bal tratará de taponar con una intensa campaña en la que jugará un papel importante la que es, ahora mismo, la figura de esta formación con un cargo institucional de más relevancia en la región: la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís. Ambos apelarán al sentido común y a la moderación en estas dos semanas.
«El voto útil es el de Ciudadanos. La polarización a la que nos han llevado provocará que, si no estamos nosotros, esté Vox»