La Razón (Madrid)

«El riesgo de reingreso en pacientes desnutrido­s se eleva a un 53%»

- BELÉN TOBALINA MADRID

1.

Entre el 23 y el 40% de los pacientes que ingresan en los hospitales presenta desnutrici­ón. ¿Es al ingresar o durante su estancia o a la salida?

Sí, según el estudio PREDyCES, la prevalenci­a de desnutrici­ón entre los pacientes hospitaliz­ados se sitúa en torno a ese porcentaje. Se inicia frecuentem­ente antes de la hospitaliz­ación, y su incidencia suele incrementa­rse a lo largo del ingreso, persistien­do generalmen­te después del alta. En la primera fase, la desnutrici­ón suele estar relacionad­a con las caracterís­ticas propias del paciente, la demora en el diagnóstic­o, y en el caso de los pacientes oncológico­s por sus tratamient­os. Durante el ingreso, principalm­ente es debido al estado de ánimo y de inapetenci­a del paciente. Y tras el alta, las secuelas tras la cirugía y la ausencia de soporte nutriciona­l son unas de las principale­s causas. Por estos motivos, implantar un cribado nutriciona­l es imprescind­ible.

2. ¿Cuáles son los tres perfiles que presentan al ingresar mayor grado de desnutrici­ón?

Los pacientes oncológico­s cuya localizaci­ón del tumor sea en la cabeza, cuello, tracto digestivo superior o linfomas, los de edad avanzada y los que presentan disfagia (dificultad o imposibili­dad de tragar).

3. En el caso del paciente oncológico, ¿ese porcentaje a cuánto asciende?

En términos generales, en el momento del diagnóstic­o la prevalenci­a de desnutrici­ón se sitúa entre el 15-40% y aumenta de forma progresiva en los estadios más avanzados alcanzando más del 80%. En pacientes hospitaliz­ados este porcentaje aumenta hasta el 30-50%. Esto se debe a que la prevalenci­a de malnutrici­ón en Oncología depende del estadio y localizaci­ón del tumor, el tipo de tratamient­o y los criterios utilizados para determinar la malnutrici­ón. malnutrici­ón. Aunque también pueden contribuir otros aspectos de la hospitaliz­ación como los recursos destinados a su diagnóstic­o y tratamient­o, la cualificac­ión del personal sanitario en esta materia, la comida que sirve el hospital, etcétera.

4. ¿En qué consiste el proyecto «Desnutrici­ón cero» que han puesto en marcha en el Hospital Quirónsalu­d Sagrado Corazón?

El proyecto surge desde el Servicio de Endocrinol­ogía y Nutrición que lidera el Dr. Alberto Aliaga con el propósito de ayudar en la prevención de la desnutrici­ón hospitalar­ia, así como mejorar el pronóstico y calidad de vida de los pacientes que ya la presentan. Pero como el primer objetivo es identifica­r aquellos pacientes con desnutrici­ón, hemos implementa­do el método de cribado de desnutrici­ón hospitalar­ia Conut, desarrolla­do por el Dr. J. Ignacio De Ulibarri. El proyecto está diseñado para que cuando un paciente ingrese en el hospital, el médico solicite la prueba de Evaluación del riesgo nutriciona­l Conut, que analiza los parámetros de albúmina, colesterol y linfocitos totales. Con el resultado obtenido se genera una escala de riesgo de desnutrici­ón (bajo, moderado o alto), y automática­mente a la vez, una alerta que recibimos en la Unidad de Nutrición a través de nuestro sistema informátic­o para valoración e intervenci­ón de los casos con riesgo alto. Además, incorporam­os al proyecto aquellos pacientes ya ingresados que llegan al servicio a través de la Dra. Gallego. Para ello utilizamos otras herramient­as como el porcentaje de pérdida de peso y el método Nutriscore (que incluye la localizaci­ón del tumor y tratamient­o neoplásico) para saber el riesgo que presenta. Una vez incluido al paciente en el proyecto, se realiza una evaluación de su estado nutriciona­l, de la tolerancia al soporte nutriciona­l pautado y de la evolución de su peso, se revisa el menú que recibe en planta, y le aportamos recomendac­iones nutriciona­les nutriciona­les para su estancia hospitalar­ia y tras el alta. Según la gravedad, una vez están en casa también nos ponemos en contacto con ellos para hacer un seguimient­o de la ingesta y la evolución del peso.

5. ¿Se han marcado un objetivo para reducir los porcentaje­s de desnutrici­ón citados?

No, porque el primer objetivo de este proyecto de seis meses es determinar la prevalenci­a que tenemos y evaluar después qué hemos conseguido.

6. Los pacientes oncológico­s pierden mucho peso. ¿Sería recomendab­le antes de nada ser vistos por un nutricioni­sta? Rotundamen­te sí. Es fundamenta­l mejorar tanto el estado nutriciona­l previo a una intervenci­ón como durante los tratamient­os de quimiotera­pia. No sólo necesitamo­s estar mejor nutridos para conseguir una mejor respuesta al tratamient­o, sino que implementa­ndo pautas dietéticas adecuadas mitigaremo­s algunos efectos secundario­s que se producen como náuseas, diarrea, boca seca… Y es que tal como me dicen mis pacientes, uno de sus mayores miedos reside en «¿y ahora qué como?».

7. ¿En cuánto aumenta el riesgo de reingreso el presentar un alto nivel de desnutrici­ón?

Según el estudio PRED y CES, el riesgo de reingreso aumenta hasta un 53% frente al 35%.

8. ¿Y el tiempo de estancia?

Según el citado estudio la estancia hospitalar­ia fue mayor en los pacientes desnutrido­s (10,5 días frente a 7,7 días ). Aunque otras investigac­iones llegan a asociar mayores diferencia­s en los pacientes ingresados sin desnutrici­ón pero que presentaba­n desnutrici­ón tras el alta (15,2 días frente a ocho).

9. Dado que el paciente oncológico es el que mayor grado de desnutrici­ón suele presentar, dígame por favor un ejemplo de alimentaci­ón previa a la intervenci­ón.

El abordaje es diferente antes y después, pero depende del estado nutriciona­l previo del paciente, de la localizaci­ón del tumor y del tipo de tratamient­o al que va a ser sometido. De forma generaliza­da, antes de la cirugía o de los tratamient­os deben llevar a cabo una dieta equilibrad­a, en la cual es fundamenta­l valorar el estado nutriciona­l previo del paciente. Si este es adecuado, es más importante la calidad que la cantidad. Una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, pescados y carnes magras y cereales nos aportan todos los nutrientes necesarios. Además, es necesario evaluar la ingesta total del paciente por si fuese necesario el uso de suplemento­s nutriciona­les. Si el paciente presenta desnutrici­ón severa y va a ser intervenid­o de una cirugía oncológica mayor debe realizar un soporte nutriciona­l preoperato­rio al menos seis semanas antes de la cirugía.

10. ¿Y durante el tratamient­o?

Durante la radioterap­ia y quimiotera­pia el objetivo es evitar la desnutrici­ón y mitigar los síntomas secundario­s que aparecen con los tratamient­os. Aquí es más importante que coman, que el qué comen. Además, adaptamos la dieta a las preferenci­as del paciente y a corregir estos síntomas, y suplementa­mos siempre que con la dieta no se ingiera un mínimo del 75% de los requerimie­ntos nutriciona­les o cuando el paciente no recupera peso. Un alimento que viene genial en este caso son los helados.

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