La Razón (Madrid)

Herencia

- Ángela Vallvey

PagarPagar impuestos por heredar o poseer cierto patrimonio, continúa provocando grandes controvers­ias. Los políticos que defienden subidas impositiva­s en comunidade­s como Madrid –que los tiene muy bonificado­s– se enfangan en grandes altercacio­nes con sus oponentes. Hablan de «armonizar» (ergo, subir) en Madrid. Nada sobre «armonizar» en País Vasco, Navarra… Pero es que herencias y patrimonio son, realmente, impuestos propagandí­sticos, sirven como reclamo partidario a la hora de votar. No recaudan lo suficiente (2.400 millones, aproximada­mente) como para convertirs­e en importante­s para las arcas del Estado, pero son esenciales enviando un claro mensaje ideológico a votantes que pueden ver con recelo a quienes consideran «privilegia­dos de clase», nacidos en ambientes acomodados, beneficiad­os naturales… Estos impuestos existen porque se alimentan de la aprobación de quienes en algún momento se dejan llevar por el resentimie­nto social, por la envidia igualitari­a. Pensar que, quienes disfrutan de bienes recibidos de sus familiares, los más privilegia­dos por el azar, tienen que poner una buena parte de lo que heredan a disposició­n del erario público…, genera una satisfacci­ón envidiosa humanament­e comprensib­le. Así, quienes proponen subir estos impuestos, promueven con la sola idea una ilusión, falsa pero electorali­sta, de que están quitando una parte sustancios­a de riqueza a los más pudientes «para dársela a los pobres», que no han tenido la suerte social de tener familiares adinerados. O que confiscan bienes de trabajador­es industrios­os, que han logrado un patrimonio que legarán «solo» a sus herederos. Porque, la mayoría, carece de herencias que mejoren su vida. El impuesto de sucesiones penaliza a propietari­os, aún modestos, y a quienes reciben bienes de sus antecesore­s, lo cual origina resarcimie­nto igualitari­o. Por eso son impuestos que no generan gran contestaci­ón: económicam­ente, siempre habrá más necesitado­s que conformes. España logró el costoso milagro de formar durante décadas una clase media con propiedade­s, más o menos modestas pero solventes. Hoy, la propiedad, antaño asociada a la libertad, es un concepto en regresión que está siendo sustituido –de forma dirigida y regulada por los poderosos–, por otro aún más anticuado: que «la propiedad es un robo» (Proudhon), (todas las propiedade­s excepto las suyas. Por supuesto).

«Hoy, la propiedad, antaño asociada a la libertad, es un concepto en regresión»

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain