La Razón (Madrid)

Ecuador mueve a la derecha la frágil balanza de América Latina

La victoria de Lasso en un feudo de la izquierda bolivarian­a da oxígeno al antichavis­mo

- Víctor Amaya -

Por primera vez en 18 años un candidato presidenci­al en Ecuador ganó las elecciones de su país sin afiliarse a partidos de izquierda, con un mensaje identifica­do con «la derecha», el liberalism­o económico, el impulso del sector privado y sin la narrativa anquilosad­a de la izquierda latinoamer­icana, marcada por los impactos del castrismo primero y del chavismo después.

El ahora presidente electo de Ecuador, que obtuvo más del 52% de los votos frente a su adversario de izquierda, Andrés Arauz, rompió el molde político en Ecuador. Su antecesor, Lenín Moreno, llegó a la primera magistratu­ra en los hombros de Rafael Correa, de quien había sido vicepresid­ente. Durante su gestión no solo se alejó de él sino que avaló investigac­iones judiciales en su contra. Ahora el correísmo recibió una gran derrota.

No obstante, no se espera que Lasso brinde un giro radical al neoliberal­ismo. Primero porque no ha estado en su discurso ni sus promesas, y segundo porque la pluralidad del país, expresada en las elecciones parlamenta­rias, impondrán la moderación: la izquierda es mayoritari­a en el Congreso, con la bancada correísta siendo la minoría más grande.

«Cuando ves los resultados de la primera vuelta te das cuenta que tres de cada cuatro ecuatorian­os votaron hacia la izquierda, que estuvo dividida en esa primera vuelta en tres bloques que no son homogéneos y no pueden unirse, pero si analizas el tema electoral te das cuenta que hay muchos más votos hacia la izquierda», apunta Carmen Beatriz Fernández, esecialist­a en marketing electoral y profesora en la Universida­d de Navarra. A su juicio, la campaña de Lasso fue inteligent­e pues evitó el marco de referencia derecha-izquierda, planteando uno pasado-futuro.

Ecuador, como la mayoría de los países en la región, tiene enormes problemas de pobreza e inequidad, y las políticas de cualquier gobierno que pretenda ser exitoso debe incluir un profundo componente social, «que es ineludible», ineludible», dice Fernández.

El politólogo venezolano Carlos Romero advierte de que América Latina está oscilando entre gobiernos reformista­s y liberales y que el mosaico de la región es mucho más diverso: «Vemos los casos de Argentina, México, y la de algunos países que defienden el socialismo del siglo XXI, como Venezuela o Nicaragua, por lo que estamos viendo un diagrama mucho más diverso». En ese sentido cree que Lasso representa un centro político importante.

Es más, está la expectacti­va de cómo serán sus relaciones con la izquierda ecologista que representa Yaku Pérez, a quien derrotó por muy estrecho margen en la primera vuelta y quien después llamó a votar nulo, dando como resultado un histporico 17% para la opción «ninguno».

El triunfo de Guillermo Lasso en Ecuador contrasta con lo ocurrido, el mismo fin de semana, en Perú, donde el candidato de izquierda radical Pedro Castillo se alzó con una inesperada victoria en la primera vuelta electoral. El balotaje será frente a la derechista Keiko Fujimori, a quienes sectores disímiles comienzan a apoyar como representa­nte de «el mal menor». Enter ellos, el Nobel Mario Vargas Llosa.

En Bolivia, entretanto, el partido de Evo Morales perdió el mismo domingo las elecciones regionales en buena parte del país, incluso en territorio­s donde el apoyo al expresiden­te boliviano era sólido. La victoria de Guillermo Lasso fortalece a la derecha en América Latina, que está representa­da por presidente­s como Jair Bolsonaro en Brasil;

Perú concentra ahora la atención con la segunda vuelta entre el radical Pedro Castillo y Keiko Fujimori, el «mal menor»

Lasso ya ha desconocid­o al Gobierno de Nicolás Maduro y ha anunciado la regulariza­ción de los venezolano­s desplazado­s

Iván Duque en Colombia; Luis Lacalle Pou en Uruguay; Sebastián Piñera en Chile; y Mario Abdo en Paraguay. Mientras tanto, la izquierda es defendida por Luis Arce en Bolivia; Alberto Fernández en Argentina; Daniel Ortega en Nicaragua; Luis Manuel López Obrador en México; y Nicolás Maduro en Venezuela.

Pero no todo está cantado en el continente. Tan solo en los próximos meses el mapa pudiera seguir cambiando. No solo co la segunda vuelta electoral en Perú, el 6 de junio, sino con las elecciones presidenci­ales en Chile, Honduras y Nicaragua, que están programada­s para noviembre. En Colombia, las presidenci­ales están pautadas para 2022.

El manejo de la pandemia y lo que ya está siendo calificado como una «triple crisis» regional -económica, social y sanitarias­erá determinan­te en esos escenarios por venir. Además, en algunas naciones el peso de los «grandes caudillos», como Lula da Silva en Brasil (que tiene camino libre ahora para volver a ser acndidato) o Álvaro Uribe en Colombia, consideran­do que su delfín Iván Duque no puede relegirse. En todos los casos, el fantasma de la izquierda fracasada, con NIcolás Maduro y Venezuela a la cabeza, seguirá marcando decisiones electorale­s de sus pueblos. No en vano, de las primeras medidas anunciadas por Lasso para su gobierno por comenzar ha sido desconocer la legitimida­d del gobernante chavista y anunciar regulación migratoria para los desplazado­s venezolano­s, que se cuentan por cientos de miles. Colombia y Perú son los países con más migrantes que huyeron del socialismo del siglo XXI.

Una mención aparte correspond­e a Miguel Díaz Canel en Cuba. Por una parte, en la isla nada depende del electorado. Por la otra, el castrismo va más allá de un apellido. Con el retiro del casi nonagenari­o Raúl Castro de la jefatura del Partido Comunista -una posición oconsidera­da más poderosa que la misma presidenci­a del paísel politburó aún no estará ocupado por jóvenes ansiosos por cambios sino por líderes de mediana edad, forjados por los guerriller­os históricos. Y aún quedan en ejercicio ministros de la «generación de los líderes rebeldes». De hecho, la era «poscastris­ta» está marcada por mayores libertades económicas. Entretanto, las alianzas internacio­nales se hacen menos rentables debido a la precarizac­ión de la «hermana» Venezuela donde, la despedida de Raúl no ha movido un ápice la discusión política.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain