LAS LLAMAS DE UN MILLÓN DE LIBROS ARDIENDO
LasLas llamas consumían ayer, domingo, la biblioteca de la Universidad de Ciudad del Cabo, en Suráfrica, una de las más antiguas y prestigiosas del continente negro –fue fundada en 1829 y de sus aulas han salido cinco premios nobel–, que atesoraba más de un millón de libros, algunos, referidos a la vieja geografía del lugar, irremplazables, como varias colecciones de grabados botánicos de principios del siglo XIX . La biblioteca , dedicada al «Canciller Oppenheimer», instalada en un edificio de 1930, fue alcanzada por las llamas de un incendio forestal declarado en el vecino parque natural de La Mesa, paraje idílico en la montaña que domina la capital económica del país y que también alberga los dos campus universitarios.
No se sabe cómo comenzó, pero, pronto, los bomberos se vieron desbordados por la violencia del fuego, azuzado por un fuerte vendaval. Suráfrica viene sufriendo largos períodos de sequía desde 2015 y no es la primera vez, ni será la última, que el fuego se vuelve incontrolable. Dio tiempo a evacuar a los estudiantes que residen en los colegios mayores y a los cientos de senderistas que recorrían el parque en esa jornada festiva. Todavía es pronto para evaluar la intensidad de los daños, aunque los bomberos reconocían que iban a tardar muchas horas, si no días, en dominar las llamas. Cuesta que un libro arda, pero cuando lo hace es muy difícil de apagar. En la imagen, los equipos contraincendios, se afanaban con las mangueras, escasas en número, desde el atrio de la biblioteca incendiada. Imposible entrar en ese infierno de libros ardiendo.