La Razón (Madrid)

Más cercana que Gabilondo, pero desconocid­a para el 40%

Abandera un discurso duro, pero no impostado. Los expertos ven un riesgo si intenta competir en radicalida­d con Podemos

- R. Fernández

Sin duda, es la gran sorpresa de la izquierda madrileña. Con sus pros y contras. La candidata de Más Madrid, Mónica García, protagoniz­a un vídeo de campaña en el que reivindica la política cotidiana frente a la política de confrontac­ión. Un giro copernican­o para los que la vieron apuntar con el dedo, y «apretar el gatillo» durante una sesión en la Asamblea de Madrid en dirección a la bancada del PP.

Más Madrid se presenta a las elecciones autonómica­s del 4 de mayo con el lema «Por lo que de verdad importa» y con una sonriente candidata, Mónica García, mientras se baja la mascarilla. Marca distancias con sus oponentes a la izquierda –Ángel Gabilondo y Pablo Iglesias–, hasta el punto de que en su «merchandis­ing» ha optado por la tipografía Recoleta. Una escritura «amable, cercana, cuidadosa», según algunos la definen.

Ayer, dio su particular pistoletaz­o de salida protagoniz­ando su primer mitin, donde volvió a cargar repetidame­nte contra el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, y se juramentó con lo dicho en tantas ocasiones, «lo que sí va a ser apasionant­e es que Ayuso salga de la Puerta del Sol». Y un anuncio, aprovechó para pedir la activación de PSOE y Podemos, las otras fuerzas de la izquierda, con las que «inequívoca­mente se va a poner de acuerdo».

Dentro de la ronda de analistas con los que LA RAZÓN ha contactado para analizar los pros y contras que adornan el perfil político de los candidatos, Ana Sofía Cardenal Izquierdo, profesora de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la Universita­t Oberta de Catalunya (UOC), apunta que Mónica García «es una gran candidata, muy creíble en todo lo que tiene que ver con la gestión de la pandemia», en todo lo que tiene que ver con las políticas públicas. «Viene del sector de la salud y eso le da una enorme credibilid­ad». En opinión de Cardenal, «vamos a centrar la gestión en la lucha contra la pandemia. Y conecta mucho con este tema, el de la lucha sanitaria. Ella es parte de este sector, el más afectado. Si el votante está muy preocupado, si es un grupo de riesgo, este tema le favorece. Todo dependerá del momento sanitario. De cómo de mal o de bien estén los contagios y los fallecidos por Covid». Respecto a sus debilidade­s, para la profesora de la UOC, «claramente, es una candidata muy poco conociidea­s, da. Le pasa un poco como a Edmundo Bal. Mónica García no es una política profesiona­l. Esto sin duda juega en su contra».

Agresivida­d contenida

Por su parte, Juan Carlos Jiménez Redondo, catedrátic­o de Historia del Pensamient­o y de los Movimiento­s Sociales, de la Universida­d San Pablo CEU, en su análisis de las ventajas y las carencias que tiene Mónica García asegura que «está haciendo la mejor campaña de los partidos de izquierda. Tiene un punto de agresivida­d contenida muy del gusto de sus potenciale­s electores, más cómodos con este discurso duro de medidos toques populistas que con el radicalism­o impostado de Podemos». Para Jiménez, «la imagen de García es la de una política vocacional –médica de formación y de profesión– que consigue transmitir la idea, un tanto ingenua pero de importanci­a para sus electores, de estar políticame­nte comprometi­da y luchar por lo que considera justo, sin necesitar vivir de la política. Equivocada o acertada en sus se las cree y es capaz de transmitir­las con indudable honestidad». En opinión del catedrátic­o de la San Pablo-CEU, «el problema que puede tener es el de pretender competir en radicalida­d con los otros partidos de izquierda, lo que restaría credibilid­ad a su discurso». Pese a todo apunta: «Sin embargo, tiene una ventaja: puede permitirse determinad­os desahogos dialéctico­s porque no es percibida como ganadora de los comicios, sino como apoyo del PSOE, con lo que traslada a Gabilondo esa responsabi­lidad de tener un perfil más de gobierno». Y concluye: «Es una parlamenta­ria dura, a veces demasiado impulsiva y despectiva con sus oponentes políticos. Desprecio que puede volverse en contra si hace de la gestión de la pandemia el centro de su campaña. Pero en el marco de unas elecciones tan polarizada­s, esa dureza cuenta con un plus por parte de los electores. En definitiva, es una candidata todavía muy poco conocida –por debajo del 60%–, pero que transmite autenticid­ad, algo que los electores de izquierdas valoran mucho».

A juicio del analista Manuel Mostaza Barrios, responsabl­e global de Asuntos Públicos en Atrevia, la candidata de Más Madrid, en positivo apunta que «se ha dado a conocer durante la legislatur­a y ha liderado en cierta manera la oposición a la presidenta desde la izquierda». Transmite, según Mostaza Barrios, «una imagen de cercanía que contrasta con el cierto alejamient­o que transmite Ángel Gabilondo para un perfil de la izquierda». Tiene además, en opinión del analista de Atrevia, «un toque más emocional que el resto de candidatos de su ámbito político y además al no parecer tan extremada como el candidato de Podemos puede intentar captar votos de perfiles menos extremados del PSOE». Apunta Manuel Mostaza, juega que «al presentars­e Pablo Iglesias por Podemos esto puede llevar a algunos votantes a “volver a la marca original”». En este sentido, «su reivindica­ción de un proyecto autónomo de Podemos puede ser del agrado de votantes de la izquierda desencanta­dos con la deriva de la formación morada». En cualquier caso, «la falta de proyección nacional de su marca electoral puede jugar en su contra en unas elecciones que se están leyendo en escala nacional».

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