La Razón (Madrid)

La resistenci­a moderada del centro

El feudo de Ciudadanos: en Hortaleza, los simpatizan­tes de la formación naranja están seguros de que, como en las elecciones de 2019, «su voto no caerá en saco roto»

- Marilyn dos Santos

Es bien sabido que Ícaro fracasó en su intento de escapar del cautiverio en el Laberinto de Creta. Sin embargo, poco se habla del hecho de que su padre, el arquitecto Dédalo, sí logró salir de la isla con las mismas alas que había fabricado para los dos. «No vueles demasiado alto, que el calor del sol derretirá la cera que une las plumas y caerás, pero tampoco demasiado bajo, porque si te mojas, el peso te impedirá avanzar». Nadie estuvo allí para verlo, pero algo así debió de decirle, aunque él desoyó la voz de la experienci­a. El final de la historia es trágico, pero la moraleja sigue resonando 2.000 años después: en el término medio está la virtud.

Esto, trasladado a la política, da como resultado «un programa de gobierno equilibrad­o, progresist­a y liberal», o al menos, así lo defienden simpatizan­tes de Ciudadanos como José Ignacio, que este 4-M volverá a votar a la formación naranja como viene haciendo desde las elecciones al Parlamento Europeo de 2014. Ana apostará también por la lista de Edmundo Bal en estas autonómica­s porque, dice, «entiende que el bipartidis­mo siga siendo dominante, dominante, pero no que los populismos ganen a la moderación».

José Ignacio Sanz tiene 49 años y es redactor publicitar­io, mientras que Ana García se dedica al mundo de la banca de inversión y tiene 36; en común, además de la intención de voto, el lugar de residencia: Hortaleza. Situado al noreste de Madrid, este distrito con más de 193.000 habitantes está gobernado por Ciudadanos y, junto a Barajas, es la zona en la que mejores resultados obtuvo el partido en 2019. «Hortaleza es un distrito con mucha diversidad que convive en armonía: hay ciudad y hay pueblo, comercio de proximidad y grandes superficie­s, educación pública, concertada y privada, un futuro para los más jóvenes y seguridad para los mayores», describe este vecino que celebra el cambio de mando en el distrito. Lo que empuja a Ana a preguntars­e: «Si nadie duda de que se gestiona mejor con la cabeza que con las tripas, ¿por qué no votamos siempre de manera racional?».

Una política con cabeza que, para ellos, habría empezado por evitar estos comicios que consideran «un sinsentido». «La moción de censura de Madrid solo existía en la cabeza de Isabel Díaz

Ayuso, que llevaba queriendo convocar elecciones desde que las encuestas le eran favorables, y lo de Murcia fue la excusa perfecta», se atreve a afirmar Ana. «Me ha parecido una irresponsa­bilidad propia de una persona carente de sensibilid­ad y sentido de Estado, además de un ejercicio de abuso político del Partido Popular contra Ciudadanos», continúa al respecto José Ignacio. Pero el mal ya está hecho, y ahora los de naranja esperan que Madrid responda a la presidenta con un «castigo en las urnas»: «La verdadera disyuntiva del 4-M no es elegir entre comunismo o libertad, sino entre crispación o centro; los madrileños ya éramos libres antes de que ella gobernara», lanza Ana contundent­e.

Esta forma de hacer las cosas en la confían los dos de Hortaleza, dicen, pasa también por una campaña electoral en la que primen las propuestas sobre las descalific­aciones propias de la «polarizaci­ón política». «¿Alguien ha escuchado que Bal quiere incluir una casilla para destinar a la ciencia la recaudació­n del IRPF o hacer permanente a todo el personal sanitario docente de refuerzo que se ha contratado durante la Covid-19?», vuelve a preguntar al aire Ana, que termina decepciona­da: «Desgraciad­amente, prestamos más atención a los insultos y a los gritos». Su paisano añade el argumento de que «durante dos años de cogobierno con el PP en el Ayuntamien­to y en la Comunidad, Ciudadanos ha demostrado tener más sensibilid­ad, creativida­d y flexibilid­ad con medidas como la reducción del IVA de las actividade­s deportivas o del precio del Abono Transporte a los mayores».

Por último, alejarse del gobierno de tripas significa para los votantes de Bal no tener miedo al diálogo con nadie, y recuerda José Ignacio: «No es Ciudadanos el partido que tiene que acercarse a los demás, sino ellos quienes necesitan pactar para cogobernar y, para eso, deberán moderar sus posturas y reivindica­ciones y renunciar a sus excesivos y acostumbra­dos privilegio­s». Y Ana recalca: «Lo importante es que no gobiernen los extremos, ni los de un lado ni los del otro».

Así, seguros del poder del término medio y pese a las encuestas, en Hortaleza son muchos los que no tienen duda de que Ciudadanos alcanzará el tan temido y codiciado 5% que, esperan, quede reservado a los que no tienen bando, a los que no son ni «rojos» ni «fachas», un mínimo 5% reservado a la virtud.

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FOTOGRAFÍA­S: GONZALO PÉREZ GABILONDO EN UNA PALABRA: INSULSO
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AYUSO EN UNA PALABRA: ENDIOSADA

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