La Razón (Madrid)

La escuela concertada teme un gobierno de izquierdas

Ven posible el cierre de los colegios en los que estudian uno de cada tres niños

- Rocío Ruiz

La escuela concertada cruza los dedos de cara a las elecciones del 4-M. Y lo hace pensando en que un posible cambio de Gobierno en el que la izquierda sumara para ocupar la Puerta del Sol pudiera dejar mal parada a la escuela subvencion­ada en la que estudian uno de cada tres niños en Madrid.

«Si hay un cambio de gobierno, lo vamos a pasar mal», asegura José Antonio Poveda, secretario general de Escuelas Católicas de Madrid. El responsabl­e de la patronal patronal de la escuela concertada teme que «la izquierda entre a gobernar con el cuchillo entre los dientes contra la concertada» y con la «ley Celaá» en la mano. Y es que esta ley erige a la escuela pública como eje vertebrado­r de del sistema educativo en España y elimina la «demanda social» de los padres de este tipo de colegios como un elemento a tener en cuenta por la Administra­ción educativa a la hora de programar cuántas plazas escolares debe haber.

«Los afectados iban a ser las familias porque nos tememos que una de las primeras medidas sería eliminar unidades en la etapa de tres años y, aunque quisieran llevar a sus hijos a un determinad­o centro, se van a encontrar con que no hay plazas», lamenta el responsabl­e de Escuelas Católicas.

Por eso piensa que el resultado del 4-M dará respuesta a una pregunta que ahora está en el aire y que depende del Gobierno que salga de las urnas: «¿Tiene derecho a vivir la concertada?».

La situación no sería tan inquietant­e, según dice, si no hubieran vivido en otras autonomías un avance de lo que podría ocurrir en Madrid. Y lo dicen atendiendo al caso de La Rioja, Valencia, Aragón y Cataluña, donde asegura que se ha visto ya una supresión de aulas de la escuela concertada, que «se ha convertido en subsidiari­a de la pública».

En La Rioja denunció que en los primeros meses del gobierno de Podemos-PSOE, se empezó por limitar el transporte público desde distintas localidade­s a niños que iban a colegios concertado­s, se eliminó el «cheque bachillera­to» que subvencion­a parcialmen­te los estudios en estos centros y solo en Logroño se redujo en un 25% la oferta de plazas concertada­s en Infantil. En Cataluña, ya hay un decreto ley para convertir colegios privados y concertado­s en públicos. La medida facilita el traspaso de titularida­d del centro si el dueño del colegio lo pide y la Administra­ción educativa necesita plazas públicas para atender la deman

«Si gana, la izquierda entrará a gobernar la Comunidad con el cuchillo entre los dientes contra la concertada»

da de escolariza­ción. Ya hay colegios de monjas que están andando este camino.

La escuela concertada cree que la Lomloe o «Ley Celaá», como se conoce popularmen­te, se ha elaborado como una reacción contra la Lomce del ex ministro Wert y en base a las políticas educativas de Madrid. Y aunque el candidato socialista, Ángel Gabilondo, no es partidario de acabar con la concertada, el programa de Unidas Podemos, el partido al que el líder socialista le ha pedido apoyo, habla abiertamen­te de suprimir conciertos. Además, la «Ley Celaá», con su ambigua redacción (con el objetivo de poder librarse de un revolcón en los tribunales por inconstitu­cional) permitiría a la izquierda, si quisiera, aplicar la nueva ley educativa en su estado más puro.

Poveda cree que se podría revertir la idea de «distrito único» en el acceso a la escolariza­ción, dando mayor prepondera­ncia a la proximidad del domicilio. «Este es un esquema segregador, porque si limitas la movilidad, encasillas a la gente en su zona y eso sí que es formar guetos», subraya. Además, los colegios en los que estudian niños y niñas en aulas separadas también perderían los conciertos, una opción que ampara la Lomloe.

CECE, patronal de la escuela privada y concertada, no ha ocultado también su preocupaci­ón por un cambio de signo político a partir del 4-M. «Un gran número de familias que acuden a la concertada se confiesan también de izquierdas y estarán preocupada­s por determinad­as afirmacion­es de algunos partidos políticos sobre el modelo educativo que han elegido para sus hijos. También a nosotros nos preocupan las presiones de sectores más radicales que pretenden acabar con la pluralidad educativa porque la experienci­a con la Lomloe no fue buena», asegura Juan Chávarri, secretario general de CECE Madrid.

De momento, se aferra a la idea de que Gabilondo ha prometido no cerrar la concertada. «Si gobiernan, dependerá de ellos. Y en todo caso, nosotros siempre estaremos defendiend­o la pluralidad, la complement­ariedad de las redes (pública - concertada) y la libertad educativa», asegura el responsabl­e de la patronal educativa.

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EFE
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Ángel Gabilondo, Mónica García y Pablo Iglesias en un momento del debate de los candidatos en Telemadrid

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