La Razón (Madrid)

EL BARÇA, ADIÓS AL TÍTULO: 3-3 ANTE EL LEVANTE

El Barça se deja empatar por el Levante un partido que iba ganando 0-2 y se despide de las opciones de pelear por el título. El tramo final del curso se le ha hecho largo. Las miradas se centran ya en la continuida­d de Koeman

- Francisco Martínez

El encuentro fue un reflejo del año de los azulgrana: pueden ser brillantes a ratos, pero demasiado inocentes

Adiós, Barça. La Liga ya no es un asunto del equipo azulgrana después de empatar con el Levante un encuentro en el que llegó a ir ganando 0-2. Un duelo que muestra lo que ha sido este equipo, todavía inmaduro y poco imponente, pese al esfuerzo que ha hecho para remontar. Con muy poco le hacen gol, y así le ha sido imposible aguantar hasta el final. Ha muerto en la orilla, se le ha hecho el curso demasiado largo y ahora el debate se va a centrar en otros asuntos, como en si seguirá Koeman o no o en la renovación de Messi, que sigue en el aire, aunque por momentos el capitán parecía animarse. Este tramo final, con varios tropiezos cuando llegó a depender incluso de sí mismo para ser campeón, puede hacerle replanteár­selo.

Pedri ya tiene deberes para la próxima temporada: el gol. Pero, ¿cómo? Si le marcó uno al Levante. Sí, pero casi no tenía más remedio que hacerlo, era empujar la pelota después de la carrera de Dembélé al pase en profundida­d de Messi. El gol era el segundo del Barça, pero el canario, en los primeros diez minutos, había tenido dos opciones clarísimas que perdonó. Es por poner un pero a la temporada de un futbolista que durante el curso ha cumplido los 18 años y se ha convertido en imprescind­ible. Koeman no lo conocía, lo hizo sobre la marcha y no tardó en ver en él a un futbolista de buen pie, el pegamento perfecto en ataque, pero además un trabajado infatigabl­e. No se cansa de hacer metros.

Lo dicho, un pero: el gol. Aunque el que logró ayer sirvió para dar tranquilid­ad, o eso creían o quizá demasiada, a un equipo que había empezado bien, pero que empezaba a no tenerlo claro. La salida al campo de los de Koeman fue imponente. El técnico, en su vuelta a los banquillos tras cumplir su sanción, arriesgó con Dembélé de carrilero y los primeros diez minutos de los barcelonis­tas dieron para mucho, menos para el gol. Poco a poco se fue espabiland­o el Levante, un rival que muchas veces sabe buscar las cosquillas al Barça. Morales y los suyos se aplicaron atrás y con ello empezaron a aparecer más arriba. Más ordenados, cerrando huecos, lograban recuperar la pelota y correr. Habían mantenido el 0-0 y cuando mejor estaban en el campo, se encontraro­n con el gol en contra de Messi, que enganchó un pase de Jordi Alba que no iba para él, pero se envenenó, tocó en Miramón y le cayó al «10». Hasta cuando no quiere, el lateral encuentra al argentino, que en el noventa por ciento de las veces es su primera opción.

La réplica la tuvo Bardhi con una gran jugada dentro del área en la que «marcó» el disparo y Araujo se lo creyó, le regateó pisando la pelota y disparó, para encontrars­e con las manos de Ter Stegen. Todavía consiguió el Levante mantener el partido igualado, pero con el segundo tanto ya pidió el descanso a gritos.

Volvería a la carga en la segunda parte con una apuesta algo más arriesgada, tirándose más

Marcó Dembélé el 2-3, pero el equipo barcelonis­ta no supo domesticar el duelo en el campo ni con los cambios

adelante, lo que en el primer acto sólo había intentado en ocasiones. La novedad en el equipo de Koeman es que Araujo se quedó en el banquillo. Se había hecho daño en una jugada, pero aguantó 20 minutos en el campo. Su entrenador preguntaba constantem­ente cómo estaba, pero después del descanso ya no lo aguantó más. Quien entró fue Sergi Roberto, que no terminó el partido. Fue sustituido, reflejo de su mal partido y de lo que sucedió, que parecía impensable... O no tanto. El Barcelona empezó a tener problemas para salir desde atrás, ya no estaba cómodo y en los errores en la circulació­n tenía que correr hacia atrás. Roger tuvo la primera de cabeza, pero le salió centrado, y Melero le siguió con otro testarazo más complicado que se marchó fuera. Pero a la segunda que tuvo el centrocamp­ista, más cerca, bingo. Y el encuentro cobraba vida...

Subió el Levante, bajó el Barcelona, más parado y más inseguro, que notó la ausencia de Araujo y ese fue el resultado. Bueno, ese y más, porque Morales también perdonó la primera dentro del área, al chocar el balón en Lenglet, pero a la segunda fue para dentro, y en dos minutos logró empatar el encuentro. El tanto fue el claro ejemplo de lo que estaba pasando: Sergi Roberto se la dio a Busquets, éste a Messi, el argentino falló en el pase y la presión de su rival sirvió para que robaran y en tres toques consiguier­an marcar.

La situación era un reflejo de lo que ha sido el Barcelona esta temporada, capaz de tener momentos de brillo, pero también de venirse abajo con poco, de conceder mucho, de regalar goles, de tener problemas cuando le van a buscar muy arriba... Ni el gol de Dembélé le hizo espabilar. Cuatro minutos tardó el equipo de Koeman en volver a ponerse por delante, pero siguió sin saber domesticar el partido, que había entrado en la locura.

No lo supo gestionar en el campo ni con los cambios, y así, con el gol de Sergio León, dijo adiós al campeonato.

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Messi, autor de un gol, se lamenta de una oportunida­d fallada ante el Levante
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