España, única en la UE sin plan para reducir deuda y déficit
La Airef arremete contra el Gobierno por no concretar su reforma fiscal, laboral y de pensiones. Los empresarios denuncian que asumir más impuestos los pone en peligro
La política económica del Gabinete de Sánchez no convence ni a propios ni a extraños. Sus difusos programas de Estabilidad para el período 2021-2024 y de Recuperación, remitidos el viernes 30 de abril a Bruselas, no acaban de recibir la bendición de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Muy al coneste coneste institución, encargada de velar por las cuentas públicas, aprovechó ayer la presentación de su informe sobre la Actualización del Programa de Estabilidad 20212024 para ponerle los puntos sobre las «íes». La Autoridad Independiente que dirige Cristina Herrero levantó la voz para arremeter contra el Ejecutivo por colocar a España como el único país de la Unión Europea que ha presentado sus Programas sin la necesaria concreción de las reformas estructurales a acometer para poder acceder a los 140.000 millones de euros que le corresponden de los fondos europeos para la reconstrucción postcovid-19. Por tanto, es el único Estado miembro, lamenta la AIReF, que no ha adjuntado a Bruselas un plan fiscal de control del déficit público y de reducción progresiva de la deuda pública, situada desde finales del año pasado en el 120% del PIB, porcentaje que condena a pagar de por vida a varias generaciones de españoles.
Mientras, otros Estados han trazado su hoja de ruta para regresar a la sostenibilidad de sus cuentas públicas y de control de su deuda. De ahí que den más detalles e incorporen el impacto económico y fiscal de las reformas anunciadas en sus planes econótrario,
micos y fiscales a medio plazo. Este es el caso de Alemania, que cuenta ya con un plan fiscal; de Francia, que ha establecido unas pautas de reducción del gasto sin subir impuestos, o de Italia, que también recortará el gasto, pero subirá sus tributos.
En este contexto, tras calificar de «incompleto» el plan del Gobierno, la AIReF recomienda, una vez más, en sintonía con otros países del entorno, diseñar una estrategia fiscal a medio plazo «creíble y realista» que garantice la sostenibilidad de las finanzas públicas. Y es que la AIReF echa en falta una mayor integración del Plan de Recuperación en el Programa de Estabilidad, que no incorpora los efectos de las reformas sobre el crecimiento y la sostenibilidad del Estado. En este sentido, reitera su aviso sobre la falta de concreción legislativa de las reformas estrucdel estrucdel mercado de trabajo, del sistema de pensiones y del modelo tributario, que resultan «cruciales» para determinar el eventual impacto del Plan de Estabilidad sobre la productividad, el crecimiento económico a medio plazo y la sostenibilidad de las cuentas públicas.
Críticas de la empresa familiar
Precisamente contra el modelo tributario cargó ayer el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Marc Puig, que ante la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, demandó un marco fiscal que «no ponga en peligro nuestra continuidad como empresas. Lamentamos que en este contexto de crisis que vivimos el Gobierno decida incrementar la presión fiscal sobre las empresas, lo que puede poner en peligro el futuro y nuestra viabilidad».
Durante su discurso de clausura en la Asamblea Anual de Socios del IEF, Puig manifestó que entiende que «haya que equilibrar la balanza y las cuentas del Estado», pero pidió que el marco tributario «no nos penalice, ni sea más graturales voso ni peor que el de nuestros socios europeos». Según advirtió, la intención del Ejecutivo de incrementar la presión fiscal puede provocar que «nuestra competitividad se resienta» y haya un peligro claro sobre su «a nuestra continuidad». El empresario defendió que las empresas familiares están dispuestas «a contribuir al esfuerzo de todos», pero reclamó un marco de estabilidad y de seguridad jurídica para que lleguen las inversiones. «Solo pedimos estabilidad, disponer de un marco tributario que no nos penalice competitivamente» y que no se marquen «en el corto plazo los cambios estructurales que deben llevarse a cabo».
El empresario recordó a la ministra de que «ningún otro país de nuestro entorno mantienen en estos momentos algunos de los tipos impositivos que más afectan a la empresa familiar» y reclamó que se permita «dar continuidad a nuestras empresas preservando la titularidad familiar». Asimismo, criticó que se hubieran aprobado en un plazo demasiado corto leyes tan importantes como la del registro horario o la del teletrabajo, que deberían haber sido pospuestas «hasta después de la crisis» y mostró su disconformidad con que se aborden en estos momentos cambios en la reforma laboral. «¿No sería más razonable convertir en eje de la reforma laboral la inclusión de los jóvenes, la incentivación del empleo, la formación dual, más que otras cuestiones más ideológicas a las que podremos enfrentarnos más adelante?», se preguntó. Para finalizar pidió al Gobierno que no los deje de lado en la recuperación. «Percibimos demasiada desconfianza a nuestras propuestas».
La empresa familiar lamenta que «en este contexto de crisis se incremente la presión fiscal sobre nosotros»
También criticaron que se haya aprobado ahora la ley de teletrabajo o de riders y que se aborde una reforma laboral