AYUSO POST 4M
Nos acercamos a la restauración del bipartidismo con algunos exotismos regionales
LlevamosLlevamos unos cuantos días de reposo post electoral. El triunfo de Ayuso el cómo, el cuándo, el dónde y sobre todo el porqué marca un hito en su carrera política. Tiene dos años para pasar a leyes, modos y maneras las promesas electorales, principalmente en materia fiscal y servicios públicos. Media legislatura de las de antes para pasar de las musas al teatro. Podrá confeccionar su equipo con total libertad y sin injerencias. Habrá apuntes, recomendaciones, susurros… pero suya será la última palabra como suyo es el BOCAM. Lo que necesita es un sistema de círculos concéntricos para parar las ofensivas y diseñar las políticas. Quizá ha llegado el momento de serenar los ánimos y las presencias, seleccionar el número de entrevistas y readaptar la figura institucional a los renovados retos y al poco tiempo. Su condición de «ariete» contra el Gobierno de Pedro Sánchez seguirá siendo una constante, pese a las suspicacias que va a generar en el seno de su partido. Como mandan los cánones es el momento de asumir poder orgánico en el seno de su formación y prepararse para esquivar a los «enemigos íntimos» y no confrontar de manera violenta con «los compañeros de partido». La «izquierda volverá» dijo el lunes Pedro Sánchez, así que Ayuso tendrá que aprovechar esta desbandada que proclama el Presidente del Gobierno para reforzarse ante la ofensiva próxima. Mucho se ha hablado y deseado lo de la extrapolación pero las elecciones son cosa de personas y personalidades y Casado no es Ayuso… Lo saben ambos. Nos acercamos a la restauración del bipartidismo con algunos exotismos regionales o provinciales y una debilitada matraca independentista. La reconstrucción de la derecha no se hace con fichajes o lo que llaman, otra pesadilla, la batalla cultural, se hace con políticas y esas son las que tocan ahora. Eso tan aburrido que es la gestión…adobada con zarpazos.