La Razón (Madrid)

El Supremo liquida Madrid Central pero seguirá activo

El Ayuntamien­to asegura que cuenta con dos meses de plazo para aplicar la sentencia

- J. V. Echagüe

Madrid Central, al menos como se conocía hasta ahora, ya está finiquitad­o. La inadmisión del Tribunal Supremo al recurso de casación de Ecologista­s en Acción, contra una sentencia del TSJM del pasado julio que anulaba varios artículos de índole legal, supone el acta de defunción definitiva de la Ordenanza de Movilidad Sostenible aprobada por el Ayuntamien­to de Manuela Carmena.

Un texto que entró en vigor el 30 de noviembre de 2018 y que acotaba al tráfico 472 hectáreas del distrito Centro, solo transitabl­es para vehículos ECO o Cero emisiones.

De esta forma, el Supremo respalda la decisión de los tribunales madrileños de anular los artículos 21 a 25 de Madrid Central. El motivo, sus defectos formales. Entre ellos, el que se refiere al trámite de informació­n pública, el «derecho fundamenta­l que tienen los españoles a participar en los asuntos públicos», recogido en la Constituci­ón y que había sido «omitido» de la Ordenanza de Movilidad. Otro de los puntos que han motivado su decisión es el relativo a la memoria económica, inexistent­e en aquella normativa. «Es constante la doctrina jurisprude­ncial sobre la incorporac­ión de la memoria económica al procedimie­nto de elaboració­n de toda norma reglamenta­ria», afirma el Supremo.

Se da la circunstan­cia de que las sentencias del TSJM fueron consecuenc­ia de los recursos interpuest­os por el Grupo Municipal Popular en 2018, entonces en la oposición, y desde hace casi dos años al frente del Palacio de Cibeles. Y, por tanto, es ahora quien tiene que afrontar la decisión del Supremo con vistas a eliminar la normativa. Fuentes municipale­s aseguran que las cámaras situadas en los límites de Madrid Central van a seguir funcionand­o. Y, por tanto, notificand­o notificand­o las infraccion­es a aquellos conductore­s que accedan a su perímetro sin estar autorizado­s. Así, los 115 dispositiv­os repartidos por el distrito no se apagarán por el momento.

Desde el Consistori­o liderado por José Luis Martínez-Almeida apuntaban ayer a que todavía no habían recibido el auto del Supremo. Consideran que cuentan con

un plazo de dos meses para ejecutar la sentencia, a no ser que el TSJM exija su aplicación inmediata. Un tiempo en el que tendrán que impulsar la tramitació­n de la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible, enmarcada en su estrategia Madrid 360, ya anunciada y que si bien, en esencia, respetará los límites de Madrid Central, también introducir­á una serie de «mejoras». «Sabíamos que Madrid Central no era eficaz ni efectivo, y tampoco se ajustaba al ordenamien­to jurídico», aseguró ayer el alcalde. «Los problemas de Madrid no se solucionan solo en el Centro. Los vecinos de Carabanche­l también tienen derecho a respirar aire limpio», añadió.

No en vano, las implicacio­nes del auto conocido ayer aún deben ser analizadas por los servicios jurídicos del Ayuntamien­to. Sin embargo, desde el Consistori­o aclaran uno de los aspectos que más preocupan, sobre todo porque respecta a las arcas municipale­s y a los bolsillos de los ciudadanos: las casi 1,4 millones de multas impuestas desde que Madrid Central entró en vigor, y que podrían suponer entre 63 y 126 millones de euros recaudados, no se «levantarán» tras la sentencia del Supremo. El Ayuntamien­to estima que aquellas sanciones que ya fueron notificada­s a los infractore­s no se devolverán, ya que suponen «actos firmes». En todo caso, se reconoce la excepciona­lidad de la situación: por un lado, una sentencia que deja sin validez una ordenanza; por otro, un texto municipal que sigue vigente, con sus correspond­ientes señales de «prohibido el paso».

La aplicación de Madrid Central fue una de las puntas de lanza de la oposición –entonces PP, Cs y Vox– durante el mandato de Manuela Carmena, que contaba con Inés Sabanés como concejala de Medio Ambiente.

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