Un nadador en busca de sus límites
Semanas de 110 km, trabajo simulando 6.500 metros de altitud, más velocidad... Así se ha preparado Alberto Martínez para competir en el Europeo en aguas abiertas
«Ahora hay que ahorrar energía y estar pendiente de los pequeños detalles como el descanso o la alimentación», dice Alberto Martínez, que mañana competirá en Budapest en los 10 kilómetros en aguas abiertas del Europeo de natación (distancia que también disputará en los Juegos y en la que fue octavo en el último Mundial). «El trabajo ya está hecho y ahora se trata de engrasar la máquina y que funcione», añade. El trabajo... Aquí va una parte: Hay mañanas en las que Alberto sabe que el día que le espera va a ser duro. En su caso, en los últimos meses, esos días eran los viernes. «Por la mañana, unos 45 minutos de carrera en ayunas», describe. «Desayuno y a la piscina para hacer algo bastante intenso, un volumen de hasta 14 kilómetros; después, estiramientos y a comer», continúa. Toca un poco de descanso... «Una hora o menos de siesta, porque a las 15:30 volvemos: sesión de fuerza o crossFit y al agua, más cañero porque por la tarde estás más despierto: otro volumen de entre 10 y 11 kilómetros y otra sesión de estiramientos o core». Y por fin, la cena, y a descansar. No queda energía para mucho más, aunque... «Hemos intentado enfocarnos en buscar los límites con Alberto. Al final es la mente la que desconecta antes y puedes hacer más de lo que crees», prosigue su entrenador. En estas sesiones largas, se combina el trabajo físico con el mental: «Entras como en una especie de mente en blanco: no tener muy presente lo que está pasando fuera y llevar un ritmo constante muy mecanizado. Mente en blanco y a fluir», explica Martínez.
Aparte de las jornadas tan duras, hay más, con alguna novedad en este año de pandemia. «Alberto es un chico que en aguas abiertas se sabe mover, tiene un don para la natación... Lo ves pasar las boyas y luego cuando el grupo sale, está delante y dices: “¿Cómo lo ha hecho?’’ Lo practicó mucho con su entrenador en Cartagena, pero su nivel puro de natación no era bueno y entonces hicimos una apuesta tras el confinamiento: en lugar de hacer metros y metros, durante doce semanas lo invertimos en técnica de nado, velocidad pura y trabajo de fuerza en seco. Y ha conseguido nadar su mejor tiempo en todas las distancias en piscina. Era una inversión. inversión. Desde enero ya entrena como toca, es un fondista: seis semanas seguidas más de 110 kilómetros de agua», desvela Vergnoux. La evolución quedó plasmada en una prueba: «El mismo día de mayo y a la misma hora que dos años atrás, hicimos un entrenamiento idéntico, además era largo. Es un momento de esos que dices, como falle... Pero lo ha hecho mucho mejor y eso refuerza nuestra trabajo».
Más detalles. La última concentración que tenían que haber hecho en altitud, en Font Romeu (Francia) se suspendió por el avance de la pandemia y para simularlo ha estado durmiendo en una tienda de hipoxia. «Hace mucho calor dentro, pero sí se puede descansar», cuenta Alberto. Simulan estar en Font Romeu o Sierra Nevada, pero están durmiendo en Barcelona. Esas circunstancias extremas, con la presión más alta, las tiene también en algunos ejercicios como el del carro, una máquina en la que se dan brazadas, pero fuera del agua. «Lo hemos hecho hasta simulando 6.500 metros, con varias inclinaciones para hacerlo más duro...», admite Vergnoux.
Y los domingos, que era el día libre, un extra: Fred recogía a Alberto y se iban al mar. «A disfrutar de una buena mañana de entrenamiento, nada del otro mundo, para ponernos el neopreno y sentir el agua fría, condiciones parecida salas que tendremosen el campeonato de Europa », afirma Martínez. El agua en Lupa Lake, donde se va a disputar la prueba, se calcula que esté entre 13 y 15 grados, lo que les obligará a vestir neopreno para luchar contra la hipotermia en las casi dos horas que dura. Será lo opuesto a Tokio, donde el agua estará a 30 grados. Eso también lo va preparando poco a poco, entrenando un día en piscina con el neopreno, para pasar calor y hacerlo desagradable, que es lo que se va a encontrar en los Juegos. «Son los pequeños detalles que marcan», opina Alberto. Por eso, decidió dejar Cartagena para irse a entrenar al CAR de Sant Cugat al lado del técnico con el que Mireia Belmonte lo ha ganado todo.
De un extremo a otro: en el Europeo nadará con neopreno porque el agua estará a 13-14 grados; en los Juegos, a 30 o más