LOS PREMIADOS VECILLA RIVELLES, UNA CARRERA UNIDA AL ARTE
Médico especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética especializado en ultrasonidos de última generación
A. M.
LaLa historia de las enfermedades y la medicina forma parte de la historia del hombre. La pintura y el arte también han estado siempre vinculados a la medicina. Ya Leonardo da Vinci, el gran genio renacentista, sentía devoción por la anatomía humana, que plasmaba en dibujos y esculturas. Por eso no es extraño encontrar la unión entre estas dos disciplinas, ya que estudiar y practicar la medicina implica un conocimiento global del ser humano, tanto físico como sicológico, y este conocimiento puede plasmarse en una obra artística, ya sea literaria, pictórica o musical. Es esta una red de vínculos muy presente en la trayectoria vital del doctor Luis Vecilla Rivelles: «Desde mi infancia he sentido la necesidad de reproducir y cambiar mi entorno. Mediante el dibujo, la pintura y la escultura, copio las formas que me rodean, y de alguna forma las transformo. Al hacerme cirujano plástico , continúo con mi pasión del arte pero transformando las formas de mis pacientes», explica.
Su padre también era médico. Como el doctor describe: «Un simple médico de cabecera al que no le gustaban los jefes, por ello nunca ejerció en hospitales. Tenía su consulta privada de medicina general en el piso primero sobre el local de la farmacia de mi madre, así, como decían los vecinos, lo tenían bien montado, mi padre les recetaba y mi madre les vendía las medicinas al salir a la calle. Fueron los dos muy queridos en el barrio donde se establecieron en los años 60».
Dos vocaciones
Al joven Luis Vecilla le encantaba el dibujo y la pintura, tanto es así que a los diez años «encargué el curso CEAC de pintura al óleo por correspondencia, y tenía en casa un “estudio” que era el cuarto frío, que realmente era el almacén de los trastos viejos. Yo era feliz pintando a todas horas. En el colegio destaqué en pintura, y mi profesor don José Antonio Longobardo me recomendó no dejar nunca la pintura dadas mis aptitudes», explica Vecilla. Ante este panorama, su padre, desde que cumplió más o menos 12 años de edad, le empezó a hablar de la cirugía estética y de lo bien que se le daría esa especialidad si estudiara Medicina en lugar de Bellas Artes. «Mira Dalí, es buenísimo y le echaron de bellas artes, esto demuestra que para ser un buen artista no necesitas esa carrera», le decía su padre.
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid, recuerda que al poco de salir del colegio, en una cena de compañeros, un amigo suyo llamado Lorenzo le dijo: «Si fuera tú, me dedicaría a la pintura en lugar de la medicina, es una pena que desaproveches el don que Dios te ha dado». Gracias a esas palabras, se matriculó por las tardes en el taller de Juan Valenzuela y Chacón, «donde permanecí aprendiendo los secretos de la pintura al óleo durante varios años. Hice el MIR y obtuve un número bajo que me permitió coger la ansiada plaza de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora en Madrid. De residente de primer año hice la primera exposición patrocinada por Caja Postal, ganada en un concurso de pintura. Fue en El Escorial, mi padre trajo a muchos de sus amigos y vinieron también compañeros del hospital. Vendí casi todo», relata Vecilla.
Su filosofía como cirujano es simple, siempre decir la verdad. «Intento ponerme en el lugar del paciente, entender cuáles son sus expectativas y decirle con la mayor honestidad posible si es realizable o no. Propongo la intervención más simple y menos agresiva posible, siempre que cumpla los deseos del paciente en cuanto a resultados», confiesa el doctor. Después de su residencia en el Centro de quemados y cirugía plástica, su padre falleció y se hizo cirujano plástico con plaza de FEA en el servicio de Cirugía Plástica del entonces recién inaugurado Hospital de Getafe.
«Estuve de adjunto al servicio de cirugía plástica hasta el 2000, que lo dejé para dedicarme exclusivamente a la cirugía estética. Estaba enormemente interesado en realizar reducciones mamarias sin cicatrices, como vi que hacía el doctor Sampaio Goes en Brasil. Compré un equipo de ultrasonidos MENTOR y empecé a desarrollar ese sueño que dura hasta hoy, con los ultrasonidos de última generación marca VASER. Esto a sido el motor de mi carrera profesional en cirugía estética, y es prácticamente el única área en donde he realizado publicaciones e innovaciones, quizás por ello me dedico solo a la liposucción asistida por VASER o lipovaser desde hace años», finaliza.