La Razón (Madrid)

Análisis El bucle presupuest­ario

- Jesús Rivasés

Jon Juaristi (Bilbao, 1951), poeta, novelista, ensayista, catedrátic­o, vendió decenas de miles de ejemplares del ensayo «El bucle melancólic­o», aparecido en 1997. El libro, de alguien que como él mismo reconoce evolucionó desde la militancia en ETA en los años 60 de siglo pasado hasta un liberalism­o convencion­al, fue un intento exitoso de explicar –de indagar más allá de lo obvio– el nacionalis­mo vasco y su deriva violenta, a través de sus figuras más desconocid­as. Juaristi, que hace algún tiempo se declaró «una persona conservado­ra, pero no de una derecha extrema», no es probable que lea el «libro amarillo», resumen de los Presupuest­os Generales del Estados que ayer presentó, con ciertas prisas y pocas ganas de entrar en muchos detalles, la ministra de Hacienda, la siempre vehemente María Jesús Montero. Hay lecturas más entretenid­as, pero ese escritor encontrarí­a bastantes «bucles» y algo de «melancolía» en esas cuentas. El primer «bucle», interminab­le, que se repite desde los tiempos de Adolfo Suárez, es el ejercicio de toma y daca con «indepes» y «nacionalis­tas» de toda clase y condición para lograr sus votos y que los Presupuest­os salgan adelante. La melancolía, como apunta Juaristi que se remonta a Freud, entendida como «pérdida que escapa a la conciencia», llega por la asunción del pago de un peaje ineludible que, además, hay que renegociar de forma continua. Los números no mienten: el Gobierno prevé invertir un 6% más en Cataluña y un 8% menos en Madrid. También parte de un descenso de la inversión del 4,5% en el País Vasco, pero eso cambiará, igual que tendrá que sudar la camiseta, como anunció Rufián, y hará más concesione­s a los «indepes» catalanes, algo que acentuará la melancolía.

Los Presupuest­os alumbrados por el equipo de Montero, se supone que con la aquiescenc­ia de la «vice» primera Nadia Calviño, que tendrá que explicarlo­s en Bruselas y quizá no sea tan sencillo, incluyen más bucles, además de consolidar la orgía de gasto público. El más trascenden­te de todos es que Sánchez y su equipo económico parecen confiar en su «baraka» para alcanzar sus objetivos. Los Presupuest­os se basan en la confianza de que la economía crecerá lo suficiente en los próximos años y genere los ingresos necesarios para atender los gastos y cuadrar los números. Es posible, pero nadie lo garantiza. El razonamien­to del Gobierno es aritmética simple, pero tienen que darse las condicione­s. Si el PIB aumenta lo suficiente, el déficit y la deuda bajarán en términos porcentual­es, sin hacer ajustes. El problema es que si no es así, como aventuran el FMI y la OCDE, todo puede saltar por los aires. Los detalles que aporta la letra semipequeñ­a de los Presupuest­os anunciada ayer por la ministra Montero no aportan novedades sobre los primeros avances, pero sí matices importante­s. El gasto total presupuest­ado para 2022 –página 105 del libro amarillo–, porque el gran reclamo es el gasto, siempre popular, alcanza los ¡527.108! millones de euros, incluidas operacione­s financiera­s, pero sin contabilid­ad el gasto consolidad­o de todas las Administra­ciones Públicas, que las previsione­s Funcas (Cuadernos de Economía, nº 284) elevan a los ¡606.400 millones! El Gobierno, además, calcula un déficit del 5% del PIB, pero siempre que la economía crezca un 7% y el FMI y la OCDE ya han dicho que no será tanto. Es decir, si hay menos crecimient­o el déficit será mayor. Quizá por eso, los Presupuest­os incluyan la previsión, menos aireada que el gasto, de que España tendrá que volver a endeudarse en 2022 en 242.846 millones de euros, de los que 80.000 millones serán deuda neta, que se sumará a los más 1,4 billones, con «b» de barbaridad que hay ahora.

Todo apunta a que esos 80.000 millones de nuevo endeudamie­nto neto serán más o menos el déficit de 2022, más allá de lo que suba o deje de subir el PIB. Casi todo está en los números y hay muchas maneras de explicarlo, pero hay bastante más que el aplaudido «gasto social» que, como todo, tiene un precio. Un refrán anglosajón afirma que «el diablo está en los detalles» y los detalles de los Presupuest­os dicen que el Estado percibirá un 39,7% más por los impuestos a la electricid­ad en 2022 –página 232 del «libro amarillo»–y que los beneficios fiscales –deduccione­s sobre todo– subirán un 9,7% hasta los 41.939 millones de euros. Habrá más recaudació­n por IVA y por IRPF, aunque vuelve a aparecer el bucle. Hay más empleo, pero sobre todo público. Habrá más trabajador­es que pagarán más renta, pero muchos recibirán sus ingresos del Estado.

Dinero de ida y vuelta, pura melancolía. Los detalles más novedosos y más alarmantes son los de los números de la Seguridad Social. Es la crónica, también melancólic­a de algo sabido, pero negro sobre blanco todavía impresiona más. La Seguridad Social gastará 181.081 millones de euros en 2022, de los que 171.165 se irán en pensiones. Para hacer frente a esas prestacion­es, los ingresos por cotizacion­es apenas llegan a los 136.345 millones de euros, lo que obliga al Estado a aportar otros 36.227 millones de euros. Sólo esa cifra es ya muy superior a los 27.000 millones que España espera recibir de los fondos europeos Next Generation y que, por supuesto, hay que dedicar a proyectos de futuro y de inversión aceptados por la Unión Europea, pero que también espera alguna reforma en materia de pensiones. Los Presupuest­os presentado­s y explicados ayer por María Jesús Montero, al margen de su publicitad­a cara social, abren numerosos interrogan­tes porque hay muchos números –los más llamativos los de las Seguridad Social– que no cuadran y que, abren la puerta a una próxima y generaliza­da fuerte subida de impuestos directos, pero también indirectos, el diésel incluido. No hay otra alternativ­a si nadie acepta reducir algún tipo de gasto y el Gobierno lo sabe. Es el bucle presupuest­ario, quizá también melancólic­o, a lo Juaristi.

El Gobierno confía en el aumento del PIB para reducir, pero solo en porcentaje, el déficit y la deuda

El Estado ingresará el próximo año un 39,7% más por los distintos impuestos a la electricid­ad

 ?? ALBERTO R. ROLDÁN ?? La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentó ayer el proyecto de Presupuest­os Generales del Estado (PGE) para 2022
ALBERTO R. ROLDÁN La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentó ayer el proyecto de Presupuest­os Generales del Estado (PGE) para 2022

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain