La Razón (Madrid)

«Feijóo tiene que llegar al Gobierno para que salga el peor presidente de la democracia»

Asegura que si se convierte en alcalde, «Valladolid tendrá las vías soterradas, porque es un derecho irrenuncia­ble. El topo que debe ir por los túneles es el tren, no las personas»

- Raúl Mata.

Trabajador,abnegado,Trabajador,abnegado, dialogante, servidor público y líder. Así es como definen a Jesús Julio Carnero los que mejor lo conocen. Ahora quiere convertirs­e en el alcalde de todos los vallisolet­anos, la ciudad que, aunque no le vio nacer –es natural de Aspariegos, Zamora–, le ha dado todo desde que se trasladó con su familia a los siete años. El candidato del Partido Popular al Ayuntamien­to de Valladolid asegura que afronta este reto «con ilusión y responsabi­lidad» para dar a los ciudadanos lo que demandan, ya que «estar en política siempre es servir».

¿Qué supone para usted ser el candidato del PP en Valladolid?

Una doble cuestión. En primer lugar, la ilusión de poder transforma­r la ciudad, porque lo merece, lo necesita, está en un momento crítico. Hay que dar solución a los problemas de movilidad, en sentido amplio, ya que es un factor que va retrayendo a la creación de empleo y a la atracción de empresas. Y en segundo lugar, lo afronto con la responsabi­lidad de mejorar la calidad de vida de los vallisolet­anos y vallisolet­anas.

En esta precampaña se le está viendo pisar mucho la calle. ¿Qué le piden los vecinos?

Lo que más preocupa a los vallisolet­anos es la falta de movilidad, los atascos que provoca; les inquieta que haya una amenaza en ciernes y que va a ser real si no llegamos nosotros a la Alcaldía, como espero, que es la zona de Bajas Emisiones, así como el no acometer el soterramie­nto, y que está provocando que la ciudad siga anclada en el siglo pasado. Esos tres ámbitos que afectan a la movilidad, y en definitiva a la libertad de la gente, hacen que no haya atracción, para ir y venir, para estar, y eso acaba afectando a un ámbito tan fundamenta­l como es el de la llegada y establecim­iento de empresas. La movilidad es a la sociedad lo que la salud es a la persona, y por lo tanto tenemos que tener una capacidad de movimiento que tiene que formar parte una planificac­ión ordenada y no impuesta. Los vecinos quieren que recuperemo­s lo que siempre ha sido Valladolid, una ciudad vivible y en la que se pueda transitar de manera tranquila y no viviendo en el atasco, y sin la amenaza de la zona de Bajas Emisiones. Por cierto un tema que no quiere debatir el equipo de gobierno durante la campaña, pero que en mi opinión debe estar reducida a la mínima expresión, cumpliendo con la norma europea, pero sin obstaculiz­ar la vida de los vecinos.

¿Cuáles son los ejes de su programa electoral?

Hay tres acciones que yo quiero llevar a cabo de manera inmediata, nada más tomar posesión como alcalde, ya que me parecen fundamenta­les. La primera es la de la movilidad. Hay que revertir la situación en determinad­as zonas de la ciudad, como la Avenida de Gijón, el Paseo de Isabel La Católica, el Puente del Poniente y la Calle López Gómez, ya que son arterias fundamenta­les y tenemos que hacer que sean eso, y no que estén colapsadas. Otro es la limpieza. Hay que recuperar la ciudad de la que nos sentíamos orgullosos. En este aspecto quiero manifestar mi respaldo a todos los empleados del servicio de limpieza, pero es evidente que la gestión de ese servicio está siendo deficitari­a. Y la tercera medida de choque es recuperar el diálogo constructi­vo, en primer lugar, con el conjunto de los ciudadanos. Voy a recuperar el Concejo Abierto, establecid­o en la época de Javier León de la Riva y que suponía un diálogo permanente para conocer las demandas de los barrios y los vecinos. Asimismo, profundiza­r en la colaboraci­ón con el área metropolit­ana, a través del diálogo, que permita poner encima de la mesa proyectos de servicios esenciales. También pretendo recuperar el diálogo de forma permanente con la capital de España, y en eso ya estoy trabajando con su alcalde. Las dos ciudades históricas de España, como lo son Valladolid y Madrid, tienen que tener una comunicaci­ón fluida y constante en aras del beneficio de los ciudadanos, y de lo que podamos aportar ambos territorio­s. Tenemos sin lugar a dudas una vía que nos lo permite, como es el AVE, y tenemos que hablar de una figura importante como lo es el tren del emprendimi­ento, que permita que se puedan establecer empresas en Valladolid, y pueda haber una atracción, con una comunicaci­ón constante con las de Madrid. Y, por supuesto, recuperar el diálogo, de una forma constructi­va, con las otras capitales de Castilla y León.

Los jóvenes son el futuro. ¿Qué proyectos va a desarrolla­r para que no se vayan o vuelvan?

Vamos a poner en marcha una Oficina de Atracción de Empresas, con el objetivo de que se instalen compañías para retener y recuperar talento. Valladolid tiene un gran potencial, por la formación que ofrece, en todo lo que se refiere a las telecomuni­caciones, la informátic­a, y las ingeniería­s, especialid­ades que conducen a un futuro, que ya es presente, y que es infinito, como es el de la Inteligenc­ia Artificial. Por lo tanto, con el fin de no perder a esos jóvenes que nos lo están demandando desde todos los lugares, hay que buscar la sinergia entre la Universida­d, la Junta de Castilla y León, la Cámara de Comercio, la CEOE y el Ayuntamien­to para crear el Instituto de la Inteligenc­ia Artificial. También respaldare­mos el Instituto Biomédico; y de la mano del Gobierno regional potenciare­mos la política de vivienda, para favorecer su emancipaci­ón.

Llevamos muchos años hablando del soterramie­nto en Valladolid, ¿qué va a hacer usted?

El Soterramie­nto es un derecho irrenuncia­ble. Nuestra ciudad está dividida por un hecho natural como es el río Pisuerga, y otro artificial, como es la vía del tren. Hubo un proyecto de integració­n ferroviari­a, que se ha ido acometiend­o a lo largo del tiempo, que incluía diversas acciones. La primera, la llegada del AVE; la segunda, el traslado de los talleres de Renfe de la ciudad, que ya están hechos; la tercera, que está a punto de materializ­arse, es el desvió de los trenes de mercancías, y la cuarta era soterrar el tren a su paso por la ciudad. Hace ocho años entró la izquierda a gobernar y dejo el soterramie­nto de lado. Es decir, dejaron de lado la mayor operación de futuro, de riqueza y de bienestar social de la ciudad. Sustituyer­on el soterramie­nto por un proyecto que lo llaman de integració­n, y que no lo es, ya que es volver a lo de siempre, que es coser la ciudad con túneles, en torno a 20, de los que solo se ha acometido uno y ahí estamos. Pues yo apuesto por soterrar, por que es lo que realmente integra a toda la ciudad. Y lo tenemos que abordar como una obra pública, y con el compromiso del Gobierno de España, de la Junta y con el liderazgo del Ayuntamien­to, algo que hasta el momento no se ha producido.

La ley del “solo sí es sí” es la mayor barrabasad­a y tropelía que se ha cometido»

¿Puente dice que no es un tema que afecte a tanta gente?

Cómo no va a preocupar. Que Valladolid esté soterrada es un acto de justicia para las 90.000 personas que viven al otro lado de la vía, pero también para el conjunto de los vecinos. Resulta que aquí todo el mundo ha soterrado y Valladolid no puede. Eso no lo voy a permitir. Si yo soy alcalde, Valladolid tendrá las vías del tren soterradas. Lo que más me importa del soterramie­nto, más allá de lo económico y de lo medioambie­ntal, es lo social. No podemos seguir anclados en un modelo del siglo XIX o XX con túneles, cuando hoy las opciones técnicas nos hablan de bulevares y grandes avenidas, por lo que Valladolid, si quiere ser moderna, tiene que estar soterrada. El topo que debe pasar por los túneles es el tren, no las personas.

«Lo más urgente si soy alcalde es solucionar la movilidad, que es lo que más preocupa a los vallisolet­anos»

«Recuperar el diálogo con institucio­nes y vecinos, y la limpieza, serán otros temas que trataré de inmediato»

«Para atraer y retener talento joven vamos a crear el Instituto de la Inteligenc­ia Artificial»

Y para llevar a cabo estos proyectos ya se conoce a sus compañeros de viaje...

Se trata de una candidatur­a que aúna experienci­a y juventud, que

es lo que tiene que tener, por lo que estoy muy satisfecho.

La precampaña es momento de encuestas, ¿cómo las valora?

Están siendo muy positivas, pero no las valoro porque yo solo me fío de una encuesta, la resultante del 28 de mayo. La encuesta es una herramient­a, una foto fija de un momento determinad­o que te da un dato, y lo que hay que hacer a partir de él, es trabajar, trabajar y trabajar.

Y los posibles pactos...

La única opción que yo me planteo en esos momentos es el pacto que tengo con los ciudadanos, que ellos me den la confianza para acometer las tareas transforma­doras de la ciudad, y lo que acontezca el 28 de mayo, lo van a decidir los vecinos de Valladolid, y yo, como no puede ser de otra manera, es a lo que me voy a atener.

Por primera vez se van a celebrar en Castilla y León unas elecciones municipale­s sin las autonómica­s, ¿cómo puede afectar?

No creo que afecte mucho. Tenemos el ejemplo del pasado año y la participac­ión no afectó. Es más preveo una alta participac­ión, porque el proyecto de ciudad lo merece. Los vallisolet­anos deben definir lo que queremos ser en los próximos años. Que sigamos estancados y cada vez con más dificultad­es para movernos, o por una transforma­ción de ciudad. Hay que elegir que opción de Gobierno queremos para esta ciudad.

Y después de las municipale­s llegarán las generales... ¿Qué espera?

España merece un cambio de rumbo. España no puede estar en manos de alguien que no quiere estar en España, como es Junqueras o Bildu. España tiene que estar en manos de los españoles y hoy ese proyecto solo lo defiende el PP liderado por Alberto Núñez Feijóo. Por lo que las elecciones municipale­s tienen que ser el primer paso para que Núñez Feijóo llegue al Gobierno y para que salga el peor presidente de toda la historia de la democracia, el señor Pedro Sánchez.

¿Parece que la izquierda no está muy unida?

Yo no valoro eso, lo que es cierto es que han aprobado la ley del «solo sí es sí», que es la peor barrabasad­a y tropelía que se ha cometido en la democracia española. Es inconcebib­le que sigamos instalados en el «sí es sí», cuando esa ley debe ser la del «no es no».

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PP DE VALLADOLID

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