La Razón (Madrid)

Francisco vs Orbán: «No a los populismos»

► En su primer día en Hungría, el Papa visibilizó sus diferencia­s políticas sobre Europa y los migrantes ante el primer ministro

- Antonio Pelayo.

ElEl interés de la primera jornada del Papa en su viaje de tres días a Hungría se concentró en el encuentro que Francisco mantuvo con el primer ministro, Viktor Orbán. Con esta, ya se han visto la cara cuatro veces: dos en el Vaticano y dos en este país. Una tras otras ha quedado patente que mantienen posiciones muy divergente­s en muchos temas y en la breve entrevista de ayer por lamañana, que apenas superó el cuarto de hora, es de suponer que no acercaron mucho las posiciones.

Prueba de ello es el discurso que Francisco pronunció en el antiguo monasterio carmelita Budapest, sede del Gobierno, ante el propio Orbán;lap residente Ka tal in Novak, los miembros del Ejecutivo y demás autoridade­s civiles y culturales. La extensa alocución del pontífice argentino tuvo tres ejes fundamenta­les en los que exhibió su propuesta geopolític­a en el mundo de hoy sobre la paz con Ucrania como frontera húngara, el concepto de Europa en uno de los países más problemáti­cos de la Unión y la acogida a los migrantes ante un líder más partidario de muros que de puentes.

El Papa comenzó lamentando lo que «parece –dijo– el ocaso del sueño coral de la paz, mientras los solistas de la guerra se imponen». «Parece incluso que la política a nivel internacio­nal tuviera como efecto enardecer los ánimos más que resolver problemas», criticó sobre lo que considera una« especie de infantilis­mo bélico». «La paz -apreció Jorge Mario Bergoglion­unca vendrá por perseguir los propios intereses estratégic­os, sino más bien las políticas capaces de mirar al conjunto, al desarrollo de todos, atentas a las personas, a los pobres y al mañana».

En su mirada al Viejo Continente, Francisco apostó por una «Europa de los veintisiet­e construida para crear puentes entre las naciones» que «necesita del aporte de todos sin disminuirl­a singularid­ad de ninguno …».« Se necesita esa armonía: un conjunto que no aplaste las partes y que las partes se sientan bien integradas en el conjunto», expuso con rotundidad. Y añadió: «Pienso, por tanto, en una Europa que no sea rehén de las partes, presa de populismos autor referencia les, pero que tampoco se transforme en una realidad fluida».

Adentrándo­se en la cuestión migratoria, se remitió al consejo que el primer rey húngaro San Esteban dio a su hijo E me rico, también santo, en lo que parecía un recado directo de la Historia al primer ministro: «Te recomiendo –le aconsejó– que seas amable no solo con tu familia y parientes o con los poderosos y adinerados o con tu prójimo y tus habitantes son también con los extranjero­s… Por eso te recomiendo que acojas con benevolenc­ia a los forasteros y los honres,d emane raquep refieran estar contigo y no en otro lugar».

Tomando esta cita como punto de partida, instó a Hungría a« afrontar el problema sin excusas ni dilaciones », ampliando la responsabi­lidada los responsabl­es de la Unión: «Es urgente, como Europa, trabajar por vías seguras y legales, con mecanismos compartido­s frente a un desafío de época que no podrá detener rechazándo­lo».

Francisco encontró su particular réplica en la jefa del Estado húngaro, que sacó pecho sobre los esfuerzos que su nación está haciendo para «ayudar al millón y medio de personas que huyen de Ucrania hacia nosotros, vemos el dolor de las familias golpeadas, oímos los gritos de las madres que lloran a sus hijos… hijos… el camino de la guerra está conste lado por sangre, muerte y una pobreza creciente».

Junto a estas peticiones, el Papa también reivindicó en Budapest «una sana laicidad, que no caiga en el laicismo generaliza­do, que es alérgico a todo aspecto sagrado y luego se inmola en los altares del beneficio» y ha pedido que no se dé lo que ha llamado «colaterali­smo con la lógica del poder».

Como balance de esa mañana institucio­nal, el propio Obispo de Roma hacía su particular resumen de puño y letra en el Libro de Honor de la Presidenci­a de la República: «Vengo como peregrino y amigo a Hungría, país rico en historia y cultura; desde Budapest, ciudad de puentes y de santos, pienso en toda Europa y rezo para que, unida y solidaria,sea también en nuestros días casa de paz y profecía de acogida».

 ?? EFE ?? El Papa Francisco, ayer en Budapest, durante su cuarto encuentro con el primer ministro Viktor Orbán, acompañado de su esposa Anikó Levái
EFE El Papa Francisco, ayer en Budapest, durante su cuarto encuentro con el primer ministro Viktor Orbán, acompañado de su esposa Anikó Levái

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