La Razón (Madrid)

La estafa de 80.000 euros a 30 ancianos

► Nueve imputados por timar a clientes de una tienda de camas articulada­s al cobrar hasta 5.000€ en revisiones después de que un extrabajad­or se quedase sus direccione­s

- Javier Villaverde.

Tras comprar camas articulada­s en una tienda de productos de bienestar de Madrid, más de 30 personas mayores abrieron las puertas de su casa y fueron engañadas por un grupo de nueve presuntos timadores del que formaba parte un extrabajad­or que, al ser despedido, se quedó con las direccione­s de los clientes. El antiguo empleado, principal responsabl­e de la trama, «había trabajado en esa tienda y conocía a esas personas», contaba a LA RAZÓN Paloma Heredia, inspectora jefa de la Policía Judicial de MoncloaAra­vaca. Heredia explicaba que «cuando le despiden se lleva la cartera de clientes y ya la trama es muy sencilla»: «Se presentan en el domicilio de las víctimas como una empresa paralela a la otra que hace revisiones de las camas. Les daban datos de la empresa dónde había comprado y lo que tenía. Eso generaba en la víctima una confianza como para permitirle­s entrar a su casa para realizar esa revisión a los productos que, en muchos casos, no llevaban ni tres meses en los hogares de los ancianos estafados».

Los nueve imputados presuntame­nte estafaron a más de 30 ancianos una cantidad total superior superior a los 80.000 euros. La Policía Nacional detuvo a 8 presuntos implicados en esta trama el pasado 12 de abril en el municipio madrileño de Rivas-Vaciamadri­d, arrestos hechos públicos ayer, y se encuentran en libertad con cargos de estafa, falsedad documental y pertenenci­a a organizaci­ón criminal. Una persona más, el escalafón más bajó de este grupo de estafadore­s de ancianos, no fue detenido pero también está imputado por estos tres delitos. Después de ganarse su confianza, los estafadore­s entraban en los domicilios de los ancianos. «Hacían la revisión ficticia o innecesari­a, les vendían productos de adaptación, productos que quitan los dolores… a unos precios desmesurad­os. Al cobrarles con la tarjeta, les decían un importe pero tecleaban otro muy superior», explicó la inspectora jefa de la Policía Judicial de Moncloa-Aravaca.

Facturas ficticias

«A una de las víctimas le hicieron dos cargos: uno de 2.300 euros y otro de 2.900 euros. Otras han sido importes más bajos, de 1.000/1.300 euros. Les vendían productos como toppers (fundas para el colchón) que en el mercado puede alcanzar los 300/400 euros a un precio muy superior haciéndole­s creer que era necesario», detalló Heredia. La acción de los nueve presuntos estafadore­s se basaba en lograr que sus longevas víctimas no desconfias­en de su honradez en ningún momento. «Aportaban facturas de la empresa ficticia que no están en el Registro Mercantil», subrayó la inspectora Heredia. En su modus operandi era clave el reparto de tareas. «Había dos directivos que conocían a qué personas había que ir. Los comerciale­s eran los que iban a las casas. Había una oficina donde los estafados recibían un falso servicio de teleoperad­or teleoperad­or cuando llamaban a esta compañía falsa».

La investigac­ión se inició en enero de este año cuando una de las víctimas denunció que un individuo se había presentado en su domicilio con la intención de efectuar la revisión de la cama articulada que permite inclinar el respaldo y la zona de las piernas. Esta señora fue engañada y pensaba que el hombre trabajaba en la empresa en la que había comprado el lecho. Tras una supuesta revisión, le pagó con su tarjeta de crédito 300 euros, al menos eso creía. Días después, la anciana observó que en su cuenta bancaria figuraba un cargo de 4.800 euros. Ante este tipo de estafas, la inspectora Heredia recomienda «desconfiar de todas las personas que se presentan en casa»: «Normalment­e esto no funciona así. Las empresas comunican que se va a presentar en casa un revisor. No abrir la puerta a nadie, llamar a la empresa y comunicar esta visita». Aunque se compruebe que los trabajador­es son realmente de la empresa y les dejen entrar en casa, Heredia aconseja «no pagar por servicios ya que normalment­e están todos domiciliad­os en los bancos»: «Que quieran cobrarnos en el momento con el datáfono o en efectivo debe hacernos sospechar. Es recomen

En foco

Los estafadore­s se ganaban la confianza de las personas mayores aportando datos de su compra

dable decirle al trabajador: ‘me lo pasa usted por el banco’».

Una señora de 81 años que vive en la Residencia de Mayores de Carabanche­l es la víctima de otra estafa cometida por «el que supuestame­nte era su único cuidador después de que su hermano falleciera hace dos años», relató a LA RAZÓN Gabriel, inspector jefe de 62 años de la Policía Nacional y responsabl­e de la Policía Judicial en la comisaria de Carabanche­l. El presunto estafador, un taxista de confianza del hermano fallecido, ingresó a la anciana en esta residencia a principios de marzo aclarando que no quería hacerse cargo de ningún impago que pudiera haber en los recibos. El taxista de 40 años y nacionalid­ad española «acudía a la residencia para sacar a la víctima, llevarla a una oficina bancaria y realizar retiros de cantidades importante­s de dinero en efectivo». Después, «volvía a llevarla a la residencia con una cantidad muy inferior a la que había sacado y se quedaba con la mayoría del dinero», detalló el responsabl­e de la Policía Judicial en Carabanche­l. El presunto timador fue detenido el pasado 13 de abril, arresto hecho público ayer por la Policía Nacional, acusado de un delito de estafa.

Personas vulnerable­s

«Este caso es llamativo por las circunstan­cias de la víctima. Es una anciana sin familia con un deterioro cognitivo importante y trabas físicas como un grado de incidencia bastante acentuado, no era consciente del dinero que había sacado», subrayó el inspector jefe tras 39 años en el Cuerpo Nacional de Policía. «Del 15 de marzo al 4 de abril había ido en tres ocasiones este hombre a recogerla, constatamo­s a través de imágenes de la oficina bancaria que se presenta con ella, la lleva a la ventanilla y realizaba retiradas de efectivo de 1.100 euros», detalló Gabriel. Los trabajador­es de la residencia se dieron cuenta de que las cantidades de dinero que la anciana les dejaba para que se lo guardasen no coincidía con las retiradas de efectivo realizadas por la señora. Los agentes constataro­n que el supuesto cuidador en realidad se estaba aprovechan­do de su situación de su grado de invidencia llegando a apropiarse de unos 30.000 euros. «La anciana corría el riesgo de no poder pagar la residencia en la que vivía por culpa de esta estafa. No son casos habituales pero hay gente sin escrúpulos que se aprovecha de la vulnerabil­idad de las personas mayores».

 ?? POLICÍA NACIONAL ?? Uno de los detenidos en el marco de esta operación policial
POLICÍA NACIONAL Uno de los detenidos en el marco de esta operación policial

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain