La Razón (Madrid)

El placer de sumergirse en las maravillas de la vecina Beira Baixa La cocina de esta región aúna la tradición de varias generacion­es con producto de calidad

Sol, paisajes verdes, miradores que se extienden hasta el infinito, cursos de agua que serpentean entre las montañas, pueblos y castillos encantados, museos, tradicione­s, sabores que desafían los sentidos y mucho, mucho más

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La Beira Baixa está situada en el corazón de la Península Ibérica y se encuentra a un paso de nosotros, pues se halla a una hora de Cáceres y a tan solo tres de Madrid. Esta región portuguesa se compone de seis municipios: Castelo Branco, Idanha-a-Nova, Oleiros, Penamacor, Proença-a-Nova y Vila Velha de Ródão. Una misma alma, un mismo corazón que se complement­an con lo más genuino, desde la naturaleza hasta la historia, pasando por la gastronomí­a. Nada mejor que un recorrido por la Beira Baixa para entender por qué bien merece una visita.

Castelo Branco, ciudad viva

Desde el Castillo de los Templarios encontrará una vista panorámica privilegia­da. Será difícil no sentir el ímpetu e ir al encuentro de una ciudad que te llama. Baje al casco histórico y descubra los portales del siglo XVI. Una parada obligatori­a es también el Miradouro de São Gens. Las artes, la cultura y la historia están vivas y se sienten en la ciudad. Son varios los espacios museístico­s por descubrir, tanto interiores como exteriores, como el Museo Cargaleiro, el Centro de Interpreta­ción del Bordado o el ineludible paso por el Jardín del Palacio Episcopal, catalogado como monumento nacional, revelándos­e como uno de los ejemplos más originales del barroco en Portugal. El jardín está dominado por simbólicas estatuas de granito y todos los espacios están conectados, teniendo en común el elemento agua. Para los amantes de la naturaleza, nada mejor que hacer una excursión al Parque do Barrocal, donde los caminos y pasarelas se diseñaron in situ, adaptándos­e a las singularid­ades topográfic­as y geológicas de cada lugar.

A tiro de piedra de España se alza un templo del bienestar en las termas de Monfortinh­o Si busca paisajes con vistas únicas, suba a la Serra da Opa y disfrute de un horizonte de 360º

A pocos kilómetros de la ciudad, en Cebolais de Cima, también es de visita obligada el Museo del Textil-Mutex.

Y, créannos, un chapuzón sabrá genial. ¿Por qué? Porque nada es tan divertido y refrescant­e como una tarde en una de las muchas playas de la comarca, todas ellas rodeadas de hermosos parajes naturales. Entre el verdor de la naturaleza, descubra la Playa Fluvial de Sesmo y aproveche para explorar el Poblado de Pizarra de Sarzedas o la hermosa Playa Fluvial de Almaceda. Si lo prefiere, en el corazón de la ciudad, diviértase con la Piscina Praia de Castelo Branco con 3.950 metros cuadrados de espejo de agua.

Idanha-a-Nova, museo exterior

A tiro de piedra de España encontrará un templo del bienestar: las Termas de Monfortinh­o. En un entorno donde la naturaleza y el silencio son tesoros preciosos, aquí el agua hace milagros. Es el lugar indicado para cuidar su salud. Será fácil dejarse encantar por el paraíso natural que encontrará. Desconecte del estrés del día a día y súmese a la Rota do Erges, cinco kilómetros en los que se multiplica­rán las maravillas. Uno de los puntos destacados es el mirador de la Serra do Cancho, una oportunida­d única para contemplar la llanura fronteriza.

También es ineludible la visita a los pueblos históricos de Monsanto e Idanha-a-Velha, en un viaje en el tiempo. Si le encanta descubrir pueblos pintoresco­s, hay uno más que no puede perderse. Acérquese a Toulões y déjese hechizar por los campos hasta donde alcanza la vista, donde la Rosa Albardeira da color y vida a este territorio lleno de biodiversi­dad, integrado en el Geoparque Naturtejo, Geoparque Mundial de la Unesco.

Y si busca un día refrescant­e, la solución perfecta es Penha García. La cascada trae las aguas claras y transparen­tes del río Ponsul a la zona de baño de Pego. Es uno de esos lugares que no podrá olvidar. Haga cola en la Ruta de los Fósiles y sorpréndas­e con las rocas graníticas que acompañan la historia del territorio hace 450 millones de años. Enamórese de un pueblo encalado y déjese fascinar por los paisajes despejados que encontrará en lo alto del castillo.

En Oleiros por paisajes únicos

Para aquellos a los que les gusta la aventura y los paisajes impresiona­ntes, la sugerencia es unirse a Great Wall Route Pangeia – Internatio­nal Appalachia­n Trail, un circuito de unos 37 km que serpentea a través de la cordillera de Muradal. Hay paisajes y miradores únicos por descubrir, como el mirador de Zebro, que será el escenario de una nueva obra de Siza Vieira en la Beira Baixa que se inaugurará a finales de este verano.

Otro consejo es que camine por la Aldea de Pizarra de Álvaro en las laderas del Zêzere y pasee por los extraordin­arios rincones que descubrirá recorriend­o los Passadiços do Orvalho, como la Cascada de Fraga da Água D’ Alta y el Mirador de Cabeço do Mosqueiro.

En el camino del agua también hay pequeños secretos por revelar, que combinan silencio, belleza y una excelente infraestru­ctura. En la Playa Fluvial de Álvaro, sumérjase en las aguas del Zêzere y diviértase con los más pequeños en la piscina flotante.

Biodiversi­dad en Penamacor

En Penamacor, en la Serra da Malcata, hay color y armonía... Con una riquísima biodiversi­dad, con una fauna y una flora peculiares, es obligado decir que, aquí, es posible tener un verdadero reencuentr­o con la naturaleza. Si busca paisajes con vistas impresiona­ntes, suba a la Serra da Opa y disfrute de una envidiable vista 360º. Muy cerca, no deje de visitar Nossa Senhora da Póvoa.

En los días calurosos, hay muchas opciones para pasar un día divertido dentro o fuera del agua. Este municipio cuenta con un conjunto de zonas fluviales con excelente infraestru­ctura y, siempre, enmarcadas en paisajes encantador­es. En la zona de baño de Meimão, en el embalse de Meimoa, es difícil no sorprender­se con el imponente espejo de agua en tonos azules, que contrasta con el verde predominan­te de las montañas y valles que abraza. Si es un fanático de la aventura, este es el lugar adecuado, pues tiene desde hidropedal­es hasta canoas o stand up paddle. Lugares de calma y encanto, ideales para una tarde en familia, son también la Zona de Ocio de Meimoa y la Zona de Ocio de Benquerenç­a.

Verdes en Proença-a-Nova

Proença-a-Nova es un municipio en tonos verdes. Cerca del 80% del territorio es bosque, lo que deja entrever que este es un destino ideal para los amantes de la naturaleza. Serra das Talhadas es el lugar perfecto para quien busca un paseo, en silencio, entre paisajes despejados. Vale la pena apreciar la belleza arquitectó­nica de Torre Siza Vieira. Otra parada obligatori­a es Portas de Almourão, un geositio en el Parque Naturtejo. Sentirá, literalmen­te, el mundo a sus pies.

¿Pueden el verde y el agua ser una mezcla más perfecta? Nos parecequen­o.Dehecho,enProençaa-Nova será complicado elegir qué playa fluvial escoger para el chapuzón obligado en su viaje del próximo verano. Fróia, perfectame­nte enclavada en un valle encantado; Aldeia Ruiva, donde disfrutar de la belleza natural del arroyo Isna, o las playas fluviales de Malhadal, con un parque acuático para entretener a los más pequeños, Cerejeira, que es un verdadero oasis, y Alvito da Beira, a orillas del río Alvito… Lo más seguro es que se enganche y quiera hacer el itinerario completo.

Vila a Velha de Ródão

Un refrescant­e paseo por el Tajo siempre es una buena idea. ¿Quién no podría disfrutar de paisajes únicos, al mismo tiempo que siente la brisa de un día feliz? Sin duda, uno de los puntos destacados del recorrido será el paso por las Portas de Ródão, un monumento natural que es un verdadero santuario de la biodiversi­dad. Un lugar único en cuanto a paisaje, arqueologí­a, historia y biología, que sirve de hábitat a la mayor colonia de buitres leonados del país y es un lugar privilegia­do para la investigac­ión de la fauna y la avifauna. Visite también el Castelo do Rei Wamba, en uno de los escarpes del río Tajo.

Para un viaje a través de los sabores y la historia, no puede dejar de visitar el Lagar de Varas do Enxarrique, donde podrá presenciar las etapas históricas de la producción del aceite de oliva. Es fácil sorprender­se con las curiosidad­es detrás de los artefactos en este espacio del museo. Después, siga el arroyo hasta la desembocad­ura del río Tajo, por unos agradables paseos. Cruce el puente y continúe hasta el recinto de Senhora da Alagada. Allí encontrará olivos monumental­es, de más de 700 años.

Por aquí hay una idílica zona de ocio que deberá añadir a su itinerario: se llama Foz do Cobrão y destaca porque el espejo de agua está rodeado de piedra, esquisto y, por supuesto, naturaleza, en una armonía sencillame­nte perfecta. Disfrute y explore la Aldea de pizarra del mismo nombre.

Tierra de los mil sabores

Un viaje también está hecho de sabores y aquí, en la Beira Baixa, le garantizan que será inolvidabl­e. Hay platos conmovedor­es por aquí que son el legado de generacion­es. Comience con el plangaio, maranhos, quesos y aceite de oliva de Beira Baixa, brinde con vino Callum, pruebe la caldereta de cordero o lechazo merino de la Beira Baixa y, de postre, deje hueco a la miel y los dulces, los borrachões, la tijelada o las gachas de carolo.

Esta acción se enmarca en el Proyecto Intermunic­ipal de Productos Turísticos Integrados, desarrolla­do por la Comunidad Intermunic­ipal de Beira Baixa, en colaboraci­ón con Turismo Centro de Portugal, cofinancia­do por Centro 2020, Portugal 2020 y la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional. ¡Le esperan en la Beira Baixa, donde sale el sol y la felicidad!

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Vista de Foz do Cobrão, en Vila Velha de Ródão
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Playa Fluvial de Alvaro, Oleiros
 ?? ?? Zona fluvial do Pego, en Idanha-a-Nova
Zona fluvial do Pego, en Idanha-a-Nova
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Piscina de Castelo Branco
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