«Atracción fatal», cuando la tensión sexual es asfixiante
La adaptación de la película aterriza hoy en SkyShowtime, con tres de sus ocho episodios ya disponibles bajo demanda
LosLos escándalos sexuales y el poder han sido una delastramaspreferidas de la industria americana, aunque en muchas ocasiones hayan sido inspiradas por historias reales. La serie «Atracción fatal» que aterriza hoy en SkyShowtime con nuevos capítulos, recupera el argumento del clásico del cine de los años 80, interpretado en su día por el icónico Michael Douglas. Mismo papel encarna ahora el actor Joshua Jackson, para quien «ha sido todo un reto estar a la altura de la interpretación de Michael», aunque para él «la clave estaba en dar un aire distinto y actualizado al personaje».
Precisamente ese es el significado de esta adaptación, cuatro décadas después: «Para mí resultaba muy atractivo estudiar cómo ha evolucionado la sociedad a la hora de consumir este tipo de tramas. Durante muchos años la mujer siempre quedaba como la culpable en este tipo de historias y ya era hora de hacer justicia a la realidad, contando estos controvertidos romances desde otro punto de vista. Todas las historias tienen dos versiones».
Así, esta adaptación del largometraje se tomará licencias narrativas. Algunas estarán justificadas por el paso del tiempo y otras por la adaptación al formato serie. Sin embargo, Joshua está convencido de que «la ficción no tiene por qué corregirse o rectificarse». «La ficción es hija de su época y es normal que ahora nos extrañen comportamientos sociales de hace varias décadas. Pero resulta demasiado fácil juzgar el pasado», añade el actor tras hacer uno de los papeles de su vida.
Joshua reconoce que «este papel ha sido una de las grandes oportunidades de mi carrera». «Interpretar a un galán con poder e influencia, que además tiene un complejo conflicto sentimental, es para lo que te formas en una academia de interpretación», apunta. El actor agradece así todos los recursos recursos que le otorga el personaje de Dan Gallagher.
Visualmente, al igual que su predecesor en la gran pantalla, este thriller es oscuro, recordando por momentos al clima de otras ficciones de tensión sexual como la célebre saga «50 sombras». La música y los planos claustrofóbicos te sumergen en una tensión casi asfixiante en la que el peligro se siente cada vez más cerca. Precisamente esta sensación de rozar el abismo es el alimento de los dos personajes protagonistas, la adicción a la adrenalina que necesitan dos personas que creen haberlo conquistado ya todo.
Pero el peligro que corren este tipo de adaptaciones no es otro que caer en lo predecible. Sin embargo, esta serie es una demostración de la multitud de capas que puede llegar a alcanzar la personalidad humana. Trata sobre lo fácil que es creer que conoces a alguien, hasta darte cuenta de que no es la persona que dice ser. La confirmación de que las apariencias engañan y que los intereses individuales no casan bien con las relaciones sentimentales ni los secretos.
Lo más adictivo de esta serie es que permite al espectador participar como un testigo más, pero que no posee más conocimiento que los protagonistas. Se convierte así en víctima de los engaños mientras cuenta con la capacidad de formular sus propias hipótesis y teorías conspiranoides.
Joshua también se sorprende de que este tipo de tramas sigan suscitándonos tanto interés, pero para él este fenómeno responde al propio razonamiento humano: «Poner en peligro lo que más nos importa despierta todos nuestros sentidos y nos hace sentir más vivos que nunca. Es un rasgo que siempre formará parte de nosotros y con el que nos gusta experimentar a través de la ficción».