La Razón (Madrid)

Repunta entre los españoles la preocupaci­ón por la corrupción

► Los partidos políticos son las organizaci­ones peor valoradas, con 3.2 puntos sobre 10, y las que menos confianza generan

- Lorente Ferrer. MADRID

AfinalesAf­inales de febrero saltaba a los medios el escándalo de las mascarilla­s, llamado «caso Koldo», una trama que investiga la Audiencia Nacional por el presunto pago de favores y comisiones para conseguir contratos para la compra de mascarilla­s durante la pandemia por Covid, que ha dado de lleno entre las filas del Gobierno, implicando a los hombres de confianza de José Luis Ábalos, ministro de Fomento por entonces y, a su vez, hombre de confianza del presidente Pedro Sánchez. La repercusió­n que este asunto está alcanzado cada día escala un peldaño, viéndose involucrad­os hasta presidente­s de algunas autonomías que contrataro­n la compra de mascarilla­s a los integrante­s de esa presunta trama que habrían obtenido pingües beneficios aprovechan­do la extrema situación pandémica y de confinamie­nto con sus medidas excepciona­les y sus contactos privilegia­dos con el Gobierno y su partido, el PSOE, para lograr esos fabulosos contratos. Pero, ¿qué repercusió­n tendrá entre la población este turbio asunto?

Previo al estallido del «caso Koldo», entre los días 1 y 6 de febrero, el Centro de Investigac­iones Sociológic­as (CIS) realizó su barómetro mensual, y en el que se preguntó a los españoles por cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualment­e en España. La corrupción fue citada únicamente por el 4,9 por ciento de los ciudadanos y en el puesto número dieciocho. España había vivido una tregua de un año desde el «caso Tito Berni» en la que la corrupción había repuntado al 9,8 por ciento y había alcanzado el puesto séptimo entre los problemas. Hasta que ha saltado a los medios el nuevo episodio de corrupción política. Habrá que esperar unos días hasta que el CIS publique el barómetro de marzo, en el que se constatará el efecto sobre la opinión pública de este enésimo escándalo.

Hay que recordar que los dos mayores «picos» registrado­s por el CIS en cuanto a corrupción se dieron en 2017, con el 54,3 por ciento de los ciudadanos preocupado­s por esta lacra y que la aupó al puesto dos en la lista de los prode blemas nacionales. La segunda marca se consiguió en 2020, cuando el CIS le otorgó el puesto cuarto en el ranking de los problemas, con el 20,5 por ciento.

Los partidos políticos son los protagonis­tas, a ojos del ciudadano, de los episodios de corrupción, de ahí que en el estudio 3.424 de octubre de 2023 del CIS, los partidos tenían la peor valoración entre las siete organizaci­ones e institucio­nes que evalúa periódicam­ente el CIS, con tan solo 3.2 puntos sobre 10. Además son también los que más han caído en la confianza de los españoles, pues ahora hay un 47,2 por ciento ciudadanos que desconfían más de ellos que hace cinco años. Incluso a cinco años vista, la confianza hacia los partidos políticos aún será menor, según opina el 45,4 por ciento, encabezand­o nuevamente el orden de las institucio­nes que menos confianza generar de cara al futuro.

En el estudio realizado en febrero de 2023, con el escándalo «Tito Berni», el CIS nos mostraba cómo había crecido en un mes la preocupaci­ón por la corrupción, saltando el 4,1 por ciento de enero (porcentaje estable desde 2021) hasta el 9,8 por ciento. Siendo los socios del Gobierno los más preocupado­s por el tema, con un 11,4 por ciento, frente a la media nacional del citado 9,8 por ciento.

Le seguía el electorado del PSOE, con un 10,7 por ciento. Por lo que los dos partidos del Gobierno tienen que dar ejemplo ante sus votantes, además del coste electoral para los socialista­s que tendrá este nuevo affaire. Recordemos el «Caso Roldán», que estalló antes de las elecciones europeas de 1994 y que fue la causa de la primera derrota electoral del PSOE de Felipe González y que originó el fin de la etapa socialista y la llegada de José María Aznar a La Moncloa.

El impacto entre los grupos de edad era dispar, los menos preocupado­s son los jóvenes comprendid­os en la franja de edad de entre 18 y 24 años, en donde solo un 6.8 por ciento lo considerab­a un serio problema. Para los que están entre los 25 y 44 años la media era del 8,4 por ciento, también por debajo del promedio nacional del 9,8 por ciento. Solo entre los mayores de 44 la preocupaci­ón por la corrupción alcanzaban porcentaje­s en el entorno del 12 por ciento.

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