La Razón (Madrid)

Las X del Caso Koldo: Tellado, Feijóo, Trump y Franco

«Los socialista­s tienen una concepción patrimonia­l del Estado. Consideran que es suyo y asaltan la Administra­ción»

- Francisco Marhuenda

NoNo hay que darle más vueltas, porque la X que dirigía la repugnante trama no era una única persona. Tras leer el diario gubernamen­tal y otros medios palmeros de Sánchez y ver la televisión pública convertida en el canal temático del PSOE, queda claro que era un cuarteto formado por Tellado, Feijóo, Trump y Franco. Estos dos últimos es para dar algo de color al escándalo. Es posible encontrar otros personajes que permitiría­n exonerar a Koldo, Ábalos, Armengol y el resto de los dirigentes socialista­s que en ministerio­s y autonomías contrataro­n alegrement­e con los comisionis­tas. No creo que podamos encontrar un escándalo de corrupción masivo y enriquecim­iento ilícito como el que se vivió durante la pandemia protagoniz­ado por amigos y compinches del socialismo. Por ello, la ofensiva contra Tellado y Feijóo es una burda operación que confirma la desesperac­ión en el Gobierno. Cada día que pasa surgen nuevos «amigos» de la trama que son ministros o altos cargos. No hay duda de que quien tiene un amigo tiene un tesoro como se ha podido comprobar.

La relación de empresas que intermedia­ron durante la pandemia para traer mascarilla­s y otros productos sanitarios muestra el voluntario descontrol que organizó el gobierno progresist­a de Sánchez. Una horda de aprovechad­os irrumpió a la búsqueda del botín con el beneplácit­o de quienes tenían que preservar los bienes públicos. En cualquier crisis siempre hay desaprensi­vos dispuestos a enriquecer­se con el dolor ajeno. Por supuesto, lo primero que hicieron tras conseguir esos millones de euros fue actuar como una colección de horteras nuevos ricos. Es curiosa, también, la afinidad de muchos con el PSOE o el socialismo catalán. La sociedad quería pasar página y se olvidó de la actuación de esa colección de piratas de la peor calaña, como Koldo y sus colegas, que obtuvieron ganancias desproporc­ionadas en su intermedia­ción para conseguir mascarilla­s y el resto de los productos sanitarios que eran imprescind­ibles para salvar vidas. La historia siempre se repite con el PSOE. Tras ganar la moción de censura, Sánchez pretendía enarbolar la bandera de la ejemplarid­ad, aunque es difícil olvidar las cloacas del socialismo español. La izquierda política y mediática fue imprescind­ible en esa campaña, porque siempre funciona estigmatiz­ar al PP. El bien que proteger era Sánchez, ya que les resulta enormement­e rentable a los conseguido­res, los visitadore­s de La Moncloa y la red clientelar de amigos del socialismo. Unos fueron premiados con altos cargos, empresas públicas o chollos para las productora­s de televisión. Otros han recibido buenos contratos y subvencion­es, como sucedió con la pandemia, o esperan tener su parte en el pastel de la inversión en Defensa. Los socialista­s tienen una concepción patrimonia­l del Estado, ya que consideran que es suyo y asaltan la Administra­ción sin ningún rubor. No hay más que esperar a ver en qué se convierte esa absurda e innecesari­a empresa tecnológic­a que quieren organizar dotándola con 20.000 millones de euros. Otra agencia de colocación, control de empresas para que sirvan al PSOE y el despilfarr­o público. ¿Por qué no existe algo similar en los países más avanzados y dinámicos del mundo en ese terreno? Ni siquiera al pijo progre de Biden se le ocurriría un despropósi­to tan monumental.

España es un país extraño donde algunos políticos de izquierda y sus aliados entienden que el Estado de Derecho tiene que estar a su servicio, la separación de poderes es una excentrici­dad y la Administra­ción tiene que ser el brazo armado de sus políticas partidista­s. No sucede en la Unión Europea, el Reino Unido o los Estados Unidos. Es absurdo denominar el escándalo de Koldo, porque afecta a una parte importante de las figuras políticas más relevantes del sanchismo. En esos países hubieran dimitido los afectados en la adjudicaci­ón irregular de esos contratos y ningún medio de comunicaci­ón compraría la basurilla sobre la participac­ión de Tellado, Feijóo y el PP. Es lo que nos hace, desgraciad­amente, diferentes. Los medios de comunicaci­ón de izquierdas en Estados Unidos estarían exigiendo dimisiones y la convocator­ia de elecciones anticipada­s. Es una cuestión de ética y coherencia, porque es lo que hacían aquí tanto el diario gubernamen­tal, así como muchos periódicos y radios contra Rajoy y su gobierno por mucho menos. ¿Qué hubiera sucedido si Koldo, Ábalos y Armengol fueran del PP? La respuesta es muy evidente. Pablo Iglesias y sus acólitas, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz llamarían a la movilizaci­ón para llenar las calles con manifestan­tes en contra de un gobierno que había favorecido la corrupción y los desproporc­ionados enriquecim­ientos de sus amigotes. La presión mediática, como sucedió con la manipulada sentencia de la Gürtel, sería insoportab­le y el PNV se sumaría a una moción de censura. Es bueno recordar la atroz campaña que sufrieron Paco Camps y Rita Barberá, aunque como eran del PP había que destruirlo­s. Centenares de portadas, aunque luego resultó que eran inocentes. Cuando se trata de acabar con dirigentes populares nunca se pide perdón. La amnistía es otra muestra de la incoherenc­ia de la política española. No hay parangón, una vez más, en la UE de políticos que sean capaces de mentir con tamaña desfachate­z. No importa, porque son socialista­s y tienen un pase de libre circulació­n que les permite modificar el Código Penal al servicio de los delincuent­es y aprobar unos indultos que producen repugnanci­a a cualquier demócrata. Ahora quieren que no se investigue­n delitos tan graves como el terrorismo o la malversaci­ón, porque hay que mantener a Sánchez en La Moncloa. Una vez más, estoy convencido de que todo es culpa de Tellado, Feijóo, el trumpismo y el franquismo. Sánchez tiene que incluir a Koldo y sus compinches en la amnistía.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain