El show de Luis Enrique
► Kylian Mbappé fue el protagonista de las preguntas y el asturiano mostró todas sus facetas ante los periodistas
El destino es tu carácter. Y Luis Enrique es Luis Enrique en el Celta, en la Roma, en el Barcelona, en la selección española o en París. El Luis Enrique de toda la vida llegó ayer a San Sebastián, se midió a los periodistas como si estuviera en su mejor forma y se marchó tan feliz. Le preguntaron, por supuesto, por Kylian Mbappé, a quien últimamente está sustituyendo con la débil excusa de que el equipo tiene que acostumbrarse a jugar sin él. Todos los días le preguntan por la estrella del equipo: «Es fácil: aceptas lo que pregunten los periodistas y tú contestas lo que te da la gana», dijo el entrenador asturiano.
Una de las dudas es si va a sustituir a su estrella también esta noche en la vuelta los octavos de la Champions ante la Real Sociedad. Le preguntaron en francés y la traductora no fue capaz de trasladar la pregunta a un español comprensible. Se quedaba callada. «Es que se me ha quedado callada la traductora», decía Luis Enrique y la buscaba con la mirada. «Vamos, ánimo», insistía el entrenador. Volvieron a preguntar en francés, pero la traductora no tradujo. «Haz la pregunta en otras palabras», pedía el técnico, siempre sonriendo, al periodista. «Está Mbappé en la pregunta, es complicada», seguía y se dirigió a la traductora: «¿La entiendes o no? Yo tampoco». «No he entendido la pregunta», dijo la traductora. «Tranquila, que no pasa nada». Pero al no traducir, Luis Enrique pidió a otra persona que tradujera. Fueron dos minutos de Luis Enrique en toda su pureza, para contestar, tras esos dos minutos para adivinar la pregunta: «Puede ser que sí, puede ser que no, ¿quién sabe?».
Antes, ante las cámaras de Movistar, a Mónica Marchante, con quien tiene una buena relación, contestó cómo estaba llevando lo de Mbappé: «Como siempre. Con sentido común, pensando en lo mejor para el equipo y disfrutando de esta experiencia», admitía.
Al rato, le hicieron una nueva pregunta acerca de si había habido un cambio en la actitud de Mbappé, pero a Luis Enrique ya se le había borrado la sonrisa. «El partido contra la Real Sociedad es tan importante que no haré más comentarios».
Pero los periodistas le volvieron a preguntar por el motivo de los cambios: «Lo que espero del equipo es que esté a la altura de la cita y afrontar el partido como a lo largo de la temporada. Tenemos claro el objetivo y tengo confianza en el equipo pero estoy seguro de que va a ser complicado».
Antes de la conferencia de Prensa de Luis Enrique, Mbappé fue al futbolista al que más autógrafos le pidieron en la llegada del París Saint Germain a España. La estrella francesa, tranquilo y rodeado por dos personas de seguridad en todo momento, no tuvo problema en acercarse a la gente y firmar autógrafos, hacerse fotos, repartir alguna carantoña a un niño... Hasta que vio que por encima de las cabezas le pasaban una pequeña pancarta. Mbappé levantó la mano con el bolígrafo para firmarla. Era blanca, con un escudo del Real Madrid en medio. Hizo la cobra Kylian.
El francés firmó autógrafos, pero no quiso hacerlo en un escudo del Real Madrid