La ley contra la prostitución también divide al Gobierno
► El PSOE presenta la norma y Díaz dejará su aprobación en el Congreso en manos del PP
Abordar la prostitución sigue siendo un asunto espinoso para la izquierda. La pasada legislatura acabó abriendo una nueva brecha en un Gobierno de coalición ya marcado por las diferencias en las banderas de Igualdad. Esta nueva legislatura, la herida sigue supurando y será un nuevo escenario de tensión en el Congreso de los Diputados. El PSOE registró ayer la ley para abolir la prostitución en la Cámara Baja, a pesar de que la medida ya provocó un debate y no salió adelante tras la convocatoria electoral de elecciones generales anticipadas. El socio entonces era Unidas Podemos en Moncloa. Ahora, con Sumar, la oposición del socio minoritario obliga a la parte socialista a mirar al PP.
La iniciativa abolicionista que fue registrada entonces pretendía retirar los artículos de la ley del «solo sí es sí» que penalizaban el proxenetismo no coactivo, así como a las personas que se lucraran con el alquiler de locales destinados a favorecer la explotación de la prostitución, la llamada tercera locativa. La ley del PSOE pasó el filtro del Congreso de los Diputados en 2022 gracias al apoyo del PP y Vox y se saldó, sin embargo, con la división de Unidas Podemos en el Gobierno. Los comunes votaron entonces en contra de la medida, tras pactar la libertad de voto en Unidas Podemos. ERC también votó en contra.
Ahora, la ley regresará al Congreso de los Diputados tras el anuncio del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace una semana en un acto electoral en el País Vasco. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, afirmó también recientemente desde Estados Unidos que el objetivo de la ley será modificar el artículo 187 del Código Penal para ampliar el
La proposición busca penalizar el proxenetismo y castigar la tercera locativa
tipo penal del proxenetismo, penalizar el lucro asociado al proxenetismo y establecer penas contra «cualquier acción que impulse o promueva la prostitución».
El PSOE defiende que el cambio del Código Penal pasará por castigar el proxenetismo, castigar el lucro de la prostitución para castigar la tercera locativa. Concretamente, la proposición de ley registrada defiende que el proxenetismo en todas sus formas es una «actuación incompatible con una concepción de los derechos humanos propia de la sociedad democrática avanzada» y que todavía no cuenta con «suficiente reproche penal» en el ordenamiento jurídico. Defiende el PSOE que el artículo 187 del Código Penal no castiga «cualquier forma de obtención de lucro de la prostitución ajena» y que esta definición del artículo lleva a la «impunidad total del proxenetismo». La iniciativa socialista busca también castigar la tercera locativa para configurar una modalidad agravada del delito de proxenetismo. Los cambios que introducen pasan también por equiparar a la persona prostituida con la víctima de un delito.
En Sumar, la medida generó un gran revuelo y enfado. El rechazo es tajante dentro de la cuota catalana en Sumar, desde donde se critica el momento elegido –en medio del calendario electoral– para anunciar la ley. Pretenden sacar nuestras contradicciones en pleno ciclo electoral, es vergonzoso», censuran desde la cuota catalana, que rechaza taxativamente abolir la prostitución. En público, el portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, prefirió no ahondar en la crítica a los socialistas y esperar a conocer la ley. No obstante, aseguró que tienen «un suelo mínimo del que partir antes de valorar la propuesta» y es que están «a favor de los Derechos Humanos, de los derechos de las mujeres y de los avances en los derechos de las mujeres. En ningún caso vamos a apoyar ningún retroceso», avisó. En el partido, eso sí, buscan en esta ocasión buscar una opinión común en el seno del grupo parlamentario ante las diferentes sensibilidades que conviven dentro de la coalición. Aun así, censuran que hayan traído así el debate al Congreso.
El PSOE, si no cuenta con el apoyo de sus socios, deberá pactar –como en la pasada legislatura– la ley con el PP. Algo a lo que no se cierra la puerta. «Nosotros vamos a hablar con todos los grupos que de verdad quieran abolir la prostitución en este país. Abolir no es prohibir», dicen, con la vista puesta en el apoyo de Sumar.