Adiós a un mito sospechoso
► La eterna duda rodea al legendario O. J. Simpson que ha fallecido a los 76 años
Orenthal James Simpson, O.J. Simpson, fue una leyenda del fútbol americano que se convirtió en un personaje global cuando protagonizó el «Juicio del siglo» por el asesinato de su ex esposa, Nicole Brown Simpson, y su amigo, Ron Goldman, en el que salió absuelto en 1995. Simpson falleció ayer víctima de un cáncer con 76 años.
En octubre de 1995, O.J. Simpson fue declarado en Los Ángeles «no culpable» de los cargos de doble asesinato de su exesposa Nicole Brown y de un amigo de ésta, Ronald Goldman, al término de un juicio que mantuvo en vilo a todo el país. La trascendencia mediática del juicio llevó incluso al entonces presidente estadounidense, Bill Clinton, a pedir «respeto» por el veredicto del jurado que declaró inocente al jugador en octubre de 1995.
Mucho antes, O.J. Simpson ya era considerado una leyenda de la NFL. Fue el mejor jugador colegial del país y fue elegido en el número uno del draft por el Buffalo Bills. Permaneció en la franquicia neoyorquina hasta 1977 cuando recaló en los San Francisco 49ers donde disputó sus dos últimos cursos en activo. Fue el Jugador Más Valioso de la temporada y Mejor Jugador Ofensivo en 1973, cinco veces seleccionado seleccionado para el Pro Bowl, cuatro veces líder corredor de la NFL, dos veces corredor con más «touchdowns»... esos logros le llevaron al Salón de la Fama de Ohio en 1985. Allí sigue un busto suyo después de que fuera robado un 23 de julio de 1995 y recuperado pocos días después.
Después de una tumultuosa separación de su esposa Nicole, su vida cambió la mañana del 13 de junio de 1994, cuando se descubrieron los cuerpos apuñalados de ésta y su amigo Ron Goldman.
Primero fue una gran estrella de la NFL y luego protagonizó el «Juicio del siglo»
Cuatro días después, O. J. Simpson protagonizó una persecución a bordo de su camioneta Ford Bronco con la policía de Los Ángeles. Fue arrestado, procesado y juzgado con un dictamen en el que fue absuelto, pero sus problemas con la justicia no acabaron ahí. En 2008, O. J. Simpson volvió a un tribunal acusado de doce delitos graves, secuestro y robo a mano armada. Fue condenado a 33 años de cárcel y en 2017 obtuvo la libertad condicional. Siete años después ha fallecido.