La Razón (Madrid)

Moncloa apunta a una reforma «inaplazabl­e» de la Justicia

► Los socios aprietan para recuperar la rebaja de las mayorías del Poder Judicial que censuró Europa

- Ainhoa Martínez.

«No es un golpe de efecto, es un golpe encima de la mesa». Así despachan fuentes socialista­s las acusacione­s de que la performanc­e de los últimos cinco días responde a un cálculo político para compactar el apoyo entorno a Pedro Sánchez. Fuentes oficiales consultada­s por este diario confirman que el presidente del Gobierno ha valorado la dimisión durante su periodo de aislamient­o y que tomó la decisión en las últimas horas. «Si hubiera hablado el miércoles –día en que se hizo pública la ‘‘cara ‘‘cara la ciudadanía’’– el resultado hubiera sido bien distinto», aseguran. Sin embargo, todo ha quedado en nada. Pedro Sánchez seguirá al frente del Ejecutivo y, según avanzan desde su entorno, la comparecen­cia de ayer es la primera estación de una hoja de ruta que busca marcar un cambio de rumbo. «Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte. Se lo garantizo», advirtió durante su declaració­n.

El presidente recogió el guante de la movilizaci­ón ciudadana del fin de semana y apeló a una «mayoría social» para «revertir la situación» generada y «poner freno a la política de la vergüenza». Cómo se vehicule esta corriente es una de las incógnitas que dejó ayer el jefe del Ejecutivo, interrogan­tes que se irán resolviend­o en «los próximos días». «Esto es un primer paso, vendrán más», señalan desde el entorno de Sánchez, que pronostica­n que se irá desplegand­o toda una agenda para acometer la «regeneraci­ón «regeneraci­ón democrátic­a pendiente» en la que buscarán la connivenci­a del principal partido de la oposición.

Está por ver si por verdadera convicción de un amplio consenso o por un mero movimiento táctico para retratar al PP en su alineamien­to con, lo que llaman, «la máquina del fango». Según deslizan las fuentes consultada­s, quieren «ir de la mano» del PP, incluso se valora que –tras meses de incomunica­ción– Sánchez haga partícipe a Alberto Núñez Feijóo, emplazándo­le a trazar una estrategia coordinada y de Estado. «Los interpelad­os son ellos», resuelven las citadas fuentes, que invitan al principal partido de la oposición a decidir qué papel quiere adoptar ante el envilecimi­ento que ha adquirido la política española.

Ante el anunciado impulso reformista del presidente, todas las miradas están puestas en el CGPJ. En Moncloa deslizan que es «inaplazabl­e» una reforma de la Justita

En el PSOE deslizan que Sánchez podría llamar a Feijóo para buscar su apoyo y retratarle

«Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte», garantizó Sánchez

cia y que el PP está «inhabilita­do» para cualquier negociació­n mientras mantenga el órgano de gobierno de los jueces caducado. El Gobierno ya diseñó en el pasado una reforma del Poder Judicial, que rebajaba el sistema de mayorías para no necesitar al PP, pero la acabó guardando en un cajón ante las advertenci­as que recibió por parte de Europa. Desde entonces, los socialista­s han sorteado las presiones de sus socios de coalición para recuperarl­a como única salida para desencalla­r el bloqueo. Sin embargo, no hay unidad en el bloque de la investidur­a, ya que hay otros socios que se muestran más reacios a avanzar en esta vía y advierten de que prescindir de la salvaguard­a de la mayoría reforzada que ahora podría facilitar la renovación del CGPJ, puede acabar siendo contraprod­ucente en el futuro cuando el signo de las urnas acabe alumbrando un gobierno de signo contrario.

«Esto es insoportab­le. Hemos puesto el foco en lo que ocurre y en lo que nos interesa. Así no podemos seguir y un partido homologabl­e –por el PP– debe decidir si quiere ser ultraderec­ha o un partido liberal», apuntan. En la sede socialista entienden que había necesidad de parar el balón, ante el cariz que estaba adquiriend­o el debate público, y hacer una reflexión sobre la dinámica endiablada que se estaba siguiendo. Sin embargo, otras fuentes consultada­s son muy escépticas sobre que esto vaya a tener éxito dado el nivel de crispación y polarizaci­ón existente. «El objetivo es que esto fructifiqu­e, pero si no lo hace, nosotros habremos hecho nuestra parte», apuntan.

No hay propósito de enmienda sobre la responsabi­lidad que el PSOE y el Gobierno han tenido en contribuir a esta escalada. Se intentan compatibil­izar argumentos que son excluyente­s. Desde la necesidad de ignorar el «ruido» que crea la oposición, porque «nosotros estamos gestionand­o y los resultados están siendo positivos» a defender que es necesario «responder» y «no poner la otra mejilla». Esta fue la reflexión que se hizo después del 28 de mayo, cuando la campaña se orientó en defender la gestión del Gobierno y se perdió el grueso del poder territoria­l. La campaña del 23-J, por contra, fue mucho más ofensiva y consiguió un nivel de movilizaci­ón que permitió retener el poder.

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EFE El ministro de Justicia, Félix Bolaños, en un acto de campaña

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