La Razón (Madrid)

ERC denuncia a Sánchez ante la Junta Electoral

► Los partidos separatist­as, muy duros contra el presidente, consideran que es una intromisió­n en la campaña del 12M

- Javier Gallego. MADRID

Pedro Sánchez creía salir reforzado por su maniobra, pero puede salir mucho más tocado. De hecho, los partidos que le auparon a la Moncloa salieron ayer todos en tromba para o bien elevar el grado de sus exigencias o bien criticarle duramente porque consideran que ha sido un movimiento «electorali­sta» para hacer ganar al PSC de Salvador Illa. «Es el último acto de una comedia que ha durado cinco días», espetó Pere Aragonès, probableme­nte el candidato más duro contra Sánchez. De hecho, Esquerra anunció que llevaría a la Junta Electoral la entrevista que ayer a las 22 horas dio Sánchez a TVE para que no se hiciese o que, si no, compense a las demás candidatur­as (si bien, la Junta no tuvo tiempo de abordarlo).

«Se ha jugado con los sentimient­os de las personas, con la empatía de las personas que están sufriendo la persecució­n de la extrema derecha», continuó Aragonès, quien tachó la maniobra de Sánchez de «cortina de humo», «acto electoral» y «performanc­e en forma de sermón». «Un gesto personalis­ta, sin ninguna propuesta concreta para combatir a esta ultraderec­ha. Hemos asistido a una sobreactua­ción desproporc­ionada. Y creo que no todo vale en política. Basta de cortinas de humo y de jugadas maestras», agregó Aragonès, quien dijo que todo este episodio del presidente del Gobierno es una «frivolidad absoluta».

A juicio del candidato de ERC, no se trataba de que dimitiera tampoco, sino de que hiciera propuestas para «plantar cara a la extrema derecha». De hecho, ironizó sobre qué hubiera pasado si se hubiera cogido cinco días de reflexión como president cuando se enteró de que estaba siendo espiado con Pegasus y acusó al CNI de «ser el Manos Limpias de Pedro Sánchez». Ante este escenario, Aragonès exigió ya una reforma del Código Penal, un cambio en la Ley de Secretos Oficiales, acabar con la Audiencia Nacional, derogar la Ley de Seguridad Ciudadana, una «financiaci­ón justa» y el referéndum.

En la misma línea de exigencias estuvo Bildu, aunque de forma más inconcreta y sin llegar a la crítica por el «parón» de Sánchez.

Su portavoz Mertxe Aizpurua escribió un mensaje a través de las redes sociales en el cual se limitó a advertir de que van a empujar y trabajar para acabar con el actual régimen constituci­onal: «Para adoptar todas las medidas que nos permitan levantar la hipoteca del régimen del 78 que niega nuestros derechos nacionales y sociales para ser así dueños de nuestro futuro». «Esperamos hechos y no solo palabras. El momento es ahora», zanjó.

Jordi Turull, líder de Junts, sí fue crítico y acusó a Sánchez de una maniobra de «carácter electorali­sta», pensando en las elecciones del próximo 12 de mayo en las que Illa tiene claras opciones gobernar. «El presidente Sánchez no puede ni podía ignorar el contexto en que ha abierto esta crisis. Es una grave irresponsa­bilidad usar las emociones sobre el sufrimient­o que representa un asedio mediático indigno para hacer tacticismo electoral e interferir en las elecciones catalanas», añadió.

«La democracia española hace años que recula, pero también lo hace con la complicida­d del PSOE», señaló Turull, quien reprochó que Sánchez solo vea «necesidad de reforzar la democracia cuando su familia y su partido están interpelad­os».

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, dio por finalizado el episodio «insólito» e «innecesari­o» vivido desde el pasado viernes. «Lo mejor que se puede decir es que el episodio ha acabado», aseguró el dirigente del PNV, que dijo que ahora hay que seguir trabajando y afirmó que se ha asistido a «un hecho insólito que tampoco era necesario para los objetivos que públicamen­te decía perseguir».

Para Aitor Esteban, «hay muchas cosas por hacer» y es a los que el PNV «se va a dedicar». «Por nuestra parte, no tenemos más que decir», añadió. Sobre el llamamient­o a la reflexión sobre la forma de hacer política, recordó que «cada uno ha dicho lo que tenía que decir y la posición de cada uno ha sido la que pensaba que tenía que ser durante los muchísimos debates en el Congreso y en el Senado».

De esta manera, se ha podido ver dos tonos distintos entre los socios de Sánchez: mientras los independen­tistas catalanes han cargado duramente en las últimas horas contra la maniobra de Sánchez en plena campaña electoral, tanto Bildu como PNV han oprtado por un tono más contenido, aunque redoblando sus exigencias.

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EFE Pere Aragonès compareció ayer en la sede de Esquerra

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