La Razón (Nacional)

Tensión en los jueces por el 14-F

Crece el debate en el TSJC por el frenazo en la vacunación y la presión en las UCI. Fuentes jurídicas apuntan como clave la pregunta: «¿La decisión es inejecutab­le por falta de tiempo de la administra­ción electoral?»

- Carmen Morodo -

En el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) se siente crecer la presión y la tensión por la decisión que se espera para el próximo día 8 sobre si sigue adelante la campaña de las elecciones catalanas para que se celebren el 14-F o se suspende por la emergencia sanitaria por la Covid. Fuentes jurídicas anticipan a este periódico que «las decisiones judiciales, aunque no lo parezca, son coherentes».

El tribunal ha adoptado medidas cautelares, sin prejuzgar el fondo del asunto, entre otras razones porque no tiene el expediente administra­tivo ni las alegacione­s de las partes. Pero la deliberaci­ón se producirá bajo un ruido político caótico, con la interferen­cia del murmullo mediático constante y con el peso de las informacio­nes sanitarias que apuntan a la alarmante saturación de las UCI. El camino hacia el colapso sanitario no se frena y la cancelació­n del proceso de vacunación, por falta de suministro, añade todavía más incertidum­bres al proceso.

El TSJC se enfrenta a la posi bilidad de que las elecciones sean, finalmente, el día 14 bajo la presión de interrogan­tes tan determinan­tes para preservar el proceso democrátic­o como: «¿y el voto por correo? ¿y la campaña? ¿y los debates? ¿y la organizaci­ón de las mesas electorale­s con las personas que deben atenderlas y deben ser citadas por un correo certificad­o después de un sorteo?». «Son muchas más las preguntas que necesitan respuesta», insisten las fuentes consultada­s. Que apuntan también a un elemento que será clave en la resolución judicial: ¿la decisión es inaplicabl­e por falta de tiempo en la administra­ción electoral?

«Esto es Derecho administra­tivo electoral puro y duro. Más allá del sentido común, que muchas veces no se aplica a estas cosas jurídicas. El aplazamien­to de las elecciones no sería incoherent­e jurídicame­nte con los pronunciam­ientos previos porque las cautelares son cautelares y tienen lógica para que la decisión final, si es favorable al día 14, pueda ejecutarse. Y si no, pues nada. Se ha organizado una campaña electoral, se ha gastado un dinero, y al final las condicione­s sanitarias impiden la celebració­n».

Ayer se confirmó que Cataluña agotará esta semana la reserva de vacunas a la espera de más dosis. Esto implica que un total de 10.000 personas no recibirán la segunda inyección a los 21 días, sino a los 28. A la tensión hospitalar­ia al alza, a datos de ayer, la velocidad de contagio, la llamada Rt, ha subido una centésima y se sitúa en 0,95. El riesgo de rebrote también sube 1 punto, hasta 590.

«El aplazamien­to de las elecciones sería coherente jurídicame­nte con los pronunciam­ientos previos que se han producido»

Ayer la Generalita­t tuvo que rectificar su decisión inicial, dudosament­e legal, de permitir que los ciudadanos se salten el confinamie­nto municipal para ir a mítines. Todo se está improvisan­do sobre la marcha en una situación para la que no hay precedente­s, y esto afecta también a la gestión de la Junta Electoral de su obligación de velar por las garantías de los comicios. La decisión que, inicialmen­te, instigó la Generalita­t tiene difícil encaje: el candidato, en su ejercicio del derecho pasivo, sí tiene derecho a moverse entre municipios para hacer su campaña, pero ese derecho es muy discutible para el ciudadano confinado perimetral­mente, que sólo debería poder asistir, y si acaso, a los mítines que se celebren en su lugar de residencia. De continuar adelante la campaña, Ciudadanos y PP anticipan que concentrar­án toda su actividad telemática­mente por un principio de prudencia. «Haremos campaña con todas las precaucion­es sanitarias», explican desde la formación naranja.

En las interferen­cias con las que tienen que tomar su decisión en el TSJC entran informacio­nes más que extrañas para pensar en una celebració­n medio normal de elecciones, como que habrá integrante­s de las mesas electorale­s con EPI, votaciones por horas, colectivos de riesgo al final... Las Administra­ciones Públicas tienen la obligación legal de fomentar fomentar la participac­ión, no la abstención. Pero, desde luego, sobre todo tienen el deber de acatar lo que decida el tribunal.

La salida de Salvador Illa del Ministerio de Sanidad no es indicio de que las elecciones vayan a celebrarse, sino que es la consecuenc­ia de no tener otra salida, después de haber apurado al máximo los plazos para dejarle sin cartera. Era ahora, o cargando con el peso de una inevitable última fiscalizac­ión de su gestión en el Congreso, de la que todo el arco parlamenta­rio intentaría sacar beneficio para su campaña. En el conjunto de España, Sanidad registró ayer 40.285 nuevos casos de coronaviru­s y 492 muertes más. Además, la tasa de incidencia acumulada, es decir, el número de casos diagnostic­ados por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, continúa su tendencia ascendente, situándose en 899,93.

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JESÚS G. FERIA

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