Divorcio definitivo
La filtración del contrato acerca aún más a Leo a dejar el club el 30 de junio
Cada día que pasa resulta más difícil creer que Messi va a seguir en el Barcelona después del 30 de junio. Ese día termina su contrato y si ya hace un año quería romperlo, no parece probable que con todo lo que ha sucedido en los últimos meses el argentino haya podido cambiar de opinión. Todo empezó con el famoso burofax en el que anunciaba su deseo de marcharse haciendo efectiva la cláusula que le permitía romper la vinculación de manera unilateral un año antes. Él ya le había dicho a Bartomeu muchas veces que quería marcharse, pero no lo hizo oficialmente antes del 10 de junio y el presidente no quiso concederle la libertad. En su entrevista a «Goal» dijo claramente que no era feliz en su club de toda la vida y que necesitaba salir para serlo. Además le pegó con todo a la directiva de entonces, acusando a los responsables de no tener un plan y solo ir poniendo parches.
Para colmo, Koeman y la dirección deportiva se empeñaron en no contar con Luis Suárez, su mejor amigo dentro y fuera del vestuario. Otro golpe en la relación ya deteriorada entre la estrella y el club. Finalmente se quedó contra su voluntad y porque no tenía otro remedio. Messi podía ser una bomba dentro del grupo, aunque Koeman ha sabido reconducir la situación. Aparentemente todo sigue como siempre. Leo juega mucho, descansa poco y es el máximo goleador del equipo a pesar de que había perdido puntería en las faltas y no se le ha visto tan determinante como en otros cursos.
La marcha de Bartomeu y la convocatoria de elecciones podía verse como una luz de esperanza para que el argentino se quedase. Y entonces fue cuando Carles Tusquets, el presidente de la Junta Gestora, se descolgó diciendo que lo mejor y la única solución para el agujero económico económico hubiera sido vender a Messi en verano, ya que el club no tenía liquidez ni para pagar las nóminas de enero. Un torpedo desde el propio club hacia el mejor futbolista de su historia, que se ha vuelto a reproducir ahora con la filtración, presunta y evidentemente, de alguien de dentro de la entidad, que tiene acceso a esos documentos confidenciales. «El Mundo» ha desvelado que el coste de Leo ha sido de 555 millones en los últimos cuatro años, en los que no ha ganado la Champions, el gran objetivo azulgrana. Otra piedra más contra la relación entre el Barça y Messi, que se puede terminar el 30 de junio.
Si alguien lo podía remediar es Laporta, el candidato favorito a ganar las elecciones y que ya anunció que se sentaría con Messi para que continuase. Es una de sus grandes bazas y parece que hay algún interés en el propio Barcelona en que no pueda hacer uso de ella. El PSG y el City esperan al «10».