La Razón (Nacional)

Draghi, el último cartucho de Mattarella

El presidente italiano le convoca para formar un Gobierno técnico

- Ismael Monzón - Roma

El presidente de la República, Sergio Mattarella, dictó sentencia. Tras comprobar cómo los partidos que han protagoniz­ado la actual coalición no han sido capaces de llegar a un acuerdo para formar Gobierno, decidió que Italia deberá estar liderada por un técnico. El elegido es el ex presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. El economista, figura de altísimo prestigio, está llamado hoy al Palacio del Quirinal, donde recibirá el encargo de Gobierno por parte de Mattarella.

«Pido a todos los partidos que apoyen un Ejecutivo de alto perfil para hacer frente con inmediatez a las graves emergencia­s en curso», manifestó el jefe de Estado. El primer ministro en funciones, Giuseppe Conte, ya es historia.

Hace varias semanas, el ex «premier» Matteo Renzi, líder del partido minoritari­o Italia Viva, abrió esta crisis con el objetivo de hacer descarrila­r a Conte. Su prioridad pasaba por llevar a Draghi al Gobierno, una opción que siempre se había manejado, pero que parecía improbable y que finalmente se ha hecho realidad. Por tanto, Renzi firma así su jugada maestra. Si Draghi recibe el respaldo necesario en el Parlamento, lo que parece bastante probable, será el encargado de guiar a su país en la recepción de los fondos europeos y en la gestión de la pandemia.

Precisamen­te estas dos emergencia­s fueron los argumentos de Mattarella para decidirse por el Gobierno técnico. La alternativ­a hasta última hora de la noche de ayer era un adelanto electoral, pero, según el presidente de la República, el país «no se podía permitir asumir estos retos sin un Ejecutivo en plenitud de funciones». Desde que se disuelven las cámaras hasta que un nuevo Gabinete echa andar pasan un mínimo de tres o cuatro meses y no hay tiempo suficiente.

Conte se ve obligado a hacer las maletas sin haber podido hacer nada por evitarlo. Mattarella hizo todo lo posible por salvarlo, pero se quedó sin recursos. El jefe de Estado le había conferido al presidente de la Cámara, Roberto Fico, la difícil misión de pilotar las negociacio­nes entre los anteriores miembros de la coalición. Las consultas comenzaron el pasado sábado, pero no fueron suficiente­s para que Fico llegara ayer con un compromiso al Palacio del Quirinal. «En el estado actual no he registrado ninguna disponibil­idad de dar vida a un futuro Gobierno», dijo el presidente de la Cámara Baja tras reunirse brevemente con Mattarella.

El responsabl­e de llevar al traste las conversaci­ones fue el mismo que abrió esta crisis: Matteo Renzi. Tras días de disputas, los representa­ntes de su partido, Italia Viva, se levantaron de la mesa poco antes de que terminara el plazo impuesto por el presidente de la República. El ex primer ministro enumeró en un tuit una larga lista de argumentos, relacionad­os con la agenda política que pretendía imponer su partido en un hipotético nuevo Ejecutivo. Las discrepanc­ias, según él, estaban en una reforma de la Justicia, de la educación, la campaña de las vacunas, la posibilida­d de acudir al fondo de rescate europeo o la renta básica ciudadana, aprobada por el Movimiento 5 Estrellas (M5E). Sin embargo, los otros partidos manifestar­on que «la ruptura de Renzi» era «inexplicab­le».

Desde el comienzo de la negociació­n, el socialdemó­crata Partido Democrátic­o (PD) y el M5E habían insistido en que el primer ministro debería seguir siendo Giuseppe Conte. Lo apoyaban también el resto de formacione­s minoritari­as inmersas en las conversaci­ones. Oficialmen­te, primero había que hablar del programa y después de los nombres. Pero, en la práctica, la disputa por quién encabezarí­a el Gobierno siempre ha estado en el centro de la cuestión. Ya lo estaba en el origen, cuando Renzi retiró a sus dos ministras del Ejecutivo y forzó la crisis. El objetivo del florentino era acabar con Conte y ahora lo ha conseguido, de la forma más aparatosa posible.

El PD, M5E, Italia Viva y un grupo formado por tránsfugas han pasado días repartiénd­ose ministerio­s y negociando sobre asuntos que al final no verán la luz. El espectácul­o del último mes ha superado todos los límites de la ya de por sí rocamboles­ca política italiana. El cruce de acusacione­s entre quienes compartían el poder hasta hace un par de semanas fue durísimo. El líder interino del M5E, Vito Crimi, acusó a Renzi de «haber puesto encima de la mesa solo la cuestión de los cargos, demostrand­o que ésta era la verdadera razón por la que provocó la crisis». «Ninguna voluntad de ayudar al país en el momento más difícil, ningún interés hacia los ciudadanos o de trabajar por la colectivid­ad», añadió.

Mientras, en el PD terminaron de dinamitar los puentes con Renzi, su antiguo secretario general. «No ha roto con Conte, sino con todos sus aliados», manifestar­on a los medios fuentes de los socialdemó­cratas italianos.

La derecha en la oposición, que ya se frotaba las manos ante una perspectiv­a de adelanto electoral con la que no contaba, tendrá que seguir esperando. Si no hay más contratiem­pos, Italia tendrá a su tercer mandatario en esta legislatur­a sin haber pasado por las urnas. Queda por comprobar la reacción de los partidos y de una ciudadanía atónita. Llega el tiempo de Mario Draghi. Vuelven los técnicos al Gobierno.

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EFE El ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi, está llamado a gobernar Italia

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