Moncloa se desmarca del borrador de la ley trans filtrado por Montero
Igualdad propone que los menores puedan cambiar de sexo en el registro sin informe médico
Nuevo desencuentro dentro del Gobierno. La ministra de Igualda, Irene Montero, filtraba ayer a medios afines el borrador de la ley para la igualdad de las personas trans que permitirá el cambio de sexo en el registro sin necesidad de informe ni tratamiento médico a partir de los 16 años, y entre los 12 y los 16 con consentimiento de padres o tutores. El texto incluye medidas en el ámbito sanitario, educativo, laboral y deportivo y abre la puerta también a que se pueda solicitar que no se especifique el sexo en los documentos oficiales de identidad para atender a quienes no se identifican ni con el genero masculino ni con el femenino.
Entre las prestaciones sanitarias, además de los tratamientos hormonales y quirúrgicos, se contempla que «las personas trans con capacidad de gestar» puedan recurrir a las técnicas de reproducción humana asistida. Y se concreta que se reconoce el derecho a la identidad de género libremente manifestada, sin necesidad de aportar diagnóstico médico o psicológico alguno de someterse a tratamiento previo. Como principal novedad, se elimina el requisito de diagnóstico de disforia de género para el cambio de sexo en el registro y será suficiente la libre declaración de la persona interesada. También se elimina el requisito de la mayoría de edad para solicitar la rectificación de la mención registral del sexo. Los mayores de 16 años estarán plenamente legitimados para solicitarlo; los menores de entre 12 y 16 años podrán hacerlo a través de sus representantes legales o con su consentimiento; y en el caso de los menores de 12, los padres o tutores podrán pedir el cambio de sexo registral con la conformidad de los niños.
Igualdad pretende iniciar la tramitación legislativa de este anteproyecto de ley antes del 15 de este mismo mes. Pero no parece probable. A última hora de la tarde el Gobierno hizo pública una nota en la que precisaba que aún no ha consensuado el borrador, que según Moncloa responde «a los postulados que defiende Unidas Podemos», no el conjunto del Gobierno, y que el texto ha de seguir la «tramitación habitual» en la que participen distintos ministerios, principalmente Justicia y Sanidad. El anteproyecto que se apruebe en el Consejo de Ministros «ha de tener dos principios: seguridad jurídica y calidad normativa». Y se recuerda que la pasada semana tuvo lugar una reunión entre la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, para «comenzar» a trabajar en esta materia.
La portavoz adjunta del Grupo Parlamentario Popular, Marga Prohens, señalaba a LA RAZÓN en primer lugar que «no se ha contado con el PP y a lo que estamos asistiendo es a una batalla más entre PSOE y Podemos, que tiene en contra a todo el movimiento feminista. Se trata de una cortina de humo de Irene Montero después de que ha visto cómo le han parado la Ley del sí es sí y que no le dejan tampoco legislar sobre el aborto». Prohens mostró la preocupación de su formación política sobre «lo que se está diciendo diciendo en torno a los menores de edad, sobre los tratamientos hormonales bloqueadores de la pubertad y sobre todos los temas de seguridad jurídica que podía tener esta ley. Nos preocupan», añade, «las consecuencias jurídicas de esta ley porque conocemos cómo intenta legislar el Ministerio de Igualdad, que ha sido incapaz en un año de llevar una sola ley al Congreso que responda a la preocupación real de las mujeres. Nos preocupa también cómo afectaría en la legislación contra la violencia de género, la legislación específica de la violencia contra la mujer por el hecho de ser mujeres o la discriminación positiva de las mujeres por el hecho de ser mujeres»
Quienes sí han salido en defensa del borrador de Montero es la Federación Plataforma Trans, que ha advertido advertido al PSOE de que no apoyar este texto le puede suponer «una crisis de identidad», recoge Ep. La presidenta de la plataforma, Mar Cambrollé, explica que desde el Ministerio se les ha trasladado que tienen «grandes problemas» con los temas de la despatologización de la transexualidad y con la autodeterminación del género, temas que negocian con Calvo.