La Razón (Nacional)

Mama, colon y cérvix, los tumores más golpeados por la Covid-19 El número de pacientes reclutados para ensayos científico­s bajó un 30% durante la primera ola de la pandemia

La pandemia ha puesto contra las cuerdas a la Oncología: un 20% de los pacientes con cáncer está sin diagnostic­ar, lo que aumenta el riesgo de peor pronóstico y eleva la tasa de mortalidad

- Raquel Bonilla -

La pandemia de la Covid-19 atrapa todas las miradas y copa la mayoría de titulares, no sólo a nivel mediático, sino también en el día a día de la Sanidad. El SARS-CoV-2 ha dejado en tinieblas otras patologías que, sin embargo, no se han esfumado, simplement­e han pasado a un segundo plano. Eso es lo que ha ocurrido precisamen­te con el cáncer, una enfermedad que se alza como la segunda causa de muerte en nuestro país (la primera si miramos solo a los varones) y que no ha sido ajena al envite del coronaviru­s, pues se estima que uno de cada cinco tumores se dejó de diagnostic­ar en España como consecuenc­ia de la pandemia, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Las secuelas de la Covid-19 en las consultas de Oncología resultan irrebatibl­es, ya que por culpa de la crisis sanitaria actual en nuestro país se produjo una reducción del 21% en el número de las primeras consultas oncológica­s entre los meses de marzo y de junio de 2020. «Y eso se traduce en que durante el año pasado se dejaron de diagnostic­ar uno de cada cinco casos de cáncer en España, lo que supone un impacto negativo directo en la superviven­cia», advierte Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de SEOM, quien reconoce que «la actividad diagnóstic­a se ha reducido porque la emergencia de la Covid-19 se comporta como un agujero negro que absorbe recursos humanos, terapéutic­os, tecnológic­os y técnicos y esta situación debe revertirse cuanto antes».

Paralizaci­ón del cribado

Cáncer de mama, de colon y de cérvix son los tumores que salen peor parados de la pandemia y la razón no es otra que el bloqueo del sistema sanitario, ya que durante los primeros meses de pandemia se produjo una disminució­n del 57% de la actividad diagnóstic­a en citologías y de un 41% en biopsias. «Aunque se ha demorado el diagnóstic­o de prácticame­nte todos los tipos de neoplasias, probableme­nte el mayor retraso lo vamos a observar en aquellos que se suelen ver por primera vez a través de los cribados programado­s, como puede ser el cáncer de mama, el de colon o el de cuello uterino, ya que éstos, en un gran porcentaje, se diagnostic­an de forma precoz a través de las pruebas de screening poblaciona­l, y eso se suspendió suspendió de manera tajante durante la primera ola, con las consecuenc­ias negativas que implica», asegura Isabel Echavarría, secretaria científica de SEOM y oncóloga médico del Hospital General Universita­rio Gregorio Marañón de Madrid.

En este sentido, Rodríguez-Lescure insiste en que «si tenemos una incidencia de 276.000 casos de cáncer en España anualmente, y la tendencia de descenso de las deteccione­s se mantiene entre un 10 y un 20 por ciento menos durante un año, hablaríamo­s casi de 30.000 personas menos diagnostic­adas».

Esa bajada de nuevos casos se traduce, inevitable­mente, en el desarrollo de tumores más avanzados. avanzados. «Que no se hayan diagnostic­ado esos casos durante 2020 no quiere decir que no existan, todo lo contrario, están, pero ocultos, lo que eleva el riesgo de peor pronóstico y de mayor índice de mortalidad», lamenta Echavarría, quien hace hincapié en que «es probable que algunos de estos tumores que dejaron de verse hayan avanzado rápido durante estos meses de pandemia y eso reduce las posibilida­des de curación, ya que en la mayoría de ocasiones el diagnóstic­o precoz resulta clave. Además, el retraso producido en las cirugías derivadas de procesos oncológico­s, como en cáncer de pulmón o de páncreas, también va a tener un gran impacto en la mortalidad».

El golpe asestado por la Covid19 al cáncer durante 2020 también ha dejado heridas en la investigac­ión científica. De hecho, desde SEOM se estima que la pandemia ha provocado un descenso medio del 30% en el número de pacientes reclutados para los estudios clínicos, un segmento en el que España es pionera.

Menos estudios clínicos

«Durante los primeros meses de pandemia se paralizaro­n muchos ensayos, y eso significa que un gran número de personas perdieron una opción terapéutic­a determinan­te, pues dejaron de beneficiar­se de los posibles avances que tenemos disponible­s y que en algunos casos pueden suponer la curación o una considerab­le mejora en la calidad de vida. Y los que se mantuviero­n se optó por modificar los procesos para reducir la visita de los pacientes a los hospitales, retrasando en gran medida las conclusion­es científica­s», reconoce Echavarría, quien asegura que «tras el verano se logró recuperar cierta normalidad y ahora, a pesar del golpe de la tercera ola, no se han vuelto a paralizar los ensayos clínicos, aunque sí percibimos un menor número de pacientes interesado­s en formar parte de estas investigac­iones por el miedo que tienen

Si la detección se mantiene a la baja un año, se traduce en cerca de 30.000 personas sin diagnostic­ar

Los oncólogos temen la llegada de neoplasias más avanzadas, con menos opciones terapéutic­as

a estar tan vinculados al hospital en este momento tan crítico».

A pesar de estar inmersos en el tsunami de la tercera ola del coronaviru­s, las lecciones aprendidas durante los primeros meses de la pandemia han servido para no volver a caer en el error de dejar a los pacientes oncológico­s en un segundo plano que, desgraciad­amente, a veces supone una sentencia de muerte. «Para aquellas personas que todavía no saben si tienen cáncer y presentan síntomas o sospechas, el principal consejo es que acudan al médico, que busquen el acceso al sistema y que no les paralice el miedo. Un retraso de varias semanas o meses puede tener una repercusió­n en el resultado de los tratamient­os», asegura Rodríguez-Lescure. En este sentido, Echavarría recuerda que «en España el cáncer es la primera causa de muerte en varones, y no podemos obviarlo a pesar de la Covid-19. Estamos ante una situación de emergencia, pero los pacientes oncológico­s necesitan que se mantengan los circuitos de diagnóstic­o y de tratamient­o de manera paralela y de forma segura».

Inmersos en plena pandemia, las previsione­s de los oncólogos no resultan nada halagüeñas tampoco para este 2021: «Sabemos que el número de casos de cáncer se incrementa­rá en los próximos años. Al continuo aumento de nuevos pacientes que hemos constatado, habrá que sumar el retraso del 21% de nuevos casos no diagnostic­ados durante la primera ola de la pandemia», confirma Jaume Galcerán, presidente de Redecan.

Las cifras de 2021

Así las cosas, durante este año se esperan un total de 276.239 nuevos casos de cáncer, 158.867 de ellos en hombres y 117.372 en mujeres. En cuanto a las franjas de edad, las estimacion­es de SEOM apuntan a que 15.469 diagnóstic­os se producirán en menores de 45 años, mientras que un total de 91.832 nuevos casos se darán en población de entre 45 y 64 años y, por último, 168.938 casos se diagnostic­arán en mayores de 65 años. En cuanto a los tipos de tumores más comunes, desde SEOM se estima que en los varones el más común será el de próstata, con 35.764 casos, seguido del de colon y recto (25.678) y el de pulmón (21.578). Para las féminas, el cáncer de mama es el de mayor incidencia (33.375 casos), seguido del de colon y recto (17.903) y el de pulmón (7.971). Además, por culpa del tabaco también se espera que aumenten los tumores de la cavidad oral y faringe así como los de vejiga.

Y estas estadístic­as se traducen, desgraciad­amente, en un gran número de muertes, ya que la mortalidad estimada por cáncer para 2020 ha sido de 113.000 en toda España, siendo el de pulmón el más letal, al haber provocado un total de 22.930 defuncione­s, lo que se correspond­e con un 20,3 por ciento de todos los fallecimie­ntos por cáncer en el pasado año en nuestro país.

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Tania Nieto/LA RAZÓN

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