Ciudadanos: la dura caída tras alcanzar la cima
Ciudadanos de Cataluña deviene en partido político en 2006 y concurre a las autonómicas catalanas de ese año. Poco después, en 2007, la entonces formación de Albert Rivera comienza a explorar el terreno de las municipales y autonómicas en el resto de España, al tiempo que se presenta por primera vez a las generales de 2008 y europeas de 2009. Coincide en el tiempo y compite a nivel nacional con UPyD, partido fundado en 2007.
Tras el fracaso del Gobierno tripartito de la izquierda catalana, en las autonómicas de 2010, esta formación consigue romper la barrera de los 100.000 votos. En esas mismas elecciones, Alicia Sánchez Camacho reflota al PP catalán y roza los 400.000 votos, recuperándose del pinchazo sufrido en los comicios de 2006. Mientras que el PSC encadenará tres legislaturas consecutivas (2010,2012 y 2015), con sus mínimos históricos, por debajo de los 600.000 votos.
En las elecciones de 2012 continúa la remontada de Cs, también la del PP y el estancamiento de los socialistas catalanes. Los de Rivera superan los 275.000 votos y los de Sánchez Camacho rozan los 472.000 votos.
El PP actúa en estos años como muro de contención al avance de la formación naranja. Hasta que llega 2015 y Cs da un salto cuantitativo al alcanzar los 736.000 votos, restándole al PP de Xavier García Albiol 123.000 y manteniendo al PSC estancado con 523.000 votantes. Los naranja consiguen una doble hazaña cualitativa: superan al PSC y al PP.
La mayor parte del voto de este partido se logra en distritos que antes del Gobierno tripartito del PSC, ERC e Iniciativa por Cataluña votaban al PSC y que desde 2006 empezaron a engrosar la abstención. Entre 2003 y 2006, los socialistas perdieron 236.000 votantes. En 2010, mientras, restaron otros 221.000, y otros 50.000 entre 2012 y 2015. En doce años, los socialistas habían perdido a 525.000 de sus votantes. La segunda fuente de ingresos de votos es la abstención, en la que se refugiaba votantes constitucionalistas que no se veían representados, antes de 2003, ni por el PP catalán ni por el PSC.
Así llegamos a 2017, año en el que los populares de Albiol pierden 163.000 votantes y el PSC sigue por tercera legislatura consecutiva consecutiva por debajo del 15 por ciento de votos, aunque logra recuperar 84.000 votantes y queda con 607.000, pero es el 60 por ciento de los que obtuvo en 2003, cuando arrancó el presente ciclo político en Cataluña.
Esto, unido a la mayor movilización jamás registrada del voto constitucionalista, que permanecía electoralmente pasivo en anteriores comicios autonómicos, hace que Ciudadanos alcance los 1.110.000 votos, 374.000 más que en 2015. Incrementa de esta forma las distancias con PSC y PP, pero logra otra victoria moral: se convierte en el primer partido en Cataluña. El voto unionista consigue por primera vez reunir 1,9 millones de votos en las urnas catalanas.
Tres años después, se ha producido un ajuste interno entre los que son contrarios a la independencia. Ciudadanos, con una expectativa de voto del 10,9 por ciento, cede la primera posición al PSC, que crece en 94.000 votantes. Los de Arrimadas se mantienen por encima del PP, a pesar del crecimiento de Alejandro Fernández en 2,1 puntos, lo que le hace llegar al 6,3 por ciento, e incluso por delante de VOX, formación que debuta con el 5,8 por ciento.
Estas cuatro candidaturas anti independentistas sumarían ahora el 44,5 por ciento del voto, frente al 43,3 por ciento del año 2017. La suma del centro derecha es ahora del 23 por ciento, cuando en los comicios de hace poco más de tres años fue del 29,5. Mientras que el PSC pasa del 13,8 por ciento al 21,5, tal y como se desprende de los datos de la encuesta de NC Report para LA RAZÓN del 8 de febrero.
Todo indica que entre el PSC y el centro derecha, (PP y VOX), han logrado mejorar sus resultados en 7,7 y 7,9 puntos, respectivamente, a costa de la debacle de Cs, que cae 14,4 puntos con relación a 2017.
Fue la fuerza más votada en 2017 con más de 1,1 millones de votos. Ahora, los sondeos vaticinan que perderá más de 750.000