La coalición vuelve a evidenciar su tensión en el Congreso
Podemos se desmarca del PSOE en relación al referéndum y la ley de Igualdad de trato
El clima de confrontación interna en el Gobierno tras el 14-F no ha parado. Las diferencias trascienden el contexto electoral y ayer quedó patente en el Congreso.
No hay tregua en la coalición. Si en Moncloa esperaban que el clima de confrontación interna se calmase tras las elecciones del 14F, las previsiones no se han cumplido. Las diferencias en el seno del Gobierno trascienden el contexto electoral y ayer quedó patente en el Congreso de los Diputados. Pablo Iglesias ha visto como las urnas han respaldado su estrategia de cuestionamiento interno y se siente reforzado en su hoja de ruta de oposición dentro del Ejecutivo. Por primera vez en lo que va de legislatura, los socios de coalición se disociaron en el sentido del voto en varias iniciativas, una de ellas, presentada incluso por uno de ellos, el PSOE, y en el horizonte también persisten las enmiendas de Unidas Podemos al Ingreso Mínimo Vital que gestiona José Luis Escrivá.
La guerra interna sigue y ayer se batieron en una doble batalla. La «ley Zerolo» –Ley para la Igualdad de Trato y la no discriminación– de los socialistas y la moción de ERC para que el Gobierno negocie la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña obligaron a los partidos de la coalición a retratarse y trasladar sus posiciones enfrentadas en cuestiones de fondo como la relación del Estado con Cataluña y de profunda convicción feminista. Incluso en público, tanto socialistas como morados reconocen los esfuerzos de «paciencia» que están teniendo que hacer para sobrellevar su convivencia.
Los morados no apoyarán con sus votos la proposición de ley sobre Igualdad de Trato que el PSOE decidió registrar en solitario hace unas semanas, sin contar con el aval de los morados, quienes entonces denunciaron el incumplimiento del acuerdo de Gobierno. Para Unidas Podemos el socio mayoritario de Gobierno había «roto siete meses de negociaciones» tras registrar «de forma unilateral» la propuesta, mientras que los socialistas defienden que conocían «perfectamente» el contenido de la medida. Finalmente, y por primera vez desde que conformaran la coalición, uno de los socios se abstendrá en una iniciativa del otro. Fuentes de Unidas Podemos confirmaron que no impidieron el trámite de la proposición de ley como muestra de la «voluntad de
Las discrepancias provocan el hartazgo de los socios de Moncloa en la Cámara Baja, que piden a Sáncez e Iglesias «seriedad»
llegar a acuerdos» pero avisaron a los socialistas de que la «ley Zerolo» no puede «suponer el bloqueo de la Ley LGTBi y la Ley Trans» en el Consejo de Ministros. Precisamente, el ministerio de Igualdad preveía llevar ambos anteproyectos al Consejo de Ministros de la próxima semana, pero fuentes del ministerio denuncian que la vicepresidenta Carmen Calvo descartó esta opción en la Comisión de Subsecretarios que decide que proyectos pasan al Consejo. Desde el
PSOE, por su parte, defienden que tenían« prisa» por sacar esta regulación adelante y esperaban el apoyo de sus socios, porque« no estamos dispuestos a generar conflictos de buenas noticias».
Las continuas discrepancias provocan ya el cansancio de los socios de Moncloa en el Congreso. Uno de los apoyos más leales, el PNV mandó ayer un aviso a Sánchez e Iglesias en este sentido, y pidió «seriedad» a ambos. «La Igualdad nos parece muy serio como para juzgar a quien le toca tramitar la norma», lamentó.
En la otra cara de la moneda se encuentra la iniciativa parlamentaria a propuesta de ERC que llega tras el 14-F y con la que los soberanistas quieren instar hoy al Gobierno de a negociar un referéndum de autodeterminación «como solución pactada y democrática al conflicto político». La moción parecía el mejor termómetro para testar el estado de las relaciones con los soberanistas, pero ha acabado mostrando la mala salud de hierro de la coalición. La propuesta obliga a PSOE y Unidas Podemos a volver a mostrar sus diferencias para abordar el desafío independentista.
Si bien los socialistas ya han confirmado que rechazarán la moción, en la línea estratégica que mantiene Moncloa de que el referéndum no tiene cabida dentro de la Constitución ni del «marco legal» y que cualquier diálogo se tiene que realizar dentro de la ley; los morados se abstendrán en la con el fin de ser «coherentes» con su programa electoral que lleva implícito una consulta pactada para Cataluña. El partido rechazó ser «desleal» con su socio porque «no votamos a favor» y llamó a «normalizar las discrepancias». Unidas Podemos apuesta por la celebración del referéndum ,pero inciden de que ese debate tiene que llegar tras la
formación del Govern. Es por ello que presionan a ERC para que se abran a un tripartito con el PSC, y, después, en la mesa de diálogo, trabajar en esa vía.
En Moncloa por su parte, se afanan en cuidar la relación con ERC y reafirman su compromiso con el diálogo, pero recuerdan que con independencia del porcentaje de catalanes que hayan votado por opciones soberanistas en las urnas, el referéndum solo está previsto en la Constitución para dilucidar la unidad territorial del Estado y no su división.