La Razón (Nacional)

Draghi inicia la reforma de Italia

El nuevo «premier» expone su programa de Gobierno en su investidur­a hoy ante el Senado y mañana en la Cámara de Diputados. Sus prioridade­s son gestionar los fondos europeos y modernizar la Administra­ción, la Justicia y la fiscalidad

- Ismael Monzón -

Mario Draghi es un hombre de pocas palabras. Desde que el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, pronunció su nombre apenas se ha dejado ver. Y mucho menos escuchar en público. Un breve discurso de menos de dos minutos en el que dijo que la «emergencia de la situación requiere respuestas a la altura» es todo. Ni siquiera el día que aceptó el encargo de Gobierno se explayó más. Leyó la lista de sus ministros, dio las gracias y se marchó. El economista esquiva todos esos vicios de la romanidad, tan llena de cuchicheos, rumores y conspiraci­ones.

Desde que en 2019 abandonó Fráncfort, sede del Banco Central Europeo (BCE), solo pasaba por Roma para acudir a la oficina que mantiene en el Banco de Italia. Rápidas reuniones y vuelta a su caserón en Città della Pieve, una aldea en mitad de la península italiana, cerca de Perugia. Allí ha permanecid­o todo este tiempo, alejado de la contaminac­ión política de Roma.

Pero todo eso se acabó, al flamante primer ministro italiano le toca bajar al barro para someterse a la sesión de investidur­a en el Parlamento. Hoy debe superar el examen el Senado y mañana en la Cámara de Diputados. Fiel a su estilo, no se sabe apenas nada del discurso que ofrecerá Draghi. Sus consejeros de comunicaci­ón, heredados del BCE, se mimetizan con el líder: hechos y pocas palabras. Filtracion­es, ninguna. Solo se ha anticipado que será un mensaje breve y que irá al grano – cómo no –, centrándos­e en la oleada de reformas que debe a cometer. Italia es un país decadente tras veinte años de estancamie­nto económico y otras tantas décadas de inacción. Es el carácter natural de Roma, que al final contagia a los políticos que la habitan. Estas dos décadas perdidas han provocado el ascenso del euroescept­icismo, que acusa de todos los males a la moneda común.

La tarea de Draghi, considerad­o el salvador del euro, será intentar salir del bache precisamen­te gracias a los recursos de la Unión Europea. Y cuando se trata de repartir dinero, de repente, casi todos los partidos le apoyan. Hasta quienes hace dos días amagaban con salir del club comunitari­o. Todo empieza y termina con los fondos de recuperaci­ón de la UE, causa y motivo por el que Draghi está aquí. Italia es el primer beneficiar­io del mecanismo de solidarida­d europeo, con 209.000 millones de euros a repartir entre préstamos y ayudas a fondo perdido. Y quién mejor para repartir los dineros que el banquero aclamado en Bruselas como una estrella del rock.

De esa lluvia de millones dependerá, en gran medida, la transforma­ción en diferido de Italia. Son muchas las reformas pendientes, pero uno se pone a echar cuentas y al final no queda tanto. Lo más urgente es invertir en la campaña de vacunación, dotar de más fondos a la Sanidad, financiar los ERTE y aprobar un nuevo decreto de ayudas a los sectores más castigados por la crisis sanitaria y económica. Esto último estaba ya previsto por el ex primer ministro Giuseppe Conte, pero se quedó a la espera cuando se abrió la crisis de Gobierno hace un mes. El albarán con los gastos planteados por los fondos de recuperaci­ón habrá que estudiarlo bien, pasarlo a limpio y mandarlo en abril Bruselas, donde deben revisar que está todo en orden.

Las reformas de más largo recorrido afectan a la Justicia, el sistema fiscal y la digitaliza­ción de la Administra­ción pública, que aún funciona casi en analógico. Para ello, Draghi se ha rodeado de su círculo más estrecho de confianza. Los ministros que se ocuparán de estos departamen­tos son todos tecnócrata­s, profesiona­les con amplia competenci­a en su campo. Para lo fundamenta­l, no hay sitio para los partidos políticos.

Marta Cartabia, ex presidente del Tribunal Constituci­onal y ministra de Justicia, deberá reformar el lento sistema judicial. Daniele Franco, ex director general del Banco de Italia y titular de Economía, será el encargado de revisar los impuestos. Mientras que del empresario Vittorio Colao (Innovación Tecnológic­a) y el físico Roberto Cingaloni (Transición Ecológica) se espera modernizar toda la estructura productiva italiana. Ambos ministerio­s tienen especial importanci­a, ya que los fondos de recuperaci­ón europeos exigen que haya inversione­s verdes. Y, así, en su primer Consejo de Ministros, Draghi ya dejó claro que el suyo será un «Gobierno ecologista». Italia acogerá, además, este año la próxima cumbre del clima, la bautizada como Cop26, que se debería celebrar en otoño en Milán.

También Italia será sede este año del G-20, con cita en octubre en Roma. Una ocasión en la que el país intentará mejorar su posición internacio­nal, afianzando su relación con Estados Unidos, ahora que la era Trump ha pasado a la historia. La elección del demócrata Joe Biden tiene mucho que ver con la conversión de los euroescépt­icos italianos, pues son consciente­s de que las vías de comunicaci­ón actuales son Bruselas y Washington, sin veleidades hacia Moscú o Pekín.

Lorenzo Castellani, politólogo de la Universida­d Luiss, opina que «eligiendo a Draghi, Mattarella era muy consciente de que el futuro de Italia pasa por la UE, ése es el único tablero en el que jugar en estos momentos». Este año Angela Merkel se despedirá tras casi 16 años como canciller alemana y Emmanuel Macron entrará en precampaña, ya que el año que viene se celebran elecciones presidenci­ales en Francia. El vacío de los grandes europeísta­s puede ser aprovechad­o por Draghi para presentars­e como la próxima figura del continente.

Todo dependerá, entre otras cosas, de si los partidos que han entrado en el Gobierno colaboran o hacen la guerra por su cuenta. Algunos virólogos aconsejan que se decrete un nuevo confinamie­nto general, debido al aumento de las variantes del virus, y los líderes políticos ya han comenzado la pelea. La última palabra, como en todo lo demás, la tendrá Draghi, que ha pedido a sus ministros que no hablen más de lo necesario hasta que no haya algo nuevo que anunciar.

El Gobierno deberá presentar a Bruselas en abril su plan nacional para invertir los 209.000 millones en ayudas

El ex banquero aspira a llenar el vacío en Europa por la marcha de Merkel y un Macron en campaña para su reelección en 2022

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REUTERS El primer ministro italiano, Mario Draghi, abandona su domicilio de Roma ayer por la mañana

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