Daniel Calleja y poco más
Mientras la deuda de las administraciones públicas españolas se dispara y asciende ya a 1,311 billones de euros, lo que supone el 117,1% del PIB, el peso de nuestro país en los altos puestos de la Comisión Europea sigue disminuyendo. Y a todo esto, el
Gobierno o no lo ve o, si lo ve, no hace nada para solucionar este problema de la infrarrepresentación. A fecha de hoy, contamos con dos directores generales, aunque habría que decir que solo tiene peso uno. Se trata de Daniel Calleja, que se ocupa del Servicio Jurídico de la Comisión Europea y que algo tendrá que decir en el fiasco que han supuesto los contratos firmados por esta institución para comprar vacunas. Digo yo que alguna responsabilidad le corresponderá en la redacción de esos documentos y alguna explicación debería dar. No obstante, tampoco tengo mucha esperanza de que eso vaya a suceder, porque estos altos cargos de la Comisión siempre se escabullen. La otra Dirección General es más burocrática, tiene poco peso político y está ocupada por Genoveva Ruiz Calavera, que se ocupa de la D.G. Traducción. En el siguiente puesto en el escalafón comunitario contamos con cuatro direcciones generales adjuntas ocupadas por Rosa Aldea en la de Presupuestos, Carlos Esteva en Competencia, Clara de la Torre en Clima y Mari Ángeles Benítez en Agricultura. Pero esta última va a abandonar su cargo próximamente para venirse a Madrid, al «balneario» previo a su jubilación que supone hacerse cargo de la Representación de la Comisión Europea en nuestro país. Sustituye a otro alto cargo que pasa a disfrutar de su jubilación muy bien pagada (cinco cifras al mes), Francisco Fonseca. Por lo tanto, nos quedaremos solo con tres directores generales adjuntos. También mucho menos de lo que nos corresponde. Y el Gobierno sin enterarse.
El peso de España en la Comisión Europea sigue disminuyendo: hoy contamos solo con dos directores generales