Don Juan Carlos paga cuatro millones de euros a Hacienda en su segunda regularización
El montante por declarar rondaría los 8 millones
El Rey Juan Carlos ha hecho una segunda regularización fiscal por rentas no declaradas que suman más de ocho millones de euros de pagos en especie, por los que ha abonado más de cuatro millones a Hacienda. El dinero se pagó por vuelos de jet privados a través de una fundación de Álvaro de Orleans.
El Rey emérito ha presentado una segunda regularización fiscal por rentas no declaradas por los gastos de viajes abonados desde la Fundación Zagatka, que suman más de ocho millones de euros de pagos en especie, por los que ha abonado más de cuatro millones a la Agencia Tributaria, según ha adelantado «El País».
Don Juan Carlos I ya abonó el pasado 9 de diciembre al fisco 678.393 euros, correspondientes a una deuda tributaria de 2016 a 2018, cuando había abdicado y perdido la inviolabilidad.
Con este pago, el Monarca, expatriado en Emiratos Árabes Unidos desde el pasado mes de agosto, reconocía el fraude pero, al adelantarse a presentar la regularización antes de que se le comunicara la apertura de una investigación, intentaba eludir el delito fiscal.
Pero la nueva declaración voluntaria a la Agencia Tributaria se vincula a los fondos que Juan Carlos I recibió en vuelos de una de jet privados pagados hasta el 2018 por la Fundación Zagatka, constituida en 2003 en Liechtenstein por Álvaro de Orleans-Borbón, primo lejano del Emérito, y que fue creada para ayudar a las monarquías europeas. Y especialmente al Rey Emérito por «su sentimiento de admiración y de reconocimiento por haber abierto a España el camino de la libertad, por su constancia y su habilidad, también su humanidad y restableciendo las libertades públicas y un régimen parlamentario hasta la democratización del país», según especifican los documentos de la fundaciób de Orleans-Borbón.
Muchos de estos viajes fueron efectuados después de la abdicación de Don Juan Carlos I. El disfrute de estos vuelos se considera un pago en especie obligado a tributar como IRPF a Hacienda. La propia Corinna Larsen, que acompañó al Emérito en muchos de esos viajes, ya devolvió cerca de dos millones de euros a la Fundación Zagakta.
Asimismo, Álvaro de Orleans, siempre según la versión del rotativo madrileño, modificó en junio pasado los estatutos del patronato con la finalidad de que Juan Carlos I y sus tres hijos no siguieran siendo beneficiarios de Zagatka, que contaría con un patrimonio de alrededor de 10 millones de euros.
No obstante, ya el propio Felipe VI anunció su intención de renunciar a cualquier beneficio que pudiera tener en un futuro de este patronato y de Lucum.
Según la documentación que obra en la investigación desarrollada por la Fiscalía de Suiza, la fundación de Álvaro de OrleansBorbón se podría haber embolcompañía sado una comisión tras la compra del Banco Zaragozano por parte de Barclays Bank en 2003. Así consta en un documento bancario de la entidad suiza Credit Suisse.
La examiga del monarca Corinna Larsen declaró al fiscal suizo Yves Bertossa que Álvaro de Orleans era en realidad el testaferro del exjefe del Estado. Él niega ese papel o que hubiese cobrado cualquier comisión irregular con Zagatka.
La información de esta nueva regularización fiscal se conoce mientras la Fiscalía del Tribunal Supremo mantiene abiertas hasta tres investigaciones sobre las actividades opacas del Rey Emérito.
La primera se refiere al presunto cobro por parte de Juan Carlos I de una comisión de 84,6 millones de euros (100 millones de dólares) de una presunta mordida por su intermediación en la adjudicación del AVE de Arabia Saudí a un consorcio de empresas españolas, liderado por la constructora OHL.
La segunda es la referente a la utilización en España presuntamente fraudulenta de dinero desde cajeros automático de cuentas con fondos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krauze.
La tercera es sobre unas cuentas bancarias en la Isla británica de Jersey, presuntamente abiertas por el Monarca emérito.
Los pagos se habrían realizado hasta 2018, después de la abdicación en Felipe VI, cuando había perdido su inviolabilidad