La Razón (Nacional)

El triste final de un «animal político»

- James Shields James Shields es profesor de política francesa en Warwick

Después de la condena a tres años de cárcel, uno en firme, por el «caso de las escuchas» ¿se puede considerar totalmente arruinada la carrera política de Nicolas Sarkozy?

Con las carreras políticas, nunca deberíamos decir nunca, pero este es un gran golpe para las perspectiv­as de Sarkozy de hacer un regreso inminente a la primera línea de la política francesa. La pena de prisión privativa de libertad para un ex presidente es un hito legal en Francia (a diferencia de la sentencia condiciona­l dictada en 2011 contra el predecesor de Nicolas Sarkozy en la extinguida UMP y en la presidenci­a del Hexágono, Jacques Chirac); y aunque Sarkozy apelará el fallo [tiene diez días], el daño causado a su posición pública por estos graves cargos de corrupción y tráfico de influencia­s será difícil de reparar. La carrera de Sarkozy en la política activa ya parecía haber terminado cuando fue eliminado de las primarias de su partido para la contienda presidenci­al de 2017. Desde entonces, ha desempeñad­o un papel influyente como estadista de alto nivel y agente de poder en el centro-derecha francés, incluso asesorando al presidente Emmanuel Macron entre bastidores. Si puede continuar ejerciendo esa misma influencia ahora es cuestionab­le, aunque es poco probable que sus más fervientes partidario­s de la derecha se dejen influir por lo que muchos verán como un juicio con motivacion­es políticas.

¿Cómo recordará el ciudadano francés a Sarkozy en el futuro? ¿Le considerar­á la historia como un líder exitoso?

Sarkozy siempre ha sido una figura divisiva, amada por muchos en la derecha, odiada por muchos en la izquierda. Sus

reformas como presidente (en impuestos, pensiones, derechos de los trabajador­es y recortes del sector público), aunque impulsadas en parte por la crisis financiera de 2008 y sus consecuenc­ias en el mundo, le valieron la reputación de ser un presidente para «los ricos». Más dañino aún fue un estilo personal que muchos franceses llegaron a encontrar aborrecibl­e, con un conspicuo gusto por el lujo y un alto nivel de vida que le valió el apodo de «presidente bling-bling». Esta imagen personal negativa fue una de las razones por las que Sarkozy fracasó en su intento de reelección en 2012 y en su intento de regreso como candidato presidenci­al en 2017. Pero para sus seguidores acérrimos del espectro del centro derecha, Sarkozy sigue siendo una figura providenci­al, a quien con gusto volverían a ver en el Palacio del Elíseo.

¿Qué posibilida­des hay de que no se trate de la primera condena contra el ex presidente francés y de

que reciba otro revés judicial por los casos de «Bygmalion» o de Muamar Gadafi?

Esta es solo una de las varias investigac­iones en curso sobre la presunta corrupción que enfrenta Sarkozy. Regresará a los tribunales a finales de este mes acusado de financiaci­ón irregular y de haber sobrepasad­o los límites al gastar masivament­e en su campaña presidenci­al de 2012. Su campaña de 2007 también está siendo investigad­a por presunta financiaci­ón ilegal del entonces dictador libio Muamar Gadafi. Una condena por cargos de corrupción ya es perjudicia­l; una segunda condena, y posiblemen­te incluso una tercera, si las pruebas llevan a esa conclusión a los jueces, podría sacudir las bases del apoyo a Sarkozy incluso entre sus más acérrimos partidario­s de la derecha francesa.

Para sus seguidores, Sarkozy sigue siendo una figura providenci­al otra cosa es que sea condenado en los otros dos casos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain