«Nomadland», Globo de Oro a la mujer libre e independiente
La prensa extranjera en Hollywood dejó sin premios a David Fincher y su «Mank»
Prácticamente desde que nació el cine como industria, hace ya 125 años, Estados Unidos lo ha dominado con mano de hierro. Habiendo tejido el horizonte desde los sueños de Chaplin hasta los de Dwayne «The Rock» Johnson, uno podría pensar que en la meca del cine tendrían controlado el mecanismo de una simple video-llamada en uno de sus premios más prestigiosos. Y uno estaría equivocado. La 78ª. Edición de los Globos de Oro, que entrega la Asociación de Prensa Extranjera en Hollywood (HFPA) comenzó con Daniel Kaluuya, premiado como Mejor Actor de reparto en drama por su papel en «Judas and The Black Messiah», sin poder siquiera agradecer el premio por una serie de problemas técnicos.
Los chistes de Tina Fey desde Nueva York y Amy Poehler desde Los Angeles, presentadoras esforzadas de la gala pero deslucidas ante un guion que parecía cosido a descartes de un «late-night» de segunda, no llegaron a salvar el tedioso espectáculo televisivo. En lo que al palmarés se refiere, eso sí, hubo justicia y «Nomadland» de Chloé Zhao, una película pausada, pequeña y llena de silencios, se impuso a la elegancia ruidosa de David Fincher y Netflix en «Mank», el filme que cuenta cómo se escribió el guion de «Ciudadano Kane» a golpe de chupitos.
El baile de las que sobran
La película de Zhao (Mejor Dirección), un análisis de Estados Unidos desde la precariedad laboral y un cuadro sobre las migajas que el sistema deja caer en el plato de los pobres y las mujeres en América, como en aquel «El baile de los que sobran» de Jorge González, se entiende como una ganadora incontestable. No se trata tanto de resistir la comparación con la película de Fincher, sino de buscar una verdad cinematográfica, en género femenino y en tesis de independencia, más allá de la pompa y el faranduleo que acostumbran a premiar los Globos de Oro.
Para no traicionarse de manera definitiva, la HFPA premió a «Soul» como Mejor Película de Animación casi por inercia y, de manera más grave quizá, otorgó a «Minari» el galardón de Mejor Película en Lengua Extranjera. El drama familiar, en coreano, no deja de ser una producción estadounidense que ha buscado en la «culpa blanca» de una asociación sin un solo afroamericano en sus filas, un premio que le sería imposible bajo otras reglas o incluso en los Oscars de 25 de abril, donde cada vez parece más clara la victoria de la danesa «Druk (Another Round)».
Tecnicismos aparte, la gala que siempre asociaremos a la pandemia, al Globo de Oro póstumo a Chadwick Boseman («La madre del Blues») y de la que seguro han aprendido las próximas entregas de premios, también sirvió para encumbrar el talento y la mordacidad de Sacha Baron Cohen, ganado del premio a la Mejor Película en Comedia o Musical por «Borat: secuela film película» y galardonado también como Mejor Actor en la misma categoría. De él vino también el mejor chiste de la noche, cuando agradeció a Rudy Giuliani su polémico cameo en el filme: «Este premio también es para mi estrella debutante que salió de la nada. Es un genio involuntario de la comedia», broméo el actor.