Difamación y cuentas oscuras
–¿Cómo surgió el «Barçagate»?
–El 17 de febrero de 2020, la cadena SER desveló una noticia que hizo temblar los cimientos del Barça y del barcelonismo. Según la información de la emisora, el Fútbol Club Barcelona, presidido entonces por Josep María Bartomeu, tenía contratada desde finales de 2017 a la empresa I3 Ventures, propiedad del empresario argentino Carlos Ibáñez, para que efectuara a través de las redes sociales una campaña de difamación y desprestigio contra las personas y entidades que no eran afines a la junta directiva de Bartomeu.
–¿Cuál era el objetivo del club?
–A través de diferentes cuentas en redes sociales se habría pretendido erosionar la imagen de jugadores como Leo Messi y Gerard Piqué, de Pep Guardiola, Xavi Hernández o Víctor Font.
–¿Cuánto le costó al Barcelona?
–Según la información, el Barcelona pagaba un millón de euros anuales a I3 Ventures, pero esa cantidad era dividida en varias facturas asignadas a diferentes departamentos del club, para que todas fueran inferiores a 200.000 euros y así los contratos no tuvieran que someterse a la aprobación de la junta directiva. El Barcelona negó los hechos, pero sí admitió su vinculación con I3 Ventures, con la que rescindió el contrato al día siguiente.
–¿A quién se culpó?
–Josep Maria Bartomeu se negó a adelantar las elecciones, como le pidieron algunos directivos, pero sí aceptó suspender de empleo y sueldo a Jaume Masferrer, director del área de presidencia, hasta que se conocieran los resultados de la auditoria externa encargada a PriceWaterhouseCoopers (PwC). En abril, Bartomeu pidió la dimisión de los directivos Emili Rousaud, Enrique Tombas, Josep Pont y Silvio Elías. Los cuatro presentaron su dimisión y a ellos se sumaron dos más: María Teixidor y Jordi Calsamiglia.
–¿Quién denunció el caso?
–En junio, el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona admitió a trámite la denuncia de la plataforma Dignitat Blaugrana por presunta administración desleal y/o corrupción entre particulares por parte de algunos directivos de la junta de Bartomeu. En el origen de esa denuncia estaría el registro que los Mossos d’Esquadra, a petición de la jueza que lleva el caso, Adriana Gil, efectuaron a finales de junio en el Camp Nou.
–¿Qué dijeron los auditores?
–La auditoría externa encargada a PwC descartó que la junta directiva del Barcelona contratara ninguna campaña difamatoria contra los jugadores o personas contrarias a Bartomeu: «No hemos detectado indicio alguno». Emili Rousaud, uno de los directivos dimitidos, declaró que la auditoría de PwC puso de manifiesto «la evasión de mecanismos y procedimientos de contratación internos del club».