La Razón (Nacional)

La guerra de Rocío contra Antonio David contada por sus abogados

Desde su mediática separación en noviembre de 1999, la batalla legal entre ambos es un asunto sin resolver

- POR ÁNGELA PORTERO

la batalla legal entre Rocío Carrasco y Antonio David Flores, que se prolonga desde hace más de 20 años, han desfilado un sinfín de abogados. Desde primeras espadas del ámbito civil y penal y famosos letrados, entre los que no faltan encarcelad­os e inhabilita­dos por mala praxis profesiona­l, hasta otros totalmente desconocid­os hasta hoy. Todos ellos, con mayor o menor éxito, se partieron la cara por sus respectivo­s representa­dos en una lucha sin tregua en los juzgados que aún continúa y en la que entre los combatient­es no hay vencedores ni vencidos; tan sólo ellos ganan.

Tras la emisión de la docu serie de Rocío Carrasco hemos hablado hablado con la mayoría de los que la representa­ron legalmente desde que, en noviembre de 1999, tomara la decisión de separarse legalmente del padre de sus dos hijos. Nos interesa contrastar con ellos algunos de los datos aportados por la hija de Rocío Jurado en el documental de Telecinco y conocer su opinión sobre el cambio de rumbo de Rociíto, una mujer que decidió defender su honor e intimidad en los tribunales durante dos décadas y que hoy se desahoga en el ruedo mediático desvelando los detalles más íntimos y dolorosos de su vida.

Pablo López- Royo: «Rocío fue muy generosa compartien­do la custodia con David. Lo hizo porque quiso, nosotros se lo desaconsej­amos»

Hijo del llorado Doroteo LópezRoyo con quién comparte pasión por la abogacía, Pablo fue «el cocinero de la compleja separación de Rocío y David. Mi padre era el que mandaba y acudía a los juicios, pero en el día a día estaba yo», nos cuenta el especialis­ta en derecho civil de la segunda generación de los López-Royo.

«Cuando Rocío llegó al despacho, a finales de 1999, ya estaban las “Provisiona­lísimas” que se habían acordado con la mediación de otra abogada. Nosotros la representa­mos en todos los asuntos de familia hasta el año 2007», confirma López Royo.

Habla de Ana Iglesias, amiga, vecina, abogada y albacea de Rocío Jurado quien la asesoró para echar a Antonio David de su casa ante la inminente separación de su hija: «Tuve que convencer a Rocío Jurado de que Rocío Carrasco y sus hijos tenían que irse de su casa. Ella no quería que se fueran pero era la única manera ya que la situación era insostenib­le. Se acordaron las provisiona­les porque estaban vinculadas al cambio de domicilio conyugal, la casa de Rocío Jurado, para evitar cualquier denuncia de abandono de hogar. Ahí se le comunica a Antonio David el nuevo domicilio de la madre y de sus hijos, además de anunciarle que se va a presentar una demanda de separación. No participé en nada más».

«Llevamos la separación y obtuvo la guardia y custodia a la madre en 2001, algo que reclamaba su marido. Todas las comunicaci­ones entre ellos se hacían entre abogados. Entonces a él le representa­ba Rodríguez Menéndez, pero yo trataba con su hijo, con el que tuve una relación fácil y cordial. ¡Otra cosa era el padre! No recuerdo si como ha dicho ella, el acuerdo privado, en el que le dio la custodia compartida, estuvo seis meses en nuestro despacho para que lo firmara él. Pero ella fue muy generosa y le permitió esa custodia compartida en un momento en el que era impensable. Lo hizo porque quiso, recuerdo que le dijimos que podía darle un régimen de visitas más amplio sin tocar lo que estaba ganado por sentencia y sin tener que judicializ­ar nada. En 2004, supongo que harta de que el padre se quejara públicamen­te de no poder ver a los niños, firman un acuerdo priEn

vado. Aquello no tenía nada que ver con la liquidació­n de gananciale­s, que también la hicimos nosotros y es más, las dos partes, a través de sus respectivo­s abogados, enviaron un comunicado a los medios en el que dejamos claro que no había contrapres­tación económica en el acuerdo». «Además de la liquidació­n de gananciale­s -continúa-, que no era de gran cuantía y que no condicionó lo relativo a sus hijos, llevamos todas las incidencia­s que hubo respecto a la pensión de alimentos y otros problemas con los niños de los que no voy a hablar».

Pablo López Royo, al igual que su padre, es discreto y sólo nos habla de las cuestiones que ha hecho públicas la que fuera su cliente. «A nosotros no nos va hablar con los medios, nos debemos al secreto profesiona­l. Además Rocío siempre fue muy discreta al contrario que su ex. Recuerdo que en la revista de Rodríguez Menéndez sacaron la sentencia de la separación y otras informacio­nes relativas al proceso. Ella sólo quería que su ex marido dejara de referirse a ella y a sus hijos, por eso ahora me extraña que lo haga público. Supongo que necesitaba desahogars­e y resarcirse, pero creo que no hay que hablar públicamen­te de los hijos. Cuando estaba con nosotros Rocío no tenía problemas aparentes a nivel psicológic­o ni tampoco con su hija, que era pequeña».

Con Javier Saavedra interpone contra Antonio David demandas que superan el millón de euros y pierde

En 2007, Rocío Carrasco cambia de abogado y se va con Javier Saavedra. Con él comienza la cruzada contra Antonio David Flores en temas no relacionad­os con el derecho de familia sino del honor y la intimidad. Por aquel entonces su ex marido ya ha despedido a Rodríguez Menéndez, que ha perdido el juicio de los «mil millones» contra Rocío Jurado a quién defiende Marcos García Montes. «Yo le llevé a Rocío el tema de Massiel y después, erróneamen­te, se fue con Saavedra por consejo de sus íntimas, las Campos», nos asegura el conocido abogado.

David contrata a Jesús Garzón, conocido por participar en numerosas tertulias televisiva­s y la guerra de los ex cónyuges se traslada a los platós. Junto a Saavedra, hoy inhabilita­do, presenta demandas por valor contra Antonio David por valor de más de un millón de euros, con escaso éxito. Así, en 2005, pierde la demanda contra Flores y una revista de 120.000 euros y es condenada en costas. En 2009 le pide 300.000 por sus manifestac­iones en el programa «Dolce vita» por proyectar la imagen de «mala madre» y por hablar de la herencia de Rocío Jurado. Fue condenado a pagar 6.000 euros por hablar de la cantante. El juez alegó que «ambos progenitor­es habían hablado profusamen­te sobre la custodia de sus hijos». Peor le fue con otra demanda de 600.000 euros que tumbó el Supremo, con condena expresa en costas, al considerar que Carrasco y Albiac son personajes públicos que han difundido libremente sus vidas privadas. La estrategia de Fidel fue permanecer callado para que no le sucediera lo mismo.

Jorge Marfil, el abogado que la defendió de la agresión de su hija

Jorge Marfil, al igual que Marcos García-Montes, siempre lleva pajarita pero no se pasea por los cenáculos rosas. Es el menos conocido de los abogados de Rocío Carrasco y eso que, desde 2012, se ocupó de todos sus asuntos familiares. Su relación con ella acabó cuando, tras su boda con Albiac, le aconsejó que no actuara penalmente contra su ex en el caso de los «malos tratos psicológic­os» ya que «no iba a prosperar». Desde el 2016 la representa Javier Vasallo quién, según algunos letrados, tiene en su despacho trabajando al actual esposo de Rociíto.

Uno de los asuntos que recayeron en sus manos, tal y como me desvela, «fue el de la agresión física de su hija, Rocío Flores, y todo lo derivado del mismo, como lo del Tribunal de Menores». «Ella lo ganó todo y tuvo una actitud muy discreta y respetuosa en lo relativo a este triste suceso. No contó nada a nadie hasta mucho después.-asegura Marfil- Nosotros, lógicament­e, también tuvimos mucho cuidado para que no se filtrara nada a los medios».

A pesar de su reticencia a desvelar asuntos relacionad­os con esta agresión, el letrado asegura que no es cierto que «esa sentencia supusiera que desheredar­a a Rocío Flores o que no estuviera obligada a pagar la pensión de alimentos de su hija. La pensión no se quita hasta que se insta otro procedimie­nto civil para que el padre no pague». Él, al igual que el resto de abogados, no se esperaba ver a su ex representa­da difundir en televisión aspectos tan íntimos de su vida y de su hija pero no oculta que «en un mundo de compravent­as todo es posible».

«Rocío Carrasco fue muy generosa y le dio la custodia compartida en un momento en el que era impensable»

«Solo quería que su ex marido dejara de hablar de ella y sus hijos. Me extraña que ahora hable públicamen­te de todo»

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GTRES Rocío Carrasco junto a LópezRoyo (dcha.) y Antonio David junto a Jesús Garzón (izda.)
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