Canto ortodoxo y por derecho
Arias, intermedios y oberturas de Moniuszko, Puccini et al. Director: Lukasz Borowicz. Tenor: Piotr Beczala. Orquesta titular del Teatro Real. Madrid. 1-V-2021.
La voz de Piotr Bezcala ha ido creciendo y el artista se ha ido embarcando en aventuras más enjundiosas, de contenido más dramático; en partes propias de los líricos plenos o, incluso, los lírico-spinto. Y sus recientes aventuras wagnerianas, con un impecable «Lohengri» en Dresde y Bayreuth, así lo demuestran. No reconocemos ya en él ese lustre juvenil, esa tersura, cuando ya ha cumplido los 54 años y abusa, quizá a propósito, de pequeños, a veces inapreciables, golpes de glotis, que van formando un tejido que, unido a una cierta guturalidad, no hace siempre confortable la audición. El canto es episódicamente monótono, aunque el artista se luzca, incluso con regodeo y facilidad, en los agudos, por lo común restallantes y vibrantes.
Rompió su actuación en el Real con una pulcra y bien diseñada interpretación de «Come un bel dì maggio» de «Andrea Chénier» de Giordano, bien regulada y con un soberano Si bemol conclusivo. Después, una cálida y estupendamente dicha aria de «Janek» de Zelensky, una bien entonada y concentrada «Addio alla mamma», con notas altas en el fulcro y expresividad justa.
El entusiasta público consiguió cuatro bises: entre ellos un «Amor ti vieta», de «Fedora» de Goirdano un tanto monocorde o una mejorable aria de «Carmen», poco variada. La orquesta sonó algo ruda en las manos del discreto y entusiasta director Lukasz Borowicz, siempre en situación de aplaudir a Beczala y autor de la orquestación de un «Nocturno» de Paderewski. Mucha dinamita para la obertura de «Ruslan y Liudmila» de Glinka.