Madrid y los madrileños, ese crisol de culturas que encanta y define
Solo el 1,1% de los madrileños se siente únicamente como tal y no españoles
En las elecciones celebradas el 4 de mayo el conjunto de la izquierda madrileña prácticamente sumó los mismos votos que en 2019: 1.541.000 de entonces frente a 1.486.000 de ahora. Esa brecha supone una reducción de 55.000 votantes en ese espectro definido del cuerpo electoral. Mientras, en el bando opuesto, las derechas pasaron en los dos años transcurridos desde la anterior cita con las urnas de 1.638.000 a 2.080.000 votos, lo que representa un incremento de 442.000 votantes, un volumen, por supuesto, definitivo.
Mientras que el bloque liberal conservador recibía voto de nuevos electores, abstencionistas de 2019 y votantes de izquierdas, el bloque de la izquierda se reajustaba internamente. El PSOE bajaba en 274.000 apoyos mientras que Más Madrid, con Mónica García al frente, crecía en 139.000 y Unidas Podemos en 80.000.
De esta forma, Más Madrid se convertía por un estrecho margen en la primera fuerza política de la izquierda en la región madrileña al superar en votos a los socialistas.
Pero Más Madrid nace en 2018, meses antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2019, de la mano de la entonces alcaldesa de la capital de España, Manuela Carmena, y con la intención y la decisión manifestada de desmarcarse del influjo abrasador que imponía Pablo Iglesias desde Podemos. Posteriormente, Íñigo Errejón hizo lo propio y se postuló como candidato a las elecciones autonómicas por esas mismas siglas. La ruptura con el partido de los círculos en la Comunidad de Madrid tanto a nivel autonómico como municipal era entonces una realidad.
En las elecciones generales de 2019 concurrieron bajo la marca Más País con el propósito de presentar candidaturas en varias circunscripciones provinciales. En esa convocatoria con las urnas solo obtuvieron dos diputados, y ambos en el feudo madrileño. El partido municipalista capitalino, con proyección nacional, fracasó con estrépito, pero ha logrado consolidarse en la comunidad autónoma mediante el sorpasso en votos al PSOE el 4-M.
El grupo de Errejón, Mónica García y Rita Maestre, entre otros, más que una fuerza regionalista, es un partido y un proyecto nacidos en la capital y que ha tenido la habilidad o la fortuna de extenderse extra muros de la gran urbe con cierto éxito. Ha conseguido en ese tránsito atraer un número singular de votantes moderados del PSOE y Unidas Podemos, gracias a la ventaja estratégica que le ha reporta do situarse en lo ideológico equidistante entre socialistas y morados. Si, como hemos apuntado anteriormente, Más Madrid nació de la mano de la exalcaldesa Carmena, ha tenido entre sus virtudes el haber sabido nutrirse a raíz de la crisis crónica del socialismo madrileño y de la de Podemos e Izquierda Unida en la región. Carmena puso en jaque al PSOE y a Podemos y ella fue la que en las elecciones de 2015 evidenció la falta de liderazgo en los proyectos del socialista y podemita en la ciudad de Madrid y en el resto del territorio.
El ideario político de Más Madrid es lo suficientemente ambiguo para recibir voto desde el centro izquierda a la izquierda más radical. Y eso en política puede ser una ventaja táctica relevante. Progresistas, feministas, ecologistas, socialdemócratas…, pero nunca regionalistas madrileños y muchísimo menos como nacionalistas madrileños.
En el barómetro del CIS número 3253_1300, realizado entre los meses de junio y julio de 2019, postelectoral de las elecciones autonómicas y municipales de los comicios celebrados en mayo de 2019, en la Comunidad de Madrid, se apreció que tan solo el 1,1% de los madrileños se siente únicamente madrileño, no español. A los que hay que añadir otro 3,4% que se sienten más madrileños que españoles. Por lo que el terreno electoral no está abonado en la región para un partido nacionalista madrileño.
En esta línea, únicamente el 3,7% está de acuerdo con que el Estado permitiese a las comunidades convertirse en entes independientes y un 9,6% que considera que España debería conceder un mayor grado de autonomía a las regiones.
Para solo el 12,9%, el Estado de las Autonomías ha logrado reducir la diferencia en riqueza y prosperidad de los distintos feudos que componen España y un modesto 8,1% considera que con el tiempo tenderá a disminuir.
Los más reivindicativos con mayor cuota de autogobierno representan el 15,7%. Estos preferirían que el grado de autonomía de la Comunidad de Madrid fuese mayor que el actual.