Los «dealers»
Cuando en el futuro se escriba la historia de Carmen Cervera y su relación con el mundo del arte, uno de los principales capítulos debería dedicarse a los «art dealers», los intermediarios que le han asesorado a lo largo de todos estos años. La película se remonta a la época en que conoció conoció al barón, pero ha continuado a lo largo de todas estas décadas. Lo que ocurre es que los últimos capítulos merecen, de manera especial, un comentario aparte. Carmen Cervera había conseguido reunir en Andorra, la capital del Principado, a algunos de los «dealers» más importantes del mundo para la venta del «Mata Mua», érase una vez de Paul Gauguin. Y lo hizo el mismo día que negociaba la prórroga del préstamo de su colección con el Ministerio de Cultura español. Pero como todo en esta vida, hay «dealers» y «dealers». Y estos profesionales viven de su prestigio, pero, sobre todo, de su
«‘‘El puente de Charing Cross’’, de Monet, se vendió a Mohamed Bin Zayed, heredero de los Emiratos Árabes»
agenda. Y a los nombres que figuran en ella –esos que se desplazan en jet privado y cuyo tiempo es oro– no les gusta ser sorprendidos en su gran pasión. Y menos en Andorra. La venta del cuadro «El puente de Charing Cross», de Monet, a Mohamed Bin Zayed, heredero de los Emiratos Árabes, en una cantidad que supera los veinte millones de dólares, ha sido posible gracias a una intermediaria excepcional –quizá ahora se la pueda tambien llamar «dealer»– que ha cobrado su comisión del multimillonario árabe. Una mujer, por cierto, que nada ha tenido que ver con la última venta: «Caballos de carreras en un paisaje» (1894), de Edgar Degas, otra de las joyas que conservaba la colección y que también ha sido vendida, como cuenta este periódico. «Necesidades de liquidez», dice Carmen.