El Salvaje Oeste también perteneció a los chinos
C. Pam Zhang, finalista el año pasado del Booker, debuta en España con la novela que encandiló a Obama y enamoró a «The New York Times»
Con traducción de Benito Gómez Ibáñez, siempre una garantía a la hora de conocer la esencia literaria de lo que vuelca al español, nos llega la obra finalista del Premio Booker 2020, que le encantó a Barack Obama y que fue Libro del Año 2020 según dos de los más importantes periódicos norteamericanos. Unos detalles estos que siempre exhalan la sospecha de que estemos ante una mera estrategia comercial; sin embargo, en algunos casos tales referencias tan llamativas e hiperbólicas, y además en relación con un debut literario, obedece realmente a un creador talentoso. Y creo que estamos ante esto último ahora.
C. Pam Zhang, leemos, nació en Pekín en 1990 y emigró con su familia a Estados Unidos cuando tenía cuatro años y creció en Kentucky y California, pero ha vivido en trece ciudades de cuatro países; por todo lo cual es fácil presumir que le habrá servido mucho a la hora de urdir «Cuánto oro esconden estas colinas» por su fusión de tiempos y lugares. El argumento es el siguiente: Lucy y Sam, de unos diez años, han perdido a sus padres, inmi grantes chinos en la época de la fiebre del oro. Al modo faulkneriano, cargan con el cadáver al objeto de darle sepultura, y el recorrido se transformará en una manera de ir sacando a colación tanto secretos familiares como ciertas rivalidades.
Un dúo a la deriva
Pero lo más interesante es ver la forma en que la autora mezcla el simbolismo chino y el imaginario del lejano Oeste hasta alcanzar toda una mitología personal. El dúo protagonista parece que vaya a la deriva, y se percibe un claro deseo de que asuntos que tienen que ver con el racismo o la identidad de raza queden revisitados en un contexto marcadamente masculino y blanco, con el contraste de dos pequeños de origen oriental. C. Pam Zhang ha querido con eso distanciarse de lo consabido y reimaginar, reinventar el Salvaje Oeste.
Esa impronta que huele a fábula se percibe enseguida, bajo el título de la primera parte del libro, «XX62», con un inicio en que recrea las chabolas de los mineros y otras casas adineradas al lado –como en la actualidad–, «y a todo alrededor, circunscribiendo las innúmeras colinas, oro abrasado», y cerca, campamentos de indios y grupos de vaqueros, viajeros y forajidos. El sueño americano se convierte así en fealdad y dureza, deviniendo una propuesta literaria de gran mérito por cuanto infunde una renovada mirada al género del western.