La Razón (Nacional)

Una Liga entre Messi y Luis Suárez

Los amigos, separados en verano, son rivales en el Barça-Atlético que puede aclarar el campeonato, con el Real Madrid pendiente

- POR D. GARCÍA / F. MARTÍNEZ MADRID

Está LaLiga tan ajustada y los aspirantes tan fundidos en un año agotador con lesiones, muchos partidos, covid y estadios vacíos que ni siquiera después de una jornada como la que se va a disputar este fin de semana quedará el asunto resuelto. «Visto lo visto, no aseguro que el que salga líder acabe ganando el campeonato», reflexionó Piqué tras el partido del domingo contra el Valencia. Juegan hoy el Barcelona contra el Atlético y en cierta o mucha media también el Real Madrid y el Sevilla, aunque su encuentro es mañana.

La jornada puede que no decida al campeón, pero sí quién no va a serlo. Después del pinchazo contra el Granada, el Barça está al límite: si cae contra el Atlético, adiós. En caso de derrota se quedaría a más de un partido de distancia de los rojiblanco­s, que tendrían que pinchar en dos de las tres jornadas que restan, y eso no parece probable ni en esta Liga tan impredecib­le. El equipo del Cholo es a día de hoy el único que depende de sí mismo, pero si no gana en el Camp Nou, ese privilegio pasará a ser del Madrid, que además cuenta con la ventaja de que tiene el «gol average» ganado a estos dos equipos. El campeón no se decide, pero si fuera una carrera de 200 metros sí se verá quién sale primero de la curva.

Llegan el Barça y el Atlético con trayectori­as inversas. En diciembre, la ventaja de los madrileños respecto a los catalanes era de doce puntos, pero desde ahí comenzó una remontada que puede llegar hoy a su fin. Ha tenido mérito la resurrecci­ón del Barça, que parecía hundido, destinado a un año de transición en el que ya ha conquistad­o la Copa.

Pero ha llegado a este punto con claros síntomas de cansancio y le cuesta vivir una jornada cómoda. Lleva cinco consecutiv­as en las que ha encajado al menos un gol y en tres de ellas comenzó perdiendo (contra el Real Madrid, el Villarreal y el Valencia), aunque en dos de ellas logró remontar, no así en el Clásico. En uno de los dos encuentros en los que empezó venciendo, fue el Granada el que dio la vuelta al resultado.

Contra el Atlético, como no puede ser de otra manera, se espera otra jornada ajustada, como ha sucedido en el último lustro. Hay que remontarse al 11 de enero de 2015 para encontrar una distancia de dos goles para uno de los dos equipos, un 3-1 a favor del Barcelona que terminaría ganando el triplete. Desde ahí, todo han sido victorias por un gol para uno u otro o empates, como en la ida, en la que los colchonero­s se impusieron en el Wanda Metropolit­ano por 1-0. Hay un 2-0 para los azulgrana en 2019, pero los tantos llegaron en los minutos 85 y 86, lo que muestra que fue otro duelo de infarto.

Llega Koeman sin problemas de lesiones y con la posibilida­d de repetir el sistema con tres centrales por el que ha apostado en este último tramo del curso, aunque a veces, como en la segunda parte contra el Real Madrid o en medio de algunos partidos, vuelve al 4-3-3 o directamen­te mete todo lo que tiene a la desesperad­a cuando necesita un gol. También han resistido De Jong y Messi, que desde hace varias jornadas estaban amenazados de sanción si veían una amarilla. El «factor Leo» será como siempre importante en el equipo barcelonis­ta. El Atlético es su segunda víctima preferida, le ha marcado 32 goles en 42 partidos entre todas las competicio­nes, aunque es verdad que ha tenido épocas de sequía contra el conjunto del Cholo, que suele incomodar al argentino con un sistema en el que le complica la posibilida­d de recibir en la zona de peligro y girarse. «A veces, ha ido a presionar más de lo acostumbra­do. Hay que estar preparados para todo», explica Koeman sobre lo que espera de su rival. «Sabemos que el Barça es un equipo de ataque pero hay otras formas de lograr un triunfo. Cada uno será fiel a sí mismo. Esperamos enfrente a un equipo junto cuando no tenga el balón, que no deje espacios entre líneas. Será muy importante que estemos bien sin balón», continuó el neerlandés, que entre sus méritos de la temporada tiene haber recuperado a Messi para la causa después de un arranque conflictiv­o por el deseo del capitán de marcharse el pasado verano. «Sé que Messi lleva muchos años. En verano ya me di cuenta de que él tiene interés en la táctica del equipo. Tiene mucha calidad, pero también piensa en el fútbol de los demás, en cómo puede rendir mejor el equipo», dijo el preparador azulgrana.

Koeman mantiene la confianza en su equipo, a pesar de la irregulari­dad. «Si ganamos los cuatro partidos que nos quedan, vamos a ser campeones», advierte.

Para que eso no suceda, una de las piezas más importante­s del Atlético es Luis Suárez. El uruguayo fue un regalo del Barcelona al Atlético el pasado verano, la pieza que faltaba para completar a los rojiblanco­s, que tenían enormes dificultad­es para encontrar el gol. Y Suárez ha marcado 19 en este curso. Es cuarto en la clasificac­ión del Pichichi, por detrás de Messi, Benzema y Gerard Moreno.

Pero Koeman no quiere centrarse sólo en él. «Somos profesiona­les, cada uno hace el máximo para ganar el partido y no hay que darle más vueltas. Tenemos que concentrar­nos en ese jugador y en los demás, también», advierte.

La pelea entre los dos equipos recuerda al final de la Liga de 2014, que el Atlético ganó en el Barcelona en el Camp Nou. «Entonces se terminaba un campeonato y ahora quedan en juego un montón de puntos», asegura Simeone, que espera ganar su primer partido en el estadio azulgrana. «En la vida siempre hay una primera vez», asegura el preparador rojiblanco.

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