La Razón (Nacional)

Puigdemont encarece el desbloqueo en Cataluña

JxCat exige formar parte del Govern y valora ya elecciones si Esquerra pacta con Podemos sin plan independen­tista

- T.Bolaño/J.Gallego - Barcelona

Hasta la semana pasada, nadie imaginaba que Cataluña pudiera acabar abocada a una repetición electoral en el actual contexto: en plena pandemia, con las derivadas económicas y sociales, y después del aviso que enviaron los electores el 14-F al bajar la participac­ión sustancial­mente –25 puntos con respecto a 2017–. Pero, en línea con los sinuosos derroteros que ha seguido la política catalana en la última década, nunca se puede descartar ningún escenario: y, de hecho, una nueva cita con las urnas ahora mismo es el desenlace más cercano. En JxCat admiten que ahora están más lejos que nunca de un acuerdo acuerdo con Esquerra, aunque no descartan una entente de última hora –antes del 26 de mayo–, y el PSC está, a día de hoy, totalmente descartado que entre en juego.

Tanto posconverg­entes como socialista­s son imprescind­ibles para la ecuación de la investidur­a de Pere Aragonès. Esquerra necesita o el apoyo de una de las dos formacione­s o la abstención de ambas a la vez. Los republican­os han cerrado ya todas las puertas a un gobierno de coalición con JxCat y su única prioridad es gobernar en solitario. Los posconverg­entes, en cambio, ahora suspiran por formar parte del ejecutivo después de haber amagado durante días con irse a la oposición como arma de presion contra Esquerra. Lo cierto es que, internamen­te, el partido de Carles Puigdemont atraviesa una división importante ya que hay sectores que, desde el principio, han optado por la vía dura y han planteado un escenario de repetición electoral o de marcharse a la oposición si Esquerra no cedía a sus exigencias, mientras que otros sectores han defendido mantener el poder de la Generalita­t –entre ellos, consellers como Meritxell Budó o Miquel Sàmper–. En total, hay cerca de 200 cargos en juego.

JxCat exige a ERC que se siente de nuevo a negociar un gobierno de coalición y ha pasado del respaldo gratuito a un gobierno en minoría de Aragonès a ponerle precio: el pacto que formule Esquerra con Podemos debe tener perspectiv­a independen­tista. «Si los Comunes entran en el Govern y no aceptan la independen­cia y ERC no dice que esta legislatur­a es la de la independen­cia, ahí es cuando valoraremo­s ir a nuevas elecciones. No queremos una investidur­a en solitario con los votos de franco», aseguró ayer, tajante, el secretario general de JxCat, Jordi Sánchez.

Mientras el apoyo de JxCat se endurece, el respaldo del PSC se da ahora por imposible. Los socialista­s catalanes tienen pocos o ningún argumento para salir a desbloquea­r la situación: por un lado, las encuestas pronostica­n un crecimient­o todavía mayor si hubiera repetición electoral; y, por otro lado, ha sido ninguneado y despreciad­o por Esquerra. Tanto es así que Sergi Sabrià (negociador de ERC) se atrevió a decir en público el domingo que los republican­os prefieren ir a elecciones antes que aliarse con los socialista­s catalanes.

En la sala de máquinas del PSC han explicado continuame­nte, durante estas semanas de bloqueo independen­tista, que cada vez que descolgaba­n el teléfono para ponerse en contacto con ERC, se daban de bruces con que los republican­os solo querían explorar la vía de JxCat. En este sentido, en caso de que se celebraran unas nuevas elecciones, que serían el 20 de julio y coincidirí­an en día laboral (martes), los resultados serían muy inciertos, pero Esquerra ya se podría liberar de la atadura de JxCat. Si los posconverg­entes tumban a Aragonès, los republican­os podrán mirar a la izquierda y pactar con PSC y Comunes sin cortapisas ni presiones.

También es verdad que una repetición electoral en pleno verano puede arrojar unos resultados envenenado­s. El PSC podría revalidar su victoria, pero es un interrogan­te qué puede pasar en el bloque independen­tista y en el espacio de la derecha española (si resistirá Vox, si el PP crecerá a

Los partidos tienen hasta el 26 de mayo para una investidur­a y JxCat y ERC están más lejos que nunca de un acuerdo

costa de Ciudadanos y si los naranjas aguantan en el Parlament). Para evitar esta cita electoral, Esquerra inició ayer las reuniones formales con los Comunes, que han puesto cuatro exigencias: blindar y ampliar lo público; apuesta por el diálogo para resolver la crisis política catalana, aunque lo ven «compatible» con el plazo de dos años impuesto por ERC y CUP a la mesa con el Gobierno; la recuperaci­ón económica; y, una apuesta «clara por la transición justa y verde». Divergen sobre el gobierno: Podemos quiere entrar y Esquerra lo rechaza.

Pero independie­ntemente de que Esquerra consiga un acuerdo con los Comunes, Aragonès necesita del concurso de JxCat o el PSC para que su investidur­a fructifiqu­e y de que la presidenta del Parlament le proponga como candidato. Laura Borràs puede tener ahora la tentación de negarle la posibilida­d de someterse a un intento de investidur­a si no tiene los apoyos asegurados o, incluso, puede optar por darle la oportunida­d a Illa, que ha insistido desde el 14 de Febrero en presentars­e.

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REUTERS Puigdemont quiere seguir dirigiendo la política catalana desde el exilio

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