Militares en activo acusan a Macron de ceder ante los islamistas radicales
Alertan a la clase política de la amenaza de una «guerra civil» en un artículo anónimo
La intromisión de voces militares en la política francesa vuelve a crear polémica. Si hace un par de semanas era un grupo de militares retirados quienes publicaban una tribuna ante el «desmoronamiento» de Francia en una revista de ultraderecha, ahora ha sido un grupo de militares en activo, al menos presuntamente, quienes han vuelto a desatar la controversia tras dirigir un texto desde el anonimato a ministros, parlamentarios y al propio Macron Macron en el que critican las «concesiones» que Francia está haciendo al islamismo.
«Afganistán, Mali, República Centroafricana o en otros lugares, algunos de nosotros hemos experimentado fuego enemigo. Algunos han dejado compañeros allí. Ofrecieron su piel para destruir el islamismo al que se está haciendo concesiones en nuestro suelo», dicen en el escrito los autores, presuntos militares en activo que guardan anonimato e intentan justificarlo. Según narran, han «ingresado recienteabierta mente a la carrera» y especifican que no pueden «legalmente» expresarse «con la cara descubierta». «Somos lo que los periódicos han llamado ‘la generación del fuego’. Hombres y mujeres, soldados en activo, de todos los ejércitos y de todos los rangos, de todas las sensibilidades, amamos a nuestro país. Estos son nuestros únicos reclamos a la fama. Y si no podemos, por ley, expresarnos con el rostro descubierto, igual de imposible nos es callar», escriben. A diferencia de la publicación anterior, esta carta está a nuevas firmas y pocas horas después de su difusión había recibido 36.000 en internet.
Los autores del texto afirman haber participado en la «operación Centinela» que ha vigilado las calles francesas durante las alarmas terroristas. «Hemos visto con nuestros propios ojos las barriadas abandonadas, las avenencias con la delincuencia. Hemos sufrido los intentos de instrumentalización de comunidades religiosas para las que Francia no significa nada, nada más que un objeto de sarcasmo, desprecio e incluso odio», llegando a afirmar que «el odio a Francia y su historia se convierten en norma».
Pese a respaldar muchas de las tesis de la extrema derecha, se definen así mismos como «apolíticos» y se atreven a vaticinar su postura ante una eventual «guerra civil» en el país: «Si una guerra civil estalla, el ejército mantendrá el orden porque se lo pedirán. Nadie quiere una situación tan terrible (...) pero la guerra civil se está incubando en Francia y ustedes lo saben perfectamente».
La carta se publica a un año de las elecciones presidenciales, en las que los sondeos prevén que la principal contrincante de Macron será Marine Le Pen, que incluso podría capitalizar el descontento de la gestión de la crisis sanitaria. Tras la primera tribuna, Le Pen no dudó en invitar abiertamente a los generales a sumarse a su proyecto político, insistiendo en que «comparte su aflicción y su observación» de la situación actual. Mientras, ecologistas y la extrema izquierda enviaron el texto a la Fiscalía basándose en que era un movimiento insurreccional.
Si bien el Gobierno de Macron tardó días en responder a la tribuna de los generales hace un par de semanas, esta vez la reacción ha sido inmediata. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, entrevistado en BFMTV, se ha mostrado tajante: «¿Eso es el valor, actuar anónimamente?» Y el de Economía, Bruno Le Maire, afirmó a la cadena France Info: «Es lo contrario de lo que se espera de los militares y lo que más me sorprende es que daña a nuestras Fuerzas Armadas».
Le Maire: «Es lo contrario de lo que se espera de los militares y lo que más me sorprende es que daña a nuestras Fuerzas Armadas»
«Para algunas comunidades religiosas, Francia no significa nada más que un objeto de odio y desprecio», escriben