Raticulín

Yo siempre pensé que el leitmotiv de un dirigente político era mejorar el presente para cambiar el futuro. Pero esto es al revés con Pedro Sánchez que, se propone cambiar el futuro para mejorar el presente. Mira que ya pensaba que a este señor los problemas del país y de los ciudadanos le importaban más bien poco, pero con la presentación del Plan España 2050 me reafirmo en que, más que un presidente de Gobierno, lo que tenemos es un visionario que piensa en abstracto y no es capaz de ver la realidad.

¿Para qué vamos a hablar de la crisis diplomática con Marruecos, que él mismo ha generado, cuando podemos hablar de sentar las bases de futuro para trabajar en una nueva visión que nos ilusione? ¿Para qué vamos a presentar medidas para reducir nuestra deuda, disminuir el paro, luchar contra la pandemia, mejorar la sanidad, aumentar el PIB, salir de la crisis, si podemos distraer a la población hablando del potencial de nuestro país para afrontar los retos de 2050 y no los de 2021?

Sánchez es incapaz de concretar las medidas, que nos demanda Europa, para el tan necesario Plan de Reconstrucción, y es capaz de presentar 200 medidas, para un plan a 30 años vista. ¿No es alucinante? Cada vez se asemeja más al visionario Carlos Jesús, originario del desconocido planeta Raticulín, que nos alertaba hace años de la llegada de 13 millones de naves a nuestro planeta.

Tengo una duda: ¿Es posible que nos llene de propaganda para eludir su caída en desgracia entre los votantes y su incapacidad para afrontar los problemas que van creando él y sus socios, o se ve a sí mismo como un mesías, enviado desde Raticulín, para cambiar y salvar el mundo con una vacuna en la mano?