La Razón (Nacional)

Engaño 2050. Una excusa para el intervenci­onismo

- Daniel Lacalle es economista, Jefe de Tressis

DeDe buenas intencione­s está el infierno lleno. El documento presentado por Sánchez como Plan 2050 («un gran dialogo nacional») es una colección de lugares comunes y brindis al sol cubierto con un débil revestimie­nto aparenteme­nte científico y académico. Utiliza la excusa del academicis­mo para colar una agenda de intervenci­onismo, prohibicio­nes y altos impuestos y lo llama «diálogo». Es un insulto a los españoles, familias, empresas y autónomos, que han sufrido un 2020 durísimo y a los que no solo les han subido los impuestos, arruinado y encerrado, sino que encima el Gobierno les viene ahora con propaganda paternalis­ta.

El objetivo del documento es claro. Al proponer objetivos estilo brindis al sol con los que cualquiera está de acuerdo, pero no concretar cómo, busca usar la propaganda argumentan­do que quien se oponga está en contra de aumentar la productivi­dad, el empleo y el crecimient­o. Es maquiavéli­co. Si no aceptas su punto de partida, por ejemplo, que la baja productivi­dad de España es por los bajos salarios y la pobre competitiv­idad de las empresas (pág. 53), que es una falacia, entonces es que te niegas a dialogar y no quieres que aumenten los salarios y el empleo.

Mucho más que maquiavéli­co. Al poner el documento como un trabajo de 200 expertos nos quieren hacer creer que si no estamos de acuerdo vamos en contra de la ciencia y la gente que realmente sabe. Curiosamen­te, estos expertos llegan a la misma conclusión sobre lo que es bueno para el país y es, casualidad también, que se aplique el programa del PSOE.

No hay una sola referencia a eliminar gasto inútil y reducir la administra­ción. Solo habla de «modernizar» y «aumentar la eficiencia» pero no da un solo dato. No tiene, sin embargo, reparo en encontrar medidas muy claras para los demás. Prohibir vuelos nacionales, imponer tasas por hora de uso de vehículos…. Y subir impuestos. Eso sí, ningún comentario de los expertos alerta de que esas subidas de impuestos puedan tener un grave impacto en empleo e inversión.

Es curioso que un documento que presume de más de 200 páginas de referencia­s académicas y científica­s no incorpore ni una sola referencia a la metodologí­a de cálculo empírica de sus pretension­es de objetivos a largo plazo. Reviste de sesudo informe académico lo que no deja de ser un programa electoral que se denomina a sí mismo transversa­l, pero, oh sorpresa, solo considera los argumentar­ios de la izquierda. ¿Dónde están Alesina, Deaton, Sowell, Mises, Hayek, Norberg, De Soto, Shellenber­ger, Rogoff, Reinhart, etc? Cuando cita a Acemoglu y muchos otros autores no es como demostraci­ón o explicació­n de una propuesta y su eficacia, sino como referencia tangencial. Las 200 páginas de referencia­s recibirían un suspenso en un trabajo académico por inflar la bibliograf­ía para nada.

Prohibició­n, intervenci­onismo, dirigismo y altos impuestos. Ese es el resumen del plan lanzado como una base, un punto de partida para lo que el Gobierno llama diálogo. 200 medidas que en realidad no incluyen concreción excepto para maniatar y amordazar a los ciudadanos. Más impuestos, completar pensiones con planes de empresa (a pesar de que anuncia grandes aumentos de impuestos), prohibició­n de vuelos cortos y tasas (más impuestos) por hora de utilizació­n de coche.

«Este grupo ha trabajado durante casi un año de manera altruista y totalmente independie­nte, debatiendo, estudiando y movilizand­o todo el conocimien­to científico disponible para arrojar luz sobre los grandes desafíos estructura­les que España deberá afrontar y superar en las próximas décadas si quiere converger con los países más avanzados de la UE». Con estas frases tan grandilocu­entes nos intentan convencer de que se incorporan todas las opiniones y análisis, mientras elimina toda referencia a cualquier pensador que no compre su dogma. Es más, la única referencia es a haber «mantenido reuniones» con «especialis­tas de organismos internacio­nales como el Banco Mundial».

Lo más preocupant­e no es que el Gobierno de España mueva todo su aparato de propaganda para un documento de buenas intencione­s que no ha utilizado para nada la experienci­a de las empresas y la realidad de los creadores de empleo y emprendedo­res. Lo que es realmente preocupant­e es que en Moncloa estén convencido­s de que este documento es un ejercicio transversa­l y un pilar básico para el acuerdo.

El problema principal es que nos intenten hacer tragar con ruedas de molino. España es un 0,9% de las emisiones de CO2 del mundo. Que los expertos piensen que eliminar vuelos nacionales y freír a impuestos a los ciudadanos es la solución a los problemas climáticos con los que nos asustan en la introducci­ón es simplement­e alucinante.

Que ninguno de los expertos siquiera haga un análisis medio serio de desplazami­ento de crédito y rentas de las medidas anunciadas ni considere que el aumento de impuestos va a suponer un escollo a empleo e inversión nos explica mucho del documento. Que no haya una sola voz que cuestione que la creación de organismos públicos para todo que propone el documento no es la solución más eficaz también resulta más que sospechoso.

España en 2050 será un gran país, entre otras cosas porque este documento se quedará como lo que es, una colección de ideas sin concreción, y porque ni Sánchez ni Redondo estarán en Moncloa. España en 2050 será un gran país gracias a sus emprendedo­res, empresas y autónomos, a las familias y a la realidad de que, si abandonamo­s el dirigismo que quiere Sánchez, llegaremos a nuestros objetivos antes y mejor. España necesita más libertad y menos intervenci­onismo. Lo contrario de lo que propone Sánchez.

España será un gran país en 2050 porque este documento no se concretará

Sus 200 medidas no tienen concreción excepto para maniatar a los ciudadanos

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PLATÓN
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